[FONT="]Las vi en la góndola.
Las compré.
Quité la adhesión entre sus partes interiores y coloqué:
al Congreso Nacional con todas sus manifestaciones,
a la crueldad de todos sus colores,
al cohecho,
al I.V.A,
a los tratantes de blancas,
a los traficantes de marfil,
al llanto del perro callejero,
a la maestra que subestima a sus alumnos,
al cáncer,
a la esterilidad.
Pero, entonces, noté que la bolsa ya tenía contenido. Y saqué:
a las flores dañadas por la lluvia ácida,
a la patria matestad,
a la cuota alimenticia del padre,
a la honestidad de devolver el vuelto de más,
al deseo sexual sano del sacerdote,
a la labor del ama de casa,
a las largas horas con los libros del estudiante responsable.
Porque a todas estas cosas la sociedad no tiene en cuenta. Y fueron a parar a la basura. [/FONT]
Comentarios
Tal vez reunes en el mismo poema demasiadas cosas.
Saludos.
O todos en la misma bolsa.
Coincido con Sinrima, para mi gusto carece de armonía poética.
Pero como me han dicho en varias ocasiones ...para gustos los colores
Un saludo.
Caro
Dices mucho y eso es de agradecer. La única pega que pondría, es que el haber incluido el ladrido del perro callejero entre tanta mierda, me ha parecido extraño. Sin duda, el perro callejero es el más decente de todas esas adhesiones detestables a las que yo añadiría algunas más, aun a costa de parecer redundante.
Un saludo.
Gracias por ller y opinar.
Saludos cordiales.
Siento no haberte comprendido.
Un saludo.