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Tarde de junio a estas horas.

QuintiQuinti Juan Boscán s.XVI
editado julio 2014 en Narrativa
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. Entramos en aquella casa, todos. Habitación de opción silenciosa. Los adioses de traumático pasado. La masacre dentro de estas cuatro paredes blancas, donde se empieza y se termina el salto al vacío. El filo de un cuchillo brilla. Comenzaron a llegar los invitados. Ya estamos todos, disciplinados, con un ligero halo lleno de vacío. No se les veía ni los brazos ni los pies. Otros que quisieron nacer, y hacerse a nosotros no vinieron. No pudieron venir. Empezamos con largos viajes, monstruosos los ocres de la tierra. Los niños duermen y somos varios en la sala. Álvaro, Álvaro, Álvaro y yo mismo, somos cuatro aquí dentro. Coagulados y los ojos distorsionados hablan. Hablaban. Hablando. Y el grito. Se oyeron los primeros compases de música macabra tejida con disonancias quejosas mientras. Porque es, era, necesario que este cuerpo, corruptible, multiplicado en varios, sea revestido de incompatibilidad y lo que es mortal se convierta (convirtiera) en inmortal. Tiene el perro a su lado. Veo a su lado un perro. ¿Tiene usté perro? Si, creo haber visto un difunto en el entorno de un sacerdote. Pero ya no sufre. Tengo una gran alegría al verle, una gran alegría. ¿Qué soy yo? Los gritos nos devolvieron a donde la orgía llegaba a su apogeo. Nuestros gritos. ¿Lo oyes? Nos están gritando y no escuchas. Por todas partes se veían grupos de hombres y mujeres acoplados en las posturas más groseras. De madrugada terminó la fiesta. Termino la fiesta. Abre bien los ojos. La fiesta terminó. ¿Lo ves? La tercera tenía un rostro blanquísimo, como yeso, el cabello color rojo fuego. Se oyó un golpe seco, fragoroso, causado por un instrumento desconocido. El lúgubre diseño de una calavera con signos brillantes. Los hombres me hastiaban. Uno de ellos, menos idiota, me sugirió mar y soledad. Foso lleno de agua. Un foso lleno de agua que me ahogaba lento. Esparcían mi sangre. Vuestra sangre. Agujero en el muro con rara inclinación. Ríos sagrados desiertos líquidos turbios. Veo más allá de una amiga mía, pero hoy nadie se acuerda de mí. Mientras, la bestia, te reprenden, la conciencia. Los brillos de animal en el vaso de los pétalos. Era la nada del principio. La nada de un principio. Te conformabas con beber del mismo vaso. La nada ni nadie se acuerda de ti. Ni de mí. ¿Dónde estaba tu boca? Su última vez. He conseguido ver si saber de ti. O no. Me voy clavando mariposas muertas. Olvidas, Álvaro y así pues, tienes derecho a acusar y condenar. Verlo, pintarlo y decirlo. Y vivir, sobre todo vivir.


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Comentarios

  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado junio 2014
    Y cuantos junio hace:confused:
  • QuintiQuinti Juan Boscán s.XVI
    editado junio 2014
    amparo bonilla escribió : »
    Y cuantos junio hace:confused:

    Madre: 33 junios, siendo un niño.
    Padre: 12 junios, siendo un alguien.
    Demás familia: siempre en junio.

    Cuando llega junio tiemblo.


    Este año no creo que ganemos el mundial de fútbol.
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado junio 2014
    Se de esas coincidencias en las fechas, en la casa es el cumpleaños y muerte de alguien el mismo día, 29 de abril, cosa curiosa:eek::)
  • MedeaMedea Miguel de Cervantes s.XVII
    editado julio 2014
    Me voy a esperar hasta el próximo junio, para que no pierdas la costumbre :o
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