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La confesión.

Lara TerraLara Terra Fernando de Rojas s.XV
editado marzo 2016 en Narrativa
…Yo he visto personas comunicarse de otra manera. Juro que he presenciado otro tipo de comunicación. Era un matrimonio de la iglesia. Los conocía desde pequeña, precisamente desde que asistía a las clases de catequesis, aquí mismo en, la parroquia. Claro, Usted no los conoció porque esto fue parte de aquel lío que se armó, justo antes de que usted llegara.

Era, como le decía, un matrimonio que venía los martes a los grupos de la parroquia y que tocaban la guitarra. Un día- y se lo cuento tal cual sucedido- se sentaron como siempre en medio del circulo que armábamos con las sillas, y comenzaron a tocar a dúo como cada semana. Salvo que esta vez, algo muy extraño sucedió con la música que fluía, como nunca, en una especie de “aire denso”.

Todos los que nos encontrábamos rodeándolos sentíamos como las vibraciones de las cuerdas nos recorrían el cuerpo. Ellos mismos se sorprendieron de lo que les estaba pasando con las yemas de sus dedos. -Lo sé, porque vi las expresiones de sus caras, - y créame, soy muy buena interpretando las expresiones de la gente, eso se lo garantizo-
Luego de un silencio en el que habíamos quedado todos estupefactos, probaron tímidamente con un poco de las mismas zapadas de siempre,- y aunque usted no me crea- comprobaron atónitos, aquello que sucedía con el aire, -y no es verdad lo que se cuenta: Lejos, muy lejos de asustarse- se buscaron con la mirada, y decidieron continuar tocando, para ver hasta donde llegaba la locura. Y llegó lejos.

Todos vimos como aquellas dos personas se comunicaban a través de la música-Entiendo padre, que le pueda resultar gracioso- pero así fue lo que sucedió , y esa es la verdad, si señor, me crea… quien me crea.

Todos, (sí todos) los que estábamos allí ,( incluyéndolo al padre que usted ya sabe), experimentamos la extraña sensación de sentir que sus almas abandonaban a sus cuerpo y se entrelazaban en el aire, mientras sus dedos respondían estímulos divinos, extasiando mediante vibraciones de cuerdas , a todos los presentes. . .-No , no me pida que se lo explique mejor, porque es imposible. - A ver, ¿A Usted se le ocurriría enseñarle a hablar a un perro ?. ¿Y enseñarle Ingles?.. ¡Por supuesto que no! ¡¿A quién se le ocurriría semejante delirio.! Pues eso, de la misma manera, yo no podría explicárselo a usted. No porque considere que no sea capaz de entenderlo, es porque no existe explicación para usted. Bueno, entiendo que le resulte difícil creerme. Creer en algo que carece de demostración es en definitiva, una cuestión de FE, - usted ya me entiende lo que quiero decir con esto- Permítame continuar y ya verá a dónde quiero llegar con todo esto.

Gracias, como le decía, estábamos todos en una especie de (por llamarlo de alguna manera) transe, inyectados de tiempos divinamente marcados que corrían como sangre por las venas, e iban directo a nuestros corazones, a nuestros latidos.

Más allá de toda esta locura, lo que agravaba aún más el grado de extrañamiento, era la fama que tenía éste matrimonio en particular, por llevar una pésima relación. Tal es así, que durante los dos años que frecuentamos juntos al grupo, no recuerdo jamás haberlos visto interactuar entre ellos, salvo dentro de aquel dichoso circulo. Y si bien llegaban juntos a la iglesia, ni se hablaban, ni se miraban, sino hasta desenvainar cada uno sus guitarras.

Luego, cada martes fue creciendo esta sensación. Con el resto de los compañeros no recuerdo exactamente si lo hablamos con tal precisión, pero una cosa sí que puedo asegurarle, todos éramos muy consientes de la abstinencia que nos producía aquella música durante el resto de la semana. Era evidente como ansiábamos la llegada de los martes para ir a la iglesia a escucharlos. El padre, por supuesto, no podía hacer caso omiso a lo que estaba sucediendo en su parroquia, y al margen de que muy probablemente, habíase enviciado del mismo modo que nosotros con aquella música, no creo que haya considerado como un riesgo , ni mucho menos como una amenaza a la fe divina, lo que ocurría con las guitarras, en aquel inmenso salón de luces blancas y paredes altísimas, donde debajo de un crucifijo colgado se paraba cada semana a disfrutar del espectáculo que brindaba aquel matrimonio.

Por eso padre, es que quería confesarme, aunque hayan pasado tantos años, aún hoy me invaden por las noches destellos de aquella música, y me resulta imposible no sentir cierto sentimiento de culpa.

Aún hoy recuerdo, como flashes del pasado, aquel martes que entró el obispo a la clases de catequesis. Y como le dije antes, siempre fui muy buena reconociendo las expresiones en las caras ajenas, supe de inmediato que no le gustó en absoluto, lo que estaba sucediendo en el salón. Mis compañeros pudieron haber comprado el cuento, de que ya estaba de antemano destinado el traslado del Padre Ángel a Entre ríos, sin embargo yo estoy convencida que lo decidió el obispo aquella misma tarde.
Y del matrimonio, nunca se nos explicó por qué dejó de asistir a los encuentros,- Elvira y Oscar no van a poder seguir viniendo con nosotros- nos dijeron un día, así sin más, luego de soltarnos el designio del padre Angel a una parroquia de Entre Rios, usted quizás de esto se acuerde , porque coincidió con su primer día como padre oficial de la iglesia.

Al matrimonio suelo cruzarlos por calle Mendoza, usted sabe padre, todos somos de este mismo barrio, pero no nos saludamos, - pienso que no haberlo hecho la primera vez, marcó sentencia para el resto de las veces que nos encontramos.
Sin embargo …. -Y aquí es donde quería llegar-… sé muy bien, al menos por qué no los saludo yo . Es por vergüenza. Por culpa, porque me siento cobarde de no haberlos defendido frente al obispo. - No espere Padre, no siga, no quiera convencerme de que no tiene nada que ver el obispo en todo esto, ya le dije que soy muy perceptiva con lo que le pasa a la gente, pero lamentablemente para ese entonces, todavía era muy insegura de mi misma, y no me animé a enfrentarme a ustedes el día que nos lo presentaban como el nuevo cura-

No tuve el valor de defenderlos, a ellos, al padre Ángel, porque sentía miedo de que se descubra “nuestro secreto”, de reconocer que el verdadero motivo de nuestros encuentros de cada martes - no era Dios-, - No era la iglesia- Eran Elvira y Oscar , era su música…

Hoy los vi de nuevo, me alegra verlos juntos después de tantos años, continúan caminando sin hablar, sin mirarse siquiera, al menos espero que sigan comunicándose a través de las vibraciones de sus guitarra, aunque me cueste creer que hayan formado un circulo con sillas dentro de sus casas…

Bueno Padre, entonces, diez ave marías, diez padres nuestros, tres glorias, y esperemos se me pase este sentimiento. Hasta maña padre…

Amén.

Comentarios

  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado febrero 2013
    Curiosa confesión y más curiosa la forma de vivir del matrimonio, no necesitaban palabras para entenderse, pero tenían algo en común que los unía más que mil palabras, no me explico porque no pudieron volver a la iglesia, al parecer les dio miedo que cobraran fuerza y los desbancaran:rolleyes:, Me gustó este relato:)
  • Lara TerraLara Terra Fernando de Rojas s.XV
    editado julio 2013
    amparo bonilla escribió : »
    Curiosa confesión y más curiosa la forma de vivir del matrimonio, no necesitaban palabras para entenderse, pero tenían algo en común que los unía más que mil palabras, no me explico porque no pudieron volver a la iglesia, al parecer les dio miedo que cobraran fuerza y los desbancaran:rolleyes:, Me gustó este relato:)

    Gracias Amparo.

    A veces me pregunto como te da el tiempo para leerte todo lo que publicamos.

    Gracias por estar en el bosque cuando el árbol cae...;)
  • BLADERUNNERBLADERUNNER Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado julio 2013
    !Hola!

    Este es otro buen ejemplo de relato intimista y cercano. Bien narrado, de una manera directa, que sienta en la misma mesa al lector y al escritor. Se tiene acceso a un diario privado y navegamos por sus líneas. Nos haces partícipe de una confesión y el lector parece intruso, leyendo unas páginas prohibidas donde se narra un diálogo privado.

    Es profundo e intenso, buenos elementos para enganchar al lector.

    Saludos
  • Lara TerraLara Terra Fernando de Rojas s.XV
    editado julio 2013
    BLADERUNNER escribió : »
    !Hola!

    Este es otro buen ejemplo de relato intimista y cercano. Bien narrado, de una manera directa, que sienta en la misma mesa al lector y al escritor. Se tiene acceso a un diario privado y navegamos por sus líneas. Nos haces partícipe de una confesión y el lector parece intruso, leyendo unas páginas prohibidas donde se narra un diálogo privado.

    Es profundo e intenso, buenos elementos para enganchar al lector.

    Saludos


    Hola Bladerunner. Gracias por tu comentario, captas perfectamente la sensación que he querido transmitir.

    Llegar con sentimientos entre líneas a un lector es tan natural como esporádico.

    Te agradezco una vez más tu comentario y la interpretación que le das al relato.

    Voy a leer tus escritos y devolverte el gesto. Un saludo.
  • Bar ImperioBar Imperio Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado julio 2013
    Un texto muy original dentro de su sencillez. El relato se desliza de una manera amable y da gusto leerlo, Hay una velada crítica a ciertos aspectos de la Iglesia Católica y es sorprendente la descripción del matrimonio tan bien avenido a través de la música. La ironía zumbona del final es otro mérito del cuento. Finalmente, te diré que he detectado un par de errores de ortografía facilmente subsanables con el Word. te mando un saludo, es un muy buen trabajo.
  • SuinaSuina Garcilaso de la Vega XVI
    editado julio 2013
    ¿Cómo es que se me había pasado de largo este coloquio seguidito, tan natural, tan sin querer queriendo?. Me encanta este tipo de texto en que parece que no hay esfuerzo, una falsa sencillez que no me engaña. Trabajado desde la cotidianidad, desde la boca de una feligresa (algo cotilla, a la que le gusta largar), y sobre todo, sin hacer una denuncia con aspavientos, sino soterrada, o casi enterrada, prestando la voz de una mujer asombrada por lo sucedido. Me gusta cómo has tratado el misterio, la fantasía, sin apretarla demasiado. El compañero Bar Imperio, que te hizo un comentario tan acertado, trabaja la fantasía con el mismo estilo que el tuyo, metiendo gotas, no torrentes, y eso es algo muy efectivo.
    Lo que más me ha gustado es la manera en que has tratado los diálogos.
    Como crítica, cuida las faltas ortográficas, es una pena que falles en algo tan básico.Te felicito Lara, con qué naturalidad escribes ( la naturalidad es un valor añadido en la literatura, pues no es simplismo, sino sencillez, y hace creíble los personajes y las situaciones), este valor lo manejas de maravilla.
    Un escrito que fluye, nada denso. El final es genial.
  • Lara TerraLara Terra Fernando de Rojas s.XV
    editado julio 2013
    Bar Imperio escribió : »
    Un texto muy original dentro de su sencillez. El relato se desliza de una manera amable y da gusto leerlo, Hay una velada crítica a ciertos aspectos de la Iglesia Católica y es sorprendente la descripción del matrimonio tan bien avenido a través de la música. La ironía zumbona del final es otro mérito del cuento. Finalmente, te diré que he detectado un par de errores de ortografía facilmente subsanables con el Word. te mando un saludo, es un muy buen trabajo.


    Hola Bar imperio, muchas gracias por tu comentario.

    Si, no hay escusas para los errores de ortografía con el fácil uso del Word, tienes razón, tampoco las hay para los errores de puntuación.


    Me alegro que te haya gustado.



    La sencillez en mis relatos es el medio que encuentro para autentificarme.


    Un saludo, leeré algún relato tuyo también comentaré.
  • Lara TerraLara Terra Fernando de Rojas s.XV
    editado julio 2013
    Suina escribió : »
    ¿Cómo es que se me había pasado de largo este coloquio seguidito, tan natural, tan sin querer queriendo?. Me encanta este tipo de texto en que parece que no hay esfuerzo, una falsa sencillez que no me engaña. Trabajado desde la cotidianidad, desde la boca de una feligresa (algo cotilla, a la que le gusta largar), y sobre todo, sin hacer una denuncia con aspavientos, sino soterrada, o casi enterrada, prestando la voz de una mujer asombrada por lo sucedido. Me gusta cómo has tratado el misterio, la fantasía, sin apretarla demasiado. El compañero Bar Imperio, que te hizo un comentario tan acertado, trabaja la fantasía con el mismo estilo que el tuyo, metiendo gotas, no torrentes, y eso es algo muy efectivo.
    Lo que más me ha gustado es la manera en que has tratado los diálogos.
    Como crítica, cuida las faltas ortográficas, es una pena que falles en algo tan básico.Te felicito Lara, con qué naturalidad escribes ( la naturalidad es un valor añadido en la literatura, pues no es simplismo, sino sencillez, y hace creíble los personajes y las situaciones), este valor lo manejas de maravilla.
    Un escrito que fluye, nada denso. El final es genial.


    Hola, gracias otra vez Suina por detenerte a comentar mi relato, y sobre todo gracias por la manera en que lo haces, porque te sumerges en él, lo saboreas, lo desmenuzas, y analizas los pequeños detalles... eso es mucho más de lo que uno espera cuando tiene la suerte de compartir con alguien un escrito.

    He estado buscando para leer algún relato tuyo y noté que muchos han sido borrados. Pero veo que has retomado y en cuanto pueda te dejaré mi opinión como lectora sobre alguno de ellos.

    Gracias de nuevo. Un saludo.
  • Lara TerraLara Terra Fernando de Rojas s.XV
    editado octubre 2015
    Confesión II.

    Buenos días Padre...Y con su espíritu.

    Hoy he venido decidida a confesarme, de verdad, -espero que no se escandalice demasiado- Durante todo este tiempo he asistido a misa obligada por mi marido. Si por mi fuera, hace rato que lo habría dejado de hacer. Además, ha insistido para que cada domingo venga a confesarme con usted -aguarde padre, que esto no es nada, hay mucho más-

    Resulta que el pobre, se ha convencido, que usted aquí dentro me sermonea sobre los pecados capitales y me advierte de los castigos infernales que obtendré si prosigo cometiendo adulterio.- Si así es padre, como lo ha escuchado, le soy infiel a mi marido con otros hombres, ya le advertí que había más, pero espere, quiero explicárselo mejor.-

    Lo cierto es que nunca antes se lo había confesado - y eso que cada domingo que he venido le he contado infinidad de tonterías e intimidades que ni yo misma sabía que dormían en mi mente- porque en este aspecto en particular, no me considero culpable de nada. Al contrario, me siento impune como un animal en celo que busca satisfacer sus necesidades.

    -¿Qué le pasa padre? lo he dejado sin palabras ¿eh?- comenzaré por el principio.-

    Cometo adulterio desde hace algunos años porque he encontrado en ello una forma de autentificarme. -Padre, cuando me entrego desnuda a los brazos de otro hombre- y si es desconocido, mucho mejor- simplemente… “me dejo ser”-. En ese momento doy rienda suelta al cuerpo para que haga conmigo lo que quiera.-¿puede comprender lo que le digo? -Es como si la mente se desprendiera de ataduras y permitiese actuar solo a la parte animalesca, respondo a estímulos que desconozco, que han sido reprimidos durante años, durante décadas, - (incluso me atreveré a decirle, que pienso que he heredado esta represión genéticamente)-

    Durante el acto sexual ambas almas se liberan- ya padre, sé lo que está pensando, pero déjeme continuar por favor, créame que sé de lo que estoy hablando porque lo he vivido-

    Le decía, que durante el acto sexual, los cuerpos quedan vacíos, se mueven de manera inconsciente, se retuercen en el placer, se entregan plenamente a una búsqueda desesperada y egoísta de la magnífica culminación, del punto de éxtasis final, donde se libera toda la tensión acumulada. -Entiendo que le incomode que le hable sobre este tema, justamente a usted que ha hecho voto de castidad, pero necesito ser precisa en los detalles para que pueda comprenderme.- Luego, cuando al fin logro conseguir el orgasmo, me domina una respiración entrecortada que se apacigua poco a poco junto al ritmo de los latidos, hasta quedar liviana, rendida sobre el cuerpo de un hombre que no me importa- ¿y sabe qué padre? -lo que ha pasado entre ambos es tan sano que ni siquiera nos hace falta disimularlo.

    Mi marido lo sabe, claro. Y el pobre, desde que esto sucede, tiene sentimientos ambiguos, -(usted no se imagina cuánto hemos mejorado nuestra actividad sexual, antes prácticamente nula)- Por un lado, no puede engañarme y sé perfectamente que está encantado con el cambio que he tenido en la cama, pero durante el resto del tiempo, como usted sabe, es un ferviente seguidor de la iglesia católica, y lo tortura el odio y el asco que siente por mí y por si mismo…

    ¡Bueno, seguramente no me contestaría eso si supiera de lo que le estoy hablando!, pero infiero que su condición de celibato no se lo permite- Sino, ¿con el propósito de que, debería actuar contra la voluntad de mi propio cuerpo?!...padre, cuando fornico, tengo la sensación de que estoy viviendo uno de esos momentos, en los que coinciden perfectamente lo que hago con lo que quiero hacer.

    Es que ese, es justamente otro pequeño detalle que nunca antes le he confesado. Resulta, que desde hace unos cuantos años, se me ha antojado que soy atea, con lo cual, me importa una mierda no heredar el reino de dios. -Se lo digo para que no se esmere rastreando argumentos bíblicos ya que no podrá chantajearme ni con el premio en el cielo, ni con el castigo en el infierno, también soy una escéptica del demonio.-

    -¡Bah!... Tonterías padre. La religión no es más que un circo en el que lamentablemente todos formamos partes de él, de una u otra manera: dueños, payasos y espectadores. Para todo, siempre es la misma fórmula, hasta para el fútbol y la política.

    Ya que me lo pregunta, si padre, siempre lo imagino, ¡¿cómo sería la vida si no existieran las religiones?!, Sin duda tiene razón, sería un caos. Un estado que solo se alcanzaría luego de haberse dado una revolución en el intelecto, un cambio en la conciencia y en el orden de los valores del hombre.- Suelo preguntarme… ¿ qué pasaría si las personas aceptaran esta vida como única y que luego de la muerte simplemente no hay más nada.? -Seguro que muchos se darían cuenta que están malgastando su tiempo en dinero.-

    -Si, así lo veo yo, una laptop que se apaga, sin más.- a diferencia de las religiones, tengo la humildad para reconocer que ignoro lo que nos sucederá luego de habernos muerto y asimilo la posibilidad de que tal vez no pase nada. La iglesia en cambio- muy soberbiamente- ha dado nombre a lo desconocido- luego nos lo vendió como un cuentito -

    Padre con todo respeto, hablar con usted, es igual que hacerlo con una computadora programada con bases de datos. –lo comprendo porque le han estado cargando la información desde que era pequeño – Pero debe saber, que usted es católico por mero acto del azar, por el fortuito lugar, o seno familiar, donde le ha tocado en suerte nacer,- y que, de haberlo hecho en Casa Blanca o en Tokio, otras serían hoy sus convicciones.-

    Perdone que lo interrumpa padre, ya están formando la fila para comulgar…mi marido también querrá entrar a confesarse detrás de mí, ya sabe, como siempre.

    Hasta la próxima semana padre. No, hoy no hace falta, ya no me dé tarea para rezar.

    Y con su espíritu padre, amén.
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado octubre 2015
    Al menos tiene con quien deshagosarse, mucho mejor que darle envidia a una amiga:)
  • Lara TerraLara Terra Fernando de Rojas s.XV
    editado marzo 2016
    amparo bonilla escribió : »
    Al menos tiene con quien deshagosarse, mucho mejor que darle envidia a una amiga:)

    Hola Amparo, ¿sigues por aquí? Recién hoy, que entré para releer algunos de mis relatos publicados en su momento, comprendo tu comentario ¡ Y me ha hecho gracia! crees que darle envidia a una amiga es una manera de desahogarse!!!! mira, nunca lo había visto de esa manera!

    Creo que tienes razón. :):D:-O

    Un saludo!
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado marzo 2016
    Todavía sigo...:)
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