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Dos enanos
(él anciano, ella joven)
se escabullen
dentro del jardín.
Al fin los hallan
y caen de rodillas
las manos enlazadas.
Petrificadas
despintadas
insensibles
efigies
frente a los
genuflexos orantes.
Agradecen
con lágrimas:
han llegado
al final
del camino.
Comentarios
Me gustó Silenus.
Un abrazo.
Gracias Pinki, estoy probando un registro menos narrativo y más despojado. También más sugestivo. Pero no puedo dejar de contar algo, la estructura narrativa me resulta indispensable.
Muy amable tu comentario.
Un abrazo para vos.
El exhibicionista
de mañana
en la sedería
elige telas.
Pondrá cortinas
tapará los agujeros
de las paredes.
Quiere experimentar
el pudor.
El voyeur
encorvado
en el pasillo
a oscuras
siente la puntada
en su espalda.
Se pregunta
por qué
pondrán
las cerraduras
tan abajo.
En plena devoción
el cura ve
la mosca
sobre
la virgen.
Se le atasca
el mantra
del rosario.
Ella camina
por su cara
imperturbable.
El cura
mira
la
mosca.
Detiene
el pasaje
de las cuentas.
Se atasca
el mecanismo.
Grita
la criatura.
Toda ella es
una pulsión
primigenia.
La mujer
libera
un seno
lechoso
tibio,
un mundo
filoso.
El vástago
se enchufa
con un hambre
que llama
desde el
origen.
El peregrino
ha llegado.
Pero no.
Ante las
escalinatas
de la basílica
entre
el tumulto
de pies,
él se arrodilla.
Genuflexo
eleva
una rodilla
luego
otra rodilla.
Avanza.
Ya
está
por llegar.
Pero no.
El poeta
ojea
sopesa.
El diccionario
abierto
junto al
cuaderno.
Algunas
palabras,
mucha
incertidumbre.
Calcula
imagina.
Connotaciones
fuertes,
tercera entrada.
Elige
escribe:
trans-cribe.
Día de vencimiento.
Catorce cincuenta y nueve.
El vigilante
está por cerrar
la puerta.
Hay que correr.
La llave
en la mano.
Está por pasar
la cerradura.
Catorce
cincuenta
y
nueve.
Día
de
vencimiento.
Hay
que
correr.
Sopita
en
jarrito.
Ya
va
a
estar.
Mirando
la tele.
Distraído.
Sube
a traición.
Va a rebalsar
sin contemplación.
Apagar
¡ya!
Aquietar
¡Ahora!
Sopita
en
hornalla.
El punga
está
por
atacar.
Él podría
advertir:
“¡señora!”.
Pero sólo
mira hacer.
El punga
calcula
relojea
estira
una mano
hacia la cartera
entre los cuerpos
apretujados.
Retracción.
(Recalculando...)
Nuevo intento.
Él lo ve todo.
Y podría, claro, si quisiera.
Una palabra
enérgica.
“¡Señora!”.
Pero no: se entretiene
en el tren:
aprende
el oficio.
El viejo
acodado
en el bar.
Un
vasito de
tinto.
Por la vereda
ve pasar
gente.
Espera.
Y otro
y otro
día.
¿Qué espera?
El viejo
acodado
en el mostrador
ve
allá
afuera
pasar
gente.
Espera.
Pasa la navaja
sobre la vena.
Hace su trabajo.
crish
crish
crish
Epidermis
finita.
Pasajes
peligrosos.
Dorso
de
mano.
Repasa
la
zona.
Revisita
filosa,
ondula
se eleva
levemente
por sobre
la
protuberancia.
Anochece.
Sábado.
Se enciende
la ristra
de luces
de la plaza.
Domesticados
urbanizados
por igual,
se cruzan
en sus senderos
de ladrillo molido
pobres
y ricos
santos
y pecadores.
El Leviatán florido
a nadie regurgita
de su vientre.
Igualitarismos
del zoológico
humano.
Volcancito
erecto
sobre el
mentón.
¡No tocar!
Piquito
blanco
de pus.
Listo
para
eruptar.
Dos pulgares
vuelan
hacia
la zona
del desastre
que late.
Llama.
Reclama
la explosión.
Mini
eyaculación
contra
el espejo
por
la presión
de las yemas.
¡No tocar!
Calíope
está
mucósica.
pero
cómo
inspirarse si
a cada rato
ellos
reclaman
su atención.
congestiones
poéticas
la
inspiración
y la
espiración
pañuelitos
descartables
Ella
quisiera
escribir
los
versos
más
tristes
esta.
pero
cómo
imposible
con esas
explosiones
acuosas
verdiblancas
pegajosas
que reclaman
otro papel.
Veanló
ahí
genuflexo.
Es el
anarquista
escatológico.
En el templo
quiere
rezar
pero
también
quiere
gritar
“¡liberaos!”
“!escapad!”
¿El rosario
o la
molotov?
¿ agua bendita
o
gasolina profana?
¿el murmullo
o
el aullido?
En todo caso
el libertario
rezante
(reptante)
(suplicante)
(¡arrodillante!)
observenló
no puede
cumplir
con la devoción.
Está inquieto
desearía poder
mancillar
ese pulcro silencio
que
bajo el templo
lo
aprisiona y
empequeñece.
Efectivamente, siempre levo un rosario en el bolsillo. Sin ninguna duda usted es el de la molotov.
En todo caso, gracias por el poema.
Por cierto, yo sólo me arrollido para levantar a los que se han caído.
Algo
llama
adentro:
toc
.....toc
..........toc
antes de irse
para la cama.
La
llave.
Asegurarse.
Una
......dos
............tres
¿Cuántas veces?
Regresa a la cocinita.
Se fija.
La manija de hierro
hacia
abajo.
Otra vez
la agarra
con toda la mano
Tira
clausura
del
gas
bien
.......hacia
...............abajo.
Apaga la luz.
toc
.....toc
..........toc
Otra vez.
Ecos
en las paredes
de la mente.
Algo
golpea.
Se levanta
regresa.
Enciende la luz
de la cocinita.
Reinicia
el ritual.
otra
.......vez.
Como
el alien
comiéndose
por dentro
al oficial Kane,
así debería
un verso
socavar
al Modelo.
La caniche
se para
en dos patas,
mueve la cola.
De pronto
algo pasa
detrás:
se asusta por
su propia
flatulencia.
Y gira
gira
gira
sobre sí
buscando
el origen
de la explosión.
La botella
invita a darse
una vueltita
por la paz
de la etiqueta.
Excursiones
sedentarias.
Turismo
aventura
de los pobres.
Subamos.
Hay
manantiales
cumbres nevadas
y un hotel
entre pinos
completa
la ilusión óptica
contra el pevecé pintado
de celeste cielo.
Un agua
“pura”
“mineral”
(dice)
“cristalina”
“de manantial”.
Hay arroz
en la vereda
del registro civil.
Ayer fue
simbólico
rito
chinesco.
De a puñados
habrá salido
de las manos
de tías y abuelas
lloriqueantes
y habrá caído
entre risas y deseos
sobre
los cuerpos juveniles
de los recién
maridados.
Hoy es
material
trabajo
de limpieza,
o ilusión estomacal
del linyera
que barre
arrincona
y junta.
La liberadora
reminiscencia
libadora
le llegó
muy tarde.
Comprendió
sí
el origen
del trauma
pudo ver
a su
.......perge(da)ñador
.............................progenitor
Pero
muy
tarde.
¿Para qué
tanto diván
entonces?
Claro, ahora
entendía:
el buffet Freud
es un plato
que se come
bien frío.
El vendedor
de la palabra
toca timbre
o
...en
.......su
..........defecto
golpea
tres veces.
(Ya serán como
setenta veces
siete
en la semana).
Trae
el mensaje
encuadernado
Toda la verdá
en un solo.
dice y palmea
su maletín.
Fijesé don:
edición
..........de bolsillo
..........de lujo
..........comentada
..........para chicos.
Fijesé doña:
de oferta el nuevo t.
para el pibe
que va a tomar
la primera c.
La vieja
que abre
manosea
un rosario.
Le sonríe
por el resquicio
de la puerta
encadenada.
No quiere
le pregunta
comprarme
usté a mí.
Charla
el loco
con su sombra.
Aunque sea
mediodía
y aunque
los chicos
que salen
del colegio
lo chisten.
“Eh, ¡tontito!”
Va y viene.
Ocupado.
Pre-ocupado.
Reconcentrado.
La cuadra
es
su
hospicio.
Los guardapolvitos
blancos
son
sus
enfermeros.
“!Pst, sht!”
“¡tontito, tontito!”
El loco
manso
(mascota
de los cuerdos)
se interpela
analiza
se responde.
No escucha
las risas
los llamados
desde la
otra vereda.
“¡tontito! ¡tontito!”
Urania
está
colíquica.
No
puede
e
..lu
.....cu
.........brar.
Vuelven
los
retortijones
y
hay
.....que
...........correr.
Cien
metros
llanos.
Forzados
encierros
gástricos.
Retoma
el
silogismo
más
calmosa
pero
muy adentro
ella sabe
que sus
cólicos
la hacen
una báquica
colérica.
Hoy no es
una
asceta
del axón
sino
una
velocista
del esfínter
Escribe
que se
escribe.
Todo el día
a cada rato
preferentemente
en un
cuadernito
berreta
pero
si no en
...........las palmas
..........................las mejillas
..........................................los muslos
borradores
de la
carnalidad.
Atisbenló,
su cuerpo:
un palimpsesto
deshinibido.
Mirenló:
payasito
descuadernado,
pintagrafiado:
su
exhibicionista
máquina
de placer
(el orgasmatrón
woodyano
en la penitenciaría
kafkiana)
A la noche
antes de bañarse
¡acordarse de
salvar los signos!
(¿como salir de Word
sin grabar?)
Gra
fí
as
ma
niá
ti
cas
Sobreactúa
el oficial Kane
en cada
embarazada.
Un anhelado
alien
que
come
y crece
come
y crece
come
y crece
Luego la seducción
por la succión
hará el resto.
Está
oscuro
en
....el
.......pasillo
del
gra
fe
ma.
Gu
tu
ra
li
da
des.
Qué
se
dice
cuando
se.
Pa
sa
jes
Del
otro
lado
qué.
Fundido
a.