“Revestimiento siniestro...
Todos pisan sobre niños que fueron,”
Murilo Mendes
Aquella sonrisa de un niño que depositaba su carta,
alrededor un árbol de hilillos de plata
y luces de colores.
Lucecitas minúsculas, como gusanos inmortales de estrellas
en un cielo quimérico, con arlequines vestidos de colorines.
Muriendo diciembre; con las pupilas dilatadas derramando porvenir,
en alegre tiempo, y que tan sólo durará un rato.
“ A mi me gustaría...”
Hasta el niño pobre que también sueña en un tiempo de
“
¿Será verdad?” o “¡¡¡
me lo pido!!!”
Rebosando escaparates de unos ojos que se estremecen.
Y luces de ilusiones por todos los lados, como miradas que acarician
esas penurias olvidadizas de todo el año.
Y tan sólo unas bragas tendidas, y unos deseos pendientes que se rompen solos en el aire.
Este año no.
No ha habido suerte.
Y después de tanto sonreír, y de soñar,
no se cumplió el deseo.
Somos niños. Tiempo hay.
Vendrán mas diciembres; y cuando se mueran, iluminaremos de nuevo
nuestras corneas de ternura, en un aire de Reyes
por un día.
Y volverá la sonrisa de ese niño al depositar su carta.
.
.
.
Comentarios
incluye sonrisas, aunque también decepciones. La cara y la cruz de las ilusiones.
Diga lo que diga, sé que me quedo corta... contigo siempre hay "Más"...
De manera simple te diré que me ha gustado... elevándolo a la máxima potencia.
Sonrisas
No hago como Sinrima, que apunta -acertadamentente- la fecha de cada poema, para guardarlo en su sitio y en su tiempo.
¡Si tú supieras lo que yo llegué a escribir y he perdido!
Doy una patada por internet y aparecen poemas míos, o en el escritorio, o entre mis apuntes, o tirados en el suelo, debajo del sofá.
Conmigo siempre hay más.
.
.
.
Llueven poemas...
Sonrisas