Cae la lluvia en un verano que rompe la voluntad.
Toma el tren.
Verás las nubes enrojecerse cuando nunca es la verdad.
Toma el tren.
Las horas son unas y pardas como el gato allí tendido.
Toma el tren.
Toma el tren y olvida, toma el tren y amanece como los cocoteros del alma de una isla llena de agitados soles de ventura.
Comentarios
Andando, andando
resuelvo el crucigrama del cielo.
Cuando llego,
me fumo un bendito cigarro.
Ya he desenvuelto en mi cabeza rayos y truenos.
A la vuelta, ceno donde los chinos arroz con el crepúsculo bueno.
La esquina aquella devoraba el tiempo azul.
Yo pasaba y la doblaba y caminaba por la calle.
La esquina aquella desaparecía poco a poco tras mis pasos.
Pero la esquina aquella...
Quizás tenía la esquina aquella la inmortalidad de los dioses borrachos que se presentan un día solemne y se van sin ser vistos.
Esa esquina sucia del muro del colegio vio las luces de mi vida ir y venir tozudamente.
Esa esquina, esa esquina me ha visto llorar hoy como un chiquillo.