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Las reglas del Juego

SilenusSilenus Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
editado mayo 2015 en Poesía General
I (Temprano, al despertar)

Hay un procedimiento y un proceder
ciertas reglas lúdicas mas no lúcidas
para practicar el Juego que juego.
Es mi Juego. Yo soy el Jugador.
Esta mañana ni bien desperté,
mi primer pensamiento fue para Él.
Me dije ya no queda mucho tiempo
es mejor que explique sus entrañas
los flujos invisibles que lo atraviesan.
Ya es hora, recuerdo que pensé
estando en decúbito supino:
es hora de volver exotérico lo esotérico.

Comentarios

  • Not FoundNot Found Pedro Abad s.XII
    editado abril 2015
    Me dije ya no queda mucho tiempo
    es mejor que explique sus entrañas
    los flujos invisibles que lo atraviesan.


    Bravo!!
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado abril 2015
    Un motivo para despertar:)
  • estrofaestrofa Garcilaso de la Vega XVI
    editado abril 2015
    Poder leer las diferentes intensidades, temáticas, estilos, etc., poéticos de cada uno de vosotros, es algo fascinante. No me gustaría que nadie dejara de escribir por una mala crítica y perder la oportunidad de seguir leyéndoos a vuestra manera. Aunque rompáis con lo establecido, creo que eso me gusta aún más... la rebeldía poética...

    Gracias también a ti, Silenus.
  • SilenusSilenus Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado abril 2015
    estrofa escribió : »
    Poder leer las diferentes intensidades, temáticas, estilos, etc., poéticos de cada uno de vosotros, es algo fascinante. No me gustaría que nadie dejara de escribir por una mala crítica y perder la oportunidad de seguir leyéndoos a vuestra manera. Aunque rompáis con lo establecido, creo que eso me gusta aún más... la rebeldía poética...

    Gracias también a ti, Silenus.

    Gracias a vos Estrofa por estar atenta a todas las modulaciones de este foro, en especial en un hilo tan sensible como el de la poesía. Es cierto lo que comentás, puede suceder que lo que uno haga no guste ni interese a nadie en el foro, y puede resultar desconcertante pues uno publica para que se lo lea y, en el caso de un foro, para que se lo comente, aunque sean críticas (constructivas, claro), si partimos de la actitud humilde de que siempre estamos aprendiendo y de que el texto es mejorable. Pero aunque no le interese a nadie, es bueno seguir publicando, como decís, porque no hay nada peor que auto censurarse o llamarse a silencio.

    Saludos

    PD: No te pierdas este concierto: https://www.youtube.com/watch?v=FP0wQxWifBY
  • SilenusSilenus Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado abril 2015
    II (A eso de las once, cuando en otoño el sol divide en dos mitades exactas el rectángulo del patio)

    Hay una luz que viene del jardín
    y me anega por fuera
    pero la negrura de la mente se resiste
    a expeler en un discurso
    “coherente y cohesivo” como me
    enseñaron en la escuela
    las reglas del Juego que juego
    sin necesitar describírmelo
    a mí mismo pues de alguna manera sé
    qué es cómo se alimenta cuánto vale.
    Podría comenzar enumerando sus
    componentes como si las partes
    delicadamente membretadas
    sobre la mesa de disección
    formaran un todo
    como el que captura el misterio
    de un koan apenas
    terminó de decirse.
    Pero algo puedo articular:
    El Juego es su narración
    y quien narra crea de la nada
    juega el juego de las combinatorias.
  • estrofaestrofa Garcilaso de la Vega XVI
    editado abril 2015
    "... cuando en otoño el sol divide en dos mitades exactas el rectángulo del patio."

    Esto es hermoso, Silenus. Va tomando forma. Hay que adentrarse, volver a leer. Me va gustando cada vez más tu estilo de poesía. Vas creciendo en mi lectura. Hay que darle tiempo y mirada...



    PD: El concierto no me lo voy a perder, en cuanto tenga un hueco, lo escucho :-) Gracias.
  • SilenusSilenus Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado abril 2015
    III (Pasado el mediodía, minutos antes del plato de comida)
    Recuerdo que el Juego en sus días tempranos
    era tan dubitativo como estas palabras.
    Y solo después de habitarlo mucho,
    (de volverlo hábito y hábitat)
    con el tiempo, tras sus correcciones
    pude sentir su fluido amniótico.
    O también podría compararlo
    con el leve dolor en la piernas
    que se siente cuando uno
    recién se ha levantado
    de un sueño prolongado,
    esa sensación de fragilidad
    en las articulaciones de los pies
    como si recién se empezara a caminar.
  • SilenusSilenus Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado abril 2015
    IV (Recién levantado de la siesta)
    Para que mi discurrir pierda un poco de abstracción
    y tome ribetes más narrativos diré que
    le he aplicado al Juego (mi ley)
    varios modelos de la realidad (La Ley)
    tales como el sistema de salud municipal,
    la regulación de las tarifas aduaneras,
    las figuras que forman las hormigas
    durante sus peregrinaciones diurnas
    y también el paso de la luz solar
    por el territorio de mi habitación
    durante todo un día, doce de mayo,
    a los 34 grados sur, 58 grados oeste
    de este orbe insondable.
    Y en todos los casos la Realidad
    pasada por el tamiz del Juego
    exudó el olor de la fragancia
    de la planta de maíz.
    Y esa fragancia es bien real, por cierto.
  • SilenusSilenus Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado abril 2015
    V (A eso de las siete, cuando en otoño el sol comienza a flaquear)
    Que les quede bien claro:
    en el Juego
    no hay un Más Allá
    de lo hasta acá dicho
    ni metafísicas ni improntas
    místicas o míticas que puedan
    subyugar el placer de
    estar en el Juego.
    Un presente imperfecto
    un más acá del goce
    un ejercicio pedestre
    con chillidos de tripas
    como música de fondo.
    Es apenas una magia modesta:
    la del jugador jugando el Juego
    como la del creyente bajo el techo
    de chapas de la capilla barrial.
  • SilenusSilenus Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado mayo 2015
    VI (A eso de las diez, en la cocinita, entre platos sucios y migas)
    El Juego consiste en cuatro dados
    cada lado de cada cubo de marfil
    consta de un color, un olor y cierta rugosidad
    cuya delicada textura sólo pueden identificar
    las yemas que han habitado el Juego desde el principio.
    El Jugador solitario arroja los dados cuatro veces,
    de la combinatoria surgen dieciséis
    estados mentales posibles,
    de allí podrán salir un verso, un dibujo
    una melodía, un fotograma o simplemente
    la excusa que el Jugador necesitaba
    para quedarse echado fumando
    mientras sigue los contornos
    de las manchas de humedad del cielorraso
    entre las volutas de humo.
    En el Juego no hay ganadores ni perdedores
    no hay señales biunívocas, ni certezas ni dudas.
    Hay sí, sensaciones:
    la de sentir los dados dentro del puño cerrado
    la de escucharlos rodar sobre el tapete verde
    entrechocándose, y al fin, ya detenidos en su rodar,
    la de verlos formar tonos, figuras, ideas, reminiscencias.
    El Juego no proyecta nada sobre el jugador a no ser
    la sombra de cuatro pequeños cubos de marfil
    bajo la luz cenital de las lámparas.
  • SilenusSilenus Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado mayo 2015
    VII (Cerca de medianoche, antes de apagar la luz, otra vez en decúbito supino)
    Relee los versos escritos durante el día
    y siente que
    como ese personaje de El Congreso
    querer glosar el Juego
    es tan inútil como querer catalogar el mundo.
    Vivió en Él la mayor parte de sus días
    otros también podrán hacerlo,
    ¿no es ésa bendición suficiente como
    para no perturbar el fluir de Sus líquidos?
    En la duermevela de los versos finales
    bajo el sopor pringoso de los somníferos
    la mente pareciera más lúcida (más lúbrica),
    calmosa y tal vez ahora sí preparada
    para narrar las Reglas.
    Pero no.
    Lo que importa es evidente:
    el Juego, como dice el filósofo,
    está-en-el-mundo,
    se ha incrustado en la vida
    como una cuña entre dos nervios.
    Disculpenló que no pueda darles
    mayores precisiones.
    Va a apagar la luz.
  • estrofaestrofa Garcilaso de la Vega XVI
    editado mayo 2015
    Silenus escribió : »
    VI (A eso de las diez, en la cocinita, entre platos sucios y migas)
    El Juego consiste en cuatro dados
    cada lado de cada cubo de marfil
    consta de un color, un olor y cierta rugosidad
    cuya delicada textura sólo pueden identificar
    las yemas que han habitado el Juego desde el principio.
    El Jugador solitario arroja los dados cuatro veces,
    de la combinatoria surgen dieciséis
    estados mentales posibles,
    de allí podrán salir un verso, un dibujo
    una melodía, un fotograma o simplemente
    la excusa que el Jugador necesitaba
    para quedarse echado fumando
    mientras sigue los contornos
    de las manchas de humedad del cielorraso
    entre las volutas de humo.
    En el Juego no hay ganadores ni perdedores
    no hay señales biunívocas, ni certezas ni dudas.
    Hay sí, sensaciones:
    la de sentir los dados dentro del puño cerrado
    la de escucharlos rodar sobre el tapete verde
    entrechocándose, y al fin, ya detenidos en su rodar,
    la de verlos formar tonos, figuras, ideas, reminiscencias.
    El Juego no proyecta nada sobre el jugador a no ser
    la sombra de cuatro pequeños cubos de marfil
    bajo la luz cenital de las lámparas.

    Me encantó, Silenus.

    Sigo tus poemas, Las reglas del Juego y su desarrollo poético.

    Gracias por escribir :-)
  • SilenusSilenus Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado mayo 2015
    estrofa escribió : »
    Me encantó, Silenus.
    Sigo tus poemas, Las reglas del Juego y su desarrollo poético.
    Gracias por escribir :-)

    Gracias a vos Estrofa por tus comentarios tan amables, me ayudan un montón para valorar los textos, siempre pensando en que algún día (ojalá) pueda reunir los mejor logrados en papel.

    Saludos

    PD.: ¿Has podido ver La doble vida de Veronika?
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