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amigo josema

pessoapessoa Gonzalo de Berceo s.XIII
editado agosto 2015 en Narrativa
Este era un amigo que yo tenía que se llamaba Josema. Con él recorrí buena parte de la sierra de Guadarrama. Josema era divertido pero encabezaba la marcha y había que seguirle su paso. Quiero decir con ello que era un poco egoísta. Josema pasó por varias vicisitudes hasta que se enamoró de una chica para mí odiosa pues coincidió su conocimiento con problemas mentales que yo tuve siendo profesor de secundaria. Esta chica, Gabriela, no entendía ni papa de problemas mentales y ella tenía uno muy serio: era igual de egoísta que Josema. Dios los cría... Además, Josema tenía las virtudes del cuco en el sentido que cuando yo le llamaba, él aprovechaba para meterme un rollo por el móvil que no veas pero él casi nunca me llamaba a mí o si llamaba duraba minutos su conferencia. El caso es que Josema se casó y se olvidó de mí durante un año hasta que recibo un sms de este jaez: "pesa dos kilos. Patricia ya está aquí" para comunicarme que tuvo su hija. Más cutre y roñoso no se puede ser: comunicar por sms el nacimiento de una hija. Yo al principio ni siquiera sabía de qué se trataba pero al fin me acordé de Josema y le llamé: me soltó un rollo grandísimo que yo zanjé diciendo que se me quemaban las lentejas. Un día que quedamos (no celebró el nacimiento de su hija ni el de su boda conmigo, ni una triste caña) casi discuto con la payasa de su mujer porque me decía que yo no podía tener esa serie de enfermedad mental y más o menos que me la estaba inventando y que tenía mucha cara. Yo no quise discutir y poner las cosas peor. Un día que llamé por móvil a Josema y decirle que había sufrido una severa depresión, él me contó, sin hacerme caso, que se había tenido que gastar 300 euros en un cerrajero en su antigua casa. Eso fue la gota que colmó el vaso. Un día le llamé y le dije en pocas palabras que no quería volver a ser su amigo y que si les trataba así a sus amigos no les iban a quedar muchos ni a él ni a su mujer. Yo sabía que eran unos roñosos egoístas los dos y me empezaban a dar asco así que no me costaba abandonarlos porque así yo no sufría de descaros y de molestias que me tomaba por ellos que no me agradecían, como llamarlos después de la semana santa, después del verano, por su hija etc.
Total, que me quedé sin Josema. Pero ¿quién quiere un amigo que no es amigo sino un triste roñoso egoísta?

Comentarios

  • HelyziaHelyzia Pedro Abad s.XII
    editado julio 2015
    Nadie por supuesto, mejor sola que mal acompañada:)
  • PauMJVPauMJV Anónimo s.XI
    editado julio 2015
    Me recuerda a un par, buen relato.
  • FrancescaFrancesca Fernando de Rojas s.XV
    editado julio 2015
    Hola de nuevo, Pessoa, me gusta tu manera de escribir , como si nos dejases leer la línea de sus ( tus) pensamientos.
    Nos vemos.
  • pessoapessoa Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado julio 2015
    Vaya Francesca, saludos. El caso de esta historia es real, creo que se nota. Lo real hace que florezcan los sentimientos porque lo viví. Se me hicieron odiosos ambos tipos. Quizas por eso se me traslucen los sentimientos. Feliz verano
  • KafkaKafka Anónimo s.XI
    editado agosto 2015
    Muy buen relato
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