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Mis poemas del alma

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Comentarios

  • pepetopepeto Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado junio 2014
    Celebrando la página número 100 de este libro que inició Negu.

    Oliverio Girondo

    Yo no sé nada

    Yo no sé nada
    Tú no sabes nada
    Ud. no sabe nada
    El no sabe nada
    Ellos no saben nada
    Ellas no saben nada
    Uds. no saben nada
    Nosotros no sabemos nada
    La desorientación de mi generación tiene su expli-
    cación en la dirección de nuestra educación,cuya
    idealización de la acción, era - ¡sin discusión!-
    una mistificación, en contradicción
    con nuestra propensión a la me-
    ditación, a la contemplación y
    a la masturbación. (Gutural,
    lo más guturalmente que
    se pueda.) Creo que
    creo en lo que creo
    que no creo. Y creo
    que no creo en lo
    que creo que creo
    «C a n t a r d e l a s r a n as»
    ¡Y ¡Y ¿A ¿A ¡Y ¡Y
    su ba llí llá su ba
    bo jo es es bo jo
    las las tá? tá? las las
    es es ¡A ¡A es es
    ca ca quí cá ca ca
    le le no no le le
    ras ras es es ras ras
    arri aba tá tá arri aba
    ba!... jo!... !... !... ba!... jo!...
  • pepetopepeto Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado junio 2014
    Uno más de Oliverio...

    Yolleo

    Eh vos
    tatacombo
    soy yo

    no me oyes
    tataconco
    soy yo sin vos
    sin voz
    aquí yollando
    con mi yo sólo solo que yolla y yolla y yolla
    entre mis subyollitos tan nimios micropsíquicos
    lo sé
    lo sé y tanto,
    desde el yo mero mínimo al verme yo, harto en todo
    junto a mis ya muertos y revivos yoes siempre siempre yollando
    y yoyollando siempre
    por qué
    Si sos
    por qué dí
    eh vos
    no me oyes
    tatatodo
    por qué tanto yollar
    responde
    y hasta cuándo...
  • NeguNegu Fray Luis de León XVI
    editado julio 2014
    Las flores cuyos nombres olvidamos,
    esta conversación que mantenemos
    y el silencio por el que discurrimos
    son la ilusión del tiempo que sumamos,
    la anamnesia de a qué pertenecemos
    y el ser que, si presente, inadvertimos.
    Somos el eco en curso hacia la ausencia
    de imágenes con alma, la conciencia
    de una vida que apenas intuimos.

    (Luis Izquierdo)



    Gracias, pepeto, amigo ....:-O:-O
    Gracias por acompañarme ...
  • MedeaMedea Miguel de Cervantes s.XVII
    editado julio 2014
    La enamorada

    ante la lúgubre manía de vivir
    esta recóndita humorada de vivir
    te arrastra Alejandra no lo niegues.

    hoy te miraste en el espejo
    y te fuiste triste estabas sola
    y la luz rugía el aire cantaba
    pero tu amado no volvió

    enviarás mensajes sonreirás
    tremolarás tus manos así volverá
    tu amado tan amado

    oyes la demente sirena que lo robó
    el barco con barbas de espuma
    donde murieron las risas
    recuerdas el último abrazo
    oh nada de angustias
    ríe en el pañuelo llora a carcajadas
    pero cierra las puertas de tu rostro
    para que no digan luego
    que aquella mujer enamorada fuiste tú

    te remuerden los días
    te culpan las noches
    te duele la vida tanto tanto
    desesperada ¿adónde vas?
    desesperada ¡nada más!

    Alejandra Pizarnik
  • QuintiQuinti Juan Boscán s.XVI
    editado julio 2014
    Sous la nuit

    Los ausentes soplan grismente y la noche es densa.
    La noche tiene el color de los párpados del muerto.

    Huyo toda la noche, encauzo la persecución y la fuga, canto un
    canto para mis males, pájaros negros sobre mortajas negras.

    Grito mentalmente, me confino, me alejo de la mano crispada,
    no quiero saber otra cosa que este clamor, este resolar en la noche,
    esta errancia, este no hallarse.

    Toda la noche hago la noche.

    Toda la noche me abandonas lentamente como el agua cae
    lentamente. Toda la noche escribo para buscar a quien me busca.

    Palabra por palabra yo escribo la noche.



    Alejandra Pizarnik

    .
    .
    .
  • NeguNegu Fray Luis de León XVI
    editado julio 2014
    Me han hablado del poeta
    que se arroja ácido a la cara durante los recitales
    y escribe en el cielo preprogramado de California
    con humo de aeroplanos

    y me impresiona la calidad de esta ética laboral
    tan a la altura
    de nuestros tiempos de paleocapitalismo posmoderno:

    todo por la patria
    por el patrón
    por el poder
    por la poesía...

    pero me temo
    que ni siquiera con tanto sacrificio
    consigue durar más de diez segundos en los telediarios.

    Prefiero
    otra estrategia lateral, contraria:
    escribir en la arena
    y hablar en voz muy baja
    para que tú me oigas.

    Borrar las huellas.


    -Jorge Riechmann-
  • MedeaMedea Miguel de Cervantes s.XVII
    editado julio 2014
    Hoy cumpliría 96.

    ****************************

    Entre mis manos

    Entre mis manos vives
    en confusión de nacimiento y corazón herido,
    como desvanecerse o contemplar
    un alto simulacro de ruinas;
    sobre mis dedos mueres,
    materia pensativa que se abate
    bajo el murmullo de mi tacto,
    y eres tristeza en mí,
    suave como la forma de la nieve,
    como cerrar la puerta
    o mirar la inocencia de una pluma.

    Nacida para mi caricia,
    con un perdón que olvida y un comienzo
    de éxtasis y aromas,
    me acerco hacia tu aliento,
    tu oído con mis labios toco y digo
    que nuestro amor es agonía,
    que escuches mi temor y mi palabra de humo
    y que yo, como tú, de noche oigo
    cómo se pierde el pensamiento,
    confuso entre mi carne y tu recuerdo.

    Mas retiro mi rostro de tus ojos
    porque ya no podré pensar una palabra
    que no habite tu nombre,
    y porque surges hasta del silencio
    como enemiga que desdeña el arma
    y de improviso nace entre las sombras,
    cuando sin ti yo no sería
    sino un olvido abandonado
    entre las ruinas de mi pensamiento.

    Alí Chumacero
  • QuintiQuinti Juan Boscán s.XVI
    editado julio 2014
    Sueño sucio #1

    Con apenas un año de vida, mi hija se asoma al balcón: sus
    pulmones son una pecera.
    Dentro del plástico le flota una piraña; bajo la lengua, una
    brújula apunta al suelo:
    el mecanismo de la vida de mi hija me vino por correo aéreo,
    desmontado.
    Desde un segundo piso, mi hija disfruta con las cosas
    brillantes, los estribillos de dos sílabas, las alturas. ¡Está
    muy mayor para su edad!
    Asoma su cabeza entre las rejas del balcón: tiene su mismo
    aspecto.

    Se lanza frente a Él.
    Contra el suelo. Tiene su mismo aspecto.

    Esta sensación me salpica los zapatos: como si me atravesaran
    el esternón con un cuchillo y extrajesen una porción
    que se exhibiera, por los siglos de los siglos, en una
    urna, sobre un cojín púrpura;
    como si nos inventásemos salmos
    para recitar en el colegio, entre segundo plato y postre, yendo
    de paseo, al irnos a dormir, al decirnos te quiero y
    abrazarnos,
    para limpiarte la conciencia cuando untes en tu desayuno
    tostadas con la miel de la vida de mi hija,
    manual de instrucciones para amortiguar el golpe.
    Igual que tú, tiemblo.

    Ya no puedo llorar.


    Elena Medel
    .
    .
    .
  • Dr FictizioDr Fictizio Fernando de Rojas s.XV
    editado julio 2014
    AH! qué bueno, Quinti. Gracias.

    Elena Medel era la del bikini verdad?
  • QuintiQuinti Juan Boscán s.XVI
    editado julio 2014
    Dr Fictizio escribió : »
    AH! qué bueno, Quinti. Gracias.

    Elena Medel era la del bikini verdad?

    La misma que viste y calza un 39.

    .

    [FONT=&quot]LO QUE DIJO JUDAS ESA NOCHE [/FONT][FONT=&quot]


    Los discípulos se miraban unos a otros, pues
    no sabían de quién hablaba.
    Jn 13, 22


    Largamente adiestrados en la sospecha, y hartos
    de mentirnos los unos a los otros,
    canallas que sonríen
    mientras sorben sus whiskys.

    Tiempo de contrición: nos hemos hecho daño.

    Y hoy, si intento mirarnos como quien desde fuera
    alcanza a ver el centro de las cosas,
    veo monstruos perfectos: moscas contra un cristal.

    Y sin embargo,
    hubo un tiempo de rosas salvajes en el mundo
    que habitamos a solas como amantes plurales,
    y era buena esa mano distraída en un hombro,
    beber del mismo vaso en lentas ceremonias de saliva,
    desnudos de verdad
    contra el cielo borracho de una noche inventada.

    La noche es el salón que llenamos de humo casi a oscuras.
    Tengo miedo a la noche que nos quita lo poco que aún nos queda:
    esas rosas, las manos sobre el hombro.

    Amigos tantas veces traicionados:
    después de las mentiras, perdonémonos
    aún, mientras hay tiempo.
    En el fondo seguimos siendo aquellos amantes.
    Luego, si la verdad sólo nos hace daño,
    volvamos a mentirnos, pero esta vez en serio, como entonces.

    Refugiémonos juntos en una gran mentira redentora:
    la cascada salvaje donde nadar desnudos,
    las copas de cristal,
    cabezas reposando sobre pechos tranquilos.

    Ah, no quiero, no quiero
    que muera lo que acaso dura un día,
    su huella inolvidable frente al humo disperso de este bar.

    Porque la noche, el humo, nos asfixian;
    somos agua de hielo sin sabor,

    bultos entre la niebla. Nos estamos muriendo
    y qué poco os importa.

    Se hace tarde. Pensad en esa música
    silbada entre dos luces, cuando sonríe el agua
    y los cuerpos están en paz consigo.
    Juguetes de calor, islas agradecidas.

    ¿Preferís la verdad de un destino automático?

    Adiós, mis traicionados amigos. Mucho tiempo
    amé vuestras facciones que ya otra luz afea y enrarece.

    Va a amanecer el día sobre las flores secas.

    Clausuremos el mundo con un beso.




    Jose Luis Piquero


    .
    .
    .
    [/FONT]
  • NeguNegu Fray Luis de León XVI
    editado julio 2014
    Llamador de socorro

    En mí hay siempre
    despedida:
    como uno que se ahoga
    cuyas ropas
    pesadas del agua de mar
    regala su último afecto
    a una nube pequeña.

    En mí hay siempre
    fe,
    como si la cuerda de oro fuera
    quienquiera que la arroje
    al llamador de socorro
    solemnemente debida.

    Hilde Domin
  • pepetopepeto Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado julio 2014
    Un poema para leer, leer y leer.

    Luis García Montero

    El amor

    Las palabras son barcos
    y se pierden así, de boca en boca,
    como de niebla en niebla.
    Llevan su mercancía por las conversaciones
    sin encontrar un puerto,
    la noche que les pese igual que un ancla.

    Deben acostumbrarse a envejecer
    y vivir con paciencia de madera
    usada por las olas,
    irse descomponiendo, dañarse lentamente,
    hasta que a la bodega rutinaria
    llegue el mar y las hunda.

    Porque la vida entra en las palabras
    como el mar en un barco,
    cubre de tiempo el nombre de las cosas
    y lleva a la raíz de un adjetivo
    el cielo de una fecha,
    el balcón de una casa,
    la luz de una ciudad reflejada en un río.

    Por eso, niebla a niebla,
    cuando el amor invade las palabras,
    golpea sus paredes, marca en ellas
    los signos de una historia personal
    y deja en el pasado de los vocabularios
    sensaciones de frío y de calor,
    noches que son la noche,
    mares que son el mar,
    solitarios paseos con extensión de frase
    y trenes detenidos y canciones.

    Si el amor, como todo, es cuestión de palabras,
    acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma.
  • NeguNegu Fray Luis de León XVI
    editado julio 2014
    (qué grande es García Montero; cada día más brillante)

    Otro para leer, leer, leer

    ESTOS POEMAS

    Estos poemas los desencadenaste tú,
    como se desencadena el viento,
    sin saber hacia dónde ni por qué.
    Son dones del azar o del destino,
    que a veces
    la soledad arremolina o barre;
    nada más que palabras que se encuentran,
    que se atraen y se juntan
    irremediablemente,
    y hacen un ruido melodioso o triste,
    lo mismo que dos cuerpos que se aman.

    Ángel González


    http://felipe-benitez-reyes.blogspot.com.es/2009/05/angel-gonzalez-por-luis-garcia-montero.html

    http://www.alfaguara.com/es/libro/manana-no-sera-lo-que-dios-quiera/

    :)
  • QuintiQuinti Juan Boscán s.XVI
    editado julio 2014



    Amigos



    Sólo la amistad es un hecho consumado
    Sully Prudhomme


    Nos vemos a menudo. Cenamos mucho juntos.

    A veces, a la hora peor, cogiendo el taxi,
    los miro como a extraños. Despedirse
    y sonreirnos tanto son muecas del alcohol. ¿Quiénes son estos?

    O a la vuelta del viaje -se ha pasado muy bien-,
    súbitamente singularizados
    por el próximo lunes de estupor y tareas sin amigos,
    mientras se da por hecho la siguiente
    y yo siento ese vértigo de volver a ser yo tras un nosotros
    demasiado compacto y comprensible.

    Hemos hablado tanto... No me acuerdo de nada.

    Eh, vayamos por partes. Si recuerdo
    con un pequeño esfuerzo, copa en mano,
    al que dice en plural de pareja la frase
    de moda entre nosotros: Os queremos,
    aún se puede salvar la noche de parejas sin hijos que se quieren
    unas a otras, cenan civilizadamente
    y toman copas juntas.

    Es curioso:
    los amigos que tengo ya tengo que salvarlos
    con arduos subterfugios de la benevolencia.

    A ver. Tiempos de crisis: alguien te da la mano
    con un pequeño alivio, dos mil duros.

    Confidencias: nos dimos la ocasión unos a otros
    de parecer a un tiempo complicados
    y vulnerables. Se puede querer mucho
    e inteligentemente a alguien así.

    Qué más. Las vacaciones: nos bañamos desnudos y era rabiosamente
    bello y salvaje.
    Una hermosa victoria -pero no muy secreta (imprescindible)
    sobre los bebedores de café.
    Como follamos todos, es un placer el préstamo de cuartos, sin pre-
    guntas:
    connivencia de iguales. No cambiamos las sábanas.

    Canciones boquiabiertas en fotos sonrientes,
    esa mirada grave de padecer-con cuando algún problema,
    postales -os queremos- y postales,
    diminutivos cómplices, etcétera y etcétera.

    Pues la verdad:
    nos vamos a morir de amor de amigos.

    Pero entonces, ¿por qué tanta extrañeza
    y el vértigo inquietante de no saber a quién, por qué, qué tanto, al des-
    pedirnos?

    Será que amar es eso, que nos quieran
    -susurra el generoso corazón-
    después de los mil duros y bañarse y las fotos y demás,
    como una consecuencia: todo es lógico.

    Y quizá es que me asustan innecesariamente
    las cosas que entendemos con esa claridad rotunda de que dos y dos
    sean cuatro
    en un mundo tan cómodo, tan fácil
    como pasarlo bien con los amigos en una noche ociosa y solidaria.
    Desprevenidos, tontos
    de puro no saber ni preguntarse,
    con la intoxicación amable de quererse sin culpas, no temiendo
    que el día menos pensado nos estalle en las manos el engaño aritmé-
    tico de la felicidad.

    El hecho consumado no precisa razones.

    Sin embargo, lo siento, esto es muy raro
    y yo aún no sé qué coño pintamos todos juntos.





    José Luis Piquero





    .
    .
    .
  • NeguNegu Fray Luis de León XVI
    editado julio 2014
    Hoy
    Amanecí
    Dichosamente
    Herido
    De
    Muerte
    Natural

    Efraín Huerta
  • QuintiQuinti Juan Boscán s.XVI
    editado julio 2014


    En la profundidad de Java, entre las sombras
    territoriales: aquí está el palacio iluminado,
    Paso entre arqueros verdes, adheridos
    a los muros, entro
    en la sala del trono. Está el monarca,
    apoplético cerdo, pavo impuro,
    cargado de cordones, constelado,
    entre dos de sus amos holandeses,
    mercaderes ceñudos que vigilan.
    Qué repugnante grupo de insectos, còmo arrojan
    sobre los seres concienzudamente
    paladas de vileza.
    Los centinelas sòrdidos
    de las lejanas tierras, y el monarca
    como un saco ciego, arrastrando
    su carne espesa y sus estrellas falsas
    sobre una humilde patria de plateros.
    Pero entraron dé pronto
    desde el remoto fondo del palacio
    diez bailarinas, lentas como un sueño
    bajo las aguas.
    Cada pie se acercaba
    de costado avanzando miel nocturna
    como un pez de oro, y sus máscaras ocre
    llevaban sobre el pelo de aceitada espesura
    una corona fresca de azahares.
    Hasta que se situaron
    frente al sátrapa, y con ellas la música, un rumor
    de élitros de cristal, la danza pura
    que creciò como flor, las manos claras
    construyendo una estatua fugitiva,
    la túnica golpeada en los talones
    por un golpe de ola o de blancura,
    y en cada movimiento de paloma
    hecha en metal sagrado, el susurrante
    aire del archipiélago, encendido
    como un árbol nupcial en primavera.



    Pablo Neruda


    .
    .
    ..

  • NeguNegu Fray Luis de León XVI
    editado julio 2014
    (...)
    amar es combatir, si dos se besan
    el mundo cambia, encarnan los deseos,
    el pensamiento encarna, brotan alas
    en las espaldas del esclavo, el mundo
    es real y tangible, el vino es vino,
    el pan vuelve a saber, el agua es agua,
    (...)

    Octavio Paz
  • MedeaMedea Miguel de Cervantes s.XVII
    editado julio 2014
    Negu escribió : »
    Hoy
    Amanecí
    Dichosamente
    Herido
    De
    Muerte
    Natural

    Efraín Huerta
    This.
  • QuintiQuinti Juan Boscán s.XVI
    editado agosto 2014
    La pena original



    Hoy me otorga la noche
    su lamento más triste, su balada
    de luces condolidas:
    la luna, las estrellas, las farolas...

    Nada escapa al dolor, ni el aire
    que gime en los tejados
    ni el ruido intempestivo
    de unos pasos anónimos.

    El búho de la sombra
    es un quejido hondo, una
    espesa lágrima de bronce:
    sollozan las maderas,
    llora el perro, los árboles
    alientan sus tambores fúnebres...

    Sí, todo tiende al llanto:
    ése que brota en las paredes
    delgadas de la pena original.



    Mariano Estrada


    .
    .
    .
  • QuintiQuinti Juan Boscán s.XVI
    editado agosto 2014
    NOVA de Jose Luis Piquero


    De pronto ha anochecido sobre el mundo y tú estarás sola, preguntándote a dónde se han ido todos.

    Parece que ha pasado un instante, o tal vez medio año. La casa estaba llena de gente que charlaba y en medio estabas tú, cegadora e intensa: una nova.

    Ahora te recuerdo como si dieras vueltas y más vueltas, faro de cualquier barco. Ocupabas el centro mismo del universo.

    O quizá no. Es tan sólo la música y ese estar tú y yo juntos del modo que sabemos. Te dije que el amor sería para siempre. Te mentí.

    Pero entonces llenabas todas las copas, lo mismo que llenabas el mundo con tu risa. Me rozabas el hombro levemente al pasar: no podría ignorarte aunque quisiera.

    ¿Dónde están todos esos invitados? Si coges el teléfono ¿cuántos contestarían?

    Tu soledad es un gran agujero negro. El mundo gira y tú no estás en él. Piensa en todos los días que han sido sobre el mundo y en sus noches de espanto.

    Y ojalá hubieras sido capaz de detener el transcurso del tiempo, retenernos a todos en un sueño de eones, mientras seguías tú llenando copas, sonriendo y brillando de luz blanca. Pero esta noche a solas ya estaba escrita. Pequeña nova. Niña. Faro de nadie.

    Que el dolor nos redima a todos juntos, en esta soledad que ninguno podemos compartir. Y que no sufras. Que tengas buenos sueños.

    Acuéstate y olvida.
    Yo también.
    .
    .
    .

    (Poema inédito)


  • Conde de AloneConde de Alone Pedro Abad s.XII
    editado agosto 2014
    Soledad...

    Muy bello

    Gracias
  • NeguNegu Fray Luis de León XVI
    editado agosto 2014
    De ésas

    He salido al mundo, bruja poseída,
    amenaza del aire negro, más valiente en la noche;
    soñando el mal, vagabunda, he viajado
    a lomos de las casas planas, de luz en luz:
    pobre solitaria, con sus doce dedos, enajenada.
    Una mujer así no es una mujer, lo sé.
    Yo he sido de ésas.
    He buscado las cuevas tibias del bosque,
    las he llenado de sartenes, tallas, estantes,
    armarios, sedas, de incontables bienes;
    he preparado las cenas de los gusanos y los elfos:
    aullando, componiendo las hileras rotas.
    A una mujer así nadie la comprende.
    Yo he sido de ésas.
    Montada en tu carro, arriero, he saludado
    con los brazos desnudos a los pueblos que iban quedando atrás,
    mientras me aprendía las últimas rutas de la claridad, superviviente
    de tu fuego que aún me muerde el muslo
    y de mis costillas que crujen bajo el vértigo de tus ruedas.
    Una mujer así no se avergüenza de morir.
    Yo he sido de ésas.

    Anne Sexton
  • NeguNegu Fray Luis de León XVI
    editado agosto 2014
    Visión optimista de lo imposible

    Es tan bonita,
    que no le silban por la calle,
    la tararean.
    Deberías verla,
    la poesía no alcanza su belleza.
    Da igual lo que escriba, no la abarca,
    no rozo siquiera su silueta.
    Es como pretender hablar del sol,
    poniendo como ejemplo una bombilla.
    Como en un triste charco de domingo,
    querer reproducir toda la lluvia.
    Deberías verla
    caminar como si en su reloj
    siempre fueran menos cinco
    y cada paso adelante conllevara un atajo.
    Como si el equilibrio estuviera enamorado
    de la suela de sus zapatos
    y tras su ausencia, dejara a los bordillos
    borrachos de nostalgia y abandono.
    (He sido su bordillo muchas veces
    por eso se muy bien de lo que hablo)
    Sus manos son pequeñas sin embargo,
    le cabe en una palma mi existencia,
    sus dedos son diez naúfragos heridos,
    la isla es una curva de mi espalda.
    Su pelo es casi negro
    (y digo casi)
    nunca una oscuridad ha brillado tanto,
    su boca es casi dulce
    (y digo casi)
    nunca un adiós me supo tan amargo.
    Deberías verla
    sonreír como quien deja de propina un billete grande,
    conseguir con la amplitud de su presencia
    que también la próxima estrella que muera
    lleve su nombre,
    sonrojar con tres palabras de ternura
    al macarra que me habita aquí en el pecho.
    Verla,
    floreciendo como una rosa en la terraza,
    bailando casi desnuda canciones de la radio,
    buscando enfadada las llaves en el bolso,
    mi vida en su bolsillo,
    la luna en los tacones.
    Quejándose frente al espejo de la mentira de los kilos,
    lamiendo la cuchara del helado
    hasta pervertir su reflejo y mi memoria.
    Reírse,
    volver a reírse,
    equivocarse de día,
    de mes,
    de año.
    De vida.
    Llegar tarde,
    que perdón y orgasmo sean sinónimos
    y mi nombre un adjetivo.
    Deberías verla, en serio,
    llorar por la muerte de un oso en el ártico,
    salvar a una araña del peso de mi pie,
    robarme la almohada cuando ya me he dormido,
    volver a la infancia en un solo relámpago
    y que un abrazo le baste
    para espantar a los monstruos.
    Deberías verla,
    aunque eso conlleve que después
    ya no puedas olvidarla.

    Ernesto Pérez Vallejo
  • SarasvatiSarasvati Fernando de Rojas s.XV
    editado agosto 2014
    Lorelei

    Sé muy bien todo lo que quiere decir
    que me encuentre tan contento.
    Un instante de un pasado verano
    no se me va del pensamiento.
    Las piedras, tibias de luna,
    y en la hierba se impacienta el viento de mar.
    Por una escalera que se arruina
    suben ella y un borracho.
    La muchacha en blue-jeans se propone
    ser buena con el hombre incierto.
    No rehúye verse en el ojo de niebla
    ni burla el paso que se pierde.
    Ahora la lleva un sentido de ofrenda:
    le han dicho siempre que lo ahogase.
    Y eso, ella solita,
    mi chica lo ha hecho.

    Gabriel Ferrater
  • NeguNegu Fray Luis de León XVI
    editado septiembre 2014
    " Cuando el tiempo haya modificado mi estructura, y mi cuerpo sea otro, otra mi sangre, otros mis ojos y otros mis cabellos. Pensaré en ti, tal vez. Seguramente, mis sucesivos cuerpos, prolongándome, vivo, hacia la muerte, se pasarán de mano en mano de corazón a corazón, de carne a carne, el elemento misterioso que determina mi tristeza cuando te vas, que me impulsa a buscarte ciegamente, que me lleva a tu lado sin remedio: lo que la gente llama amor, en suma."

    Angel González
  • juanchojuancho Francisco de Quevedo s. XVII
    editado septiembre 2014


    "Cuando sonríes, yo te reconozco,
    identifico tu perfil primero,
    y vuelvo a verte,
    al fin,
    tal como eras, como sigues
    siendo,
    como serás ya siempre, mientras te ame".


    Ángel González




  • estrofaestrofa Garcilaso de la Vega XVI
    editado septiembre 2014
    4 de octubre en Landmark Hotel

    -Si es un sueño no quiero que nada me despierte
    -decías con El ángel que nos mira en la mano
    y corriendo bajo la lluvia- decías
    la tormenta es un tigre,
    el tigre tiene un movimiento de árbol
    que va entrando en la noche.

    Bajo la lluvia,
    a solas con tu vida entre cielos e infiernos,
    entre nada ya es suficiente y demasiado no basta,
    mirabas caer la oscuridad en los parques
    -como un sonido de campanas sobre el agua-
    y decías una canción es sólo
    la forma de salir de un callejón sin salida,
    mirabas la oscuridad,
    con tu corazón perseguido por los leones,
    con tus plumas azules y tus sortijas árabes.

    20 años después, mientras me hablas
    de pequeñas ciudades -me pregunto
    si un recuerdo es algo que conservamos
    o algo que hemos perdido-, de pequeñas ciudades junto al mar,
    yo comprendo que sólo fuiste un sueño. Y como dice
    Delmore Schwartz en una canción de Lou Reed,
    en nuestros sueños comienzan nuestras responsabilidades.

    La última playa es fría y tiene una luz extraña,
    una luz blanca hecha de pájaros caídos.
    20 años después, desde este mundo
    de las cosas tal como son, tenemos
    nuestras propias preguntas. y respuestas
    que huyen de tu nombre
    como animales asustados por un trueno.

    El sueño es dulce, sientes
    grandes ruedas de fuego en el calor del día.
    y Lou Reed también dice
    que si cierras la puerta
    tal vez la noche dure para siempre.

    Benjamín Prado
  • pessoapessoa Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado septiembre 2014
    Tú buscas a tu amor en la vida
    Yo temo a la muerte del amor.
    Pero los trenes desfilan como bestias
    y las plañideras ya no existen más que en el metro.
    Lloran por nosotros unas estrellas muy altas.
    Yo me muero por quererte
    y tú matas el amor.
  • Conde de AloneConde de Alone Pedro Abad s.XII
    editado septiembre 2014
    O Captain! my Captain!

    O Captain! my Captain! our fearful trip is done,
    The ship has weathered every rack, the prize we sought is won,
    The port is near, the bells I hear, the people all exulting,
    While follow eyes the steady keel, the vessel grim and daring;
    But O heart! heart! heart!
    O the bleeding drops of red,
    Where on the deck my Captain lies,
    Fallen cold and dead.

    O Captain! my Captain! rise up and hear the bells;
    Rise up--for you the flag is flung--for you the bugle trills,
    For you bouquets and ribboned wreaths--for you the shores a-crowding,
    For you they call, the swaying mass, their eager faces turning;
    Here Captain! dear father!
    This arm beneath your head!
    It is some dream that on the deck
    You´ve fallen cold and dead.

    My Captain does not answer, his lips are pale and still,
    My father does not feel my arm, he has no pulse nor will.
    The ship is anchored safe and sound, its voyage closed and done,
    From fearful trip the victor ship comes in with object won;
    Exult O shores, and ring O bells!
    But I, with mournful tread,
    Walk the deck my Captain lies,
    Fallen cold and dead.

    Walt Whitman
    (Leaves of Grass, 1865)

    Versión en castellano:

    ¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, nuestro espantoso viaje ha terminado,
    la nave ha salvado todos los escollos,
    hemos ganado el premio que anhelábamos,
    el puerto está cerca, oigo las campanas, el pueblo entero regocijado,
    mientras sus ojos siguen firme la quilla, la audaz y soberbia nave.
    Mas, ¡oh corazón!, ¡corazón!, ¡corazón!
    ¡oh rojas gotas que caen,
    allí donde mi capitán yace, frío y muerto!

    ¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, levántate y escucha las campanas,
    levántate, por ti se ha izado la bandera, por ti vibra el clarín,
    para ti ramilletes y guirnaldas con cintas,
    para ti multitudes en las playas,
    por ti clama la muchedumbre, a ti se vuelven los rostros ansiosos:
    ¡Ven, capitán! ¡Querido padre!
    ¡Que mi brazo pase por debajo de tu cabeza!
    Debe ser un sueño que yazcas sobre el puente,
    derribado, frío y muerto.

    Mi capitán no contesta, sus labios están pálidos y no se mueven,
    mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad,
    la nave, sana y salva, ha anclado, su viaje ha concluido,
    de vuelta de su espantoso viaje, la victoriosa nave entra en el puerto.
    ¡Oh playas, alegraos! ¡Sonad campanas!
    Mas yo, con tristes pasos,
    recorro el puente donde mi capitán yace,
    frío y muerto.

    .
  • QuintiQuinti Juan Boscán s.XVI
    editado septiembre 2014
    LOS ENIGMAS

    Me habéis preguntado qué hila el crustáceo entre sus
    patas de oro
    y os respondo: El mar lo sabe.
    Me decís qué espera la ascidia en su campana transparente? Qué
    espera?
    Yo os digo, espera como vosotros el tiempo.
    Me preguntáis a quién alcanza el abrazo del alga Macrocustis?
    Indagadlo, indagadlo a cierta hora, en cierto mar que conozco.
    Sin duda me preguntaréis por el marfil maldito del
    narwhal, para que yo os conteste

    de qué modo el unicornio marino agoniza arponeado.
    Me preguntáis tal vez por las plumas alcionarias que tiemblan
    en los puros orígenes de la marea austral?
    Y sobre la construcciòn cristalina del pòlipo habéis barajado,
    sin duda,
    una pregunta más, desgranándola ahora?
    Queréis saber la eléctrica materia de las púas del fondo?
    La armada estalactita que camina quebrándose?
    El anzuelo del pez pescador, la música extendida
    en la profundidad como un hilo en el agua?

    Yo os quiero decir que ésto lo sabe el-mar, que la vida en sus
    arcas
    es ancha como la arena, innumerable y pura
    y entre las uvas sanguinarias el tiempo ha pulido
    la dureza de un pétalo, la luz de la medusa
    y ha desgranado el ramo de sus hebras corales
    desde una cornucopia de nácar infinito.

    Yo no soy sino la red vacía que adelanta
    ojos humanos, muertos en aquellas tinieblas,
    dedos acostumbrados al triángulo, medidas
    de un tímido hemisferio de naranja.

    Anduve como vosotros escarbando
    la estrella interminable,
    y en mi red, en la noche, me desperté desnudo,
    única presa, pez encerrado en el viento.

    .
    .
    .




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