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Amor sin preguntas.

QuintiQuinti Juan Boscán s.XVI
editado julio 2014 en Narrativa
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Las procesionarias son unos gusanillos negruzcos con pelos rojizos y urticantes. Se van de paseo por los bosques a manera de tren. Van todos en ringle y avanzan los individuos con parsimonia. Muy serios ellos hacen larga hilera. Pero reconozcamos que son los más estúpidos de todos los seres, con ese carácter borreguil describiendo unas cientos de sinuosidades.

-Digamos que tampoco soy de escribir mucho.

Tienen la inteligencia de un insecto; será por su apostura, o por sus movimientos peristáticos propios de los anélidos; casi ciegos, incluso son como trozos de carne y miseria que pudiera existir en un jefe levantando la cabeza.

-Pero ya iba teniendo ganas de conocerte.

Nosotros, moscas cojoneras o humanos que somos, y siendo también unos trenes que chocan y descarrilan, estábamos por encima de la materia errónea. Porque detrás de cada error, seguía apareciendo una represión, según Freud. Y esto se ve reflejado en el pueblo. O en la gente.
Todos juntos somos la libertad donde los hombres permanecemos en silencio. En cambio yo, prefiero la anarquía al escribir. Palabrita del niño Jesús.

Cada etapa tiene su chifladura, pero siempre tropezaremos. Y hoy soy el sucesor de Carlomagno, o el je ne sais pas del 68. Tocará entonces, siendo parte del monstruo prestidigitador, buscar un sitio para volver a no sé dónde; como cuando Napoleón tiraba pan a las palomas.

-Veo alas de cotorra vestigiales siendo tú la reina del baile.

Sábeme que el Rey –el de la cabeza levantada- es siempre el símbolo de un padre que calma mi dolor. Pero tampoco hay que exagerar, ni mucho menos. Tan sólo soy un simple ponedor de cuadros.

-¡Oiga, un respeto!
-Daba risa el verme. Qué poesía escribía.

Un apretón de mano, con algo de niebla en la nota escrita fue la despedida. Y tuve suerte –diría más tarde- y el amor no me sale. Ni la madre enterrada del topo. Me remuerde la conciencia. Sí.

-Me faltaban unas palabras que decirte: la baba que se cae, haciendo río.


Por la ladera de los bosques, juntos vamos en fila de a uno. Insignificantes somos en ininterrumpida caravana hacia el abismo.

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Comentarios

  • odmaldiodmaldi Fray Luis de León XVI
    editado julio 2014
    Esto no es narrativa, es prosa.

    Luego: ¿Con quién charla el narrador al entrecortar los párrafos?
    Digamos que tampoco soy de escribir mucho,
    pero ya iba teniendo ganas de conocerte.
    Veo alas de cotorra vestigiales siendo tú la reina del baile.
    ¡Oiga, un respeto!
    Daba risa el verme. Qué poesía escribía.
    Me faltaban unas palabras que decirte: la baba que se cae, haciendo río.

    También: ¿Cómo buscó relacionar la primera parte del texto con la segunda? ¿Qué le lleva a saltarse de un tema a otro y cómo es que busca relacionarlo?


    Gracias por compartir.
  • QuintiQuinti Juan Boscán s.XVI
    editado julio 2014
    odmaldi escribió : »
    Esto no es narrativa, es prosa.

    Ni narrativa ni prosa: es teatro.

    Buscaba de algún modo la confusión del lector en el texto, o la fragilidad en la mezcolanza, la levedad del ser.

    Me encantó que te hicieras tantas preguntas.

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  • odmaldiodmaldi Fray Luis de León XVI
    editado julio 2014
    Quinti escribió : »

    [...]
    Me encantó que te hicieras tantas preguntas.

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    No me las hice, se las hice a usted. :mad:
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado julio 2014
    De taquito escurrió el bulto:)
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