[FONT="]En el centro de la tierra, en el epicentro del globo, estaban formando el ADN para que naciese alguien. La criatura se llamaría " Arco Iris" y quien estaba a punto de parirla era la lluvia. Pero como la lluvia tenía un historial de vida oprobioso, todos sus acreedores de la tierra tenían el derecho a otorgarle una maldición a su hijo el Arco Iris.
Lluvia estaba a punto de dar a luz y fue en ese momento cuando irrumpían en el centro de la Tierra sus siete acreedores, o bien personas que se sentían lastimadas de alguna manera por Lluvia.
Lluvia lloraba ante ellos suplicando perdón:
- No le hagan nada a mi niño. Si tengo el privilegio de ser madre es porque soy buena.
Sus siete acreedores hacían oídos sordos a la súplica y disfrutaban del momento de la venganza, pues parece que las cosas de la naturaleza tienen condiciones humanas. Entonces empezaron a dictar sus sentencias a Lluvia, la mamá de Arco Iris.
Los siete damnificados por Lluvia eran : la sangre, el Himalaya, la vid, el río Bermejo, el sol, las mandarinas y un gasoducto.
Claramente sentenció la sangre:
- Tu hijo llevara mi tonalidad imperante de por vida por haber causado tú las guerras donde se derramó mi esencia. Si hubieras parecido sin parar desde 1939 hasta 1945 de forma torrencial con tu tornado y demás recursos, los hombres no hubiesen salido al campo de batalla, y soldados se hubiesen quedado en sus casas y no hubieran vagado seres humanos por Sachsenhausen ni Auswich expulsándome de sus cuerpos.
El Himalaya:
- Prefiero el color verde al blanco. Si no se hubiese formado nieve por tu culpa, apareciendo repentinamente, yo sería verde. Sencillamente por esto mi verde lo llevará tu hijo, sin importarme si será de su agrado o no.
La vid:
- Mi color lo llevará tu hijito por qué has hecho perder muchísimas cosechas para fabricar vino y entonces humildes campesinos se quedaron sin comer.
El río Bermejo:
- Mi color azul se perdió gracias a las inundaciones que tú, maldita, provocaste. Si no soy azul yo, que lo sea tu hijo en forma ridícula.
El turno de la sentencia para el hijo de Lluvia del sol:
- Por haber competido conmigo por quien imperaba en cada día. Amarillo para tu hijo.
Una mandarina en representación de todas:
- Porque muchas de mi especie tienen mucha agua y no se cotizan en el mercado por ser insípidas. Y tú estás compuesta por agua. ¡ Te odio!
El gasoducto:
- En memoria del color morado de los cadáveres a causa de pérdida de monóxido de carbono, y tu falta de consideración de estropear sus sepulcros embarrándolos. Índigo para el fruto de tu vientre.
El niño nació, pero la madre Naturaleza , si bien otorgó las sentencias como si fuera un Juez, consideró que el niño no tenía la culpa de lo que pudiera haber hecho su madre y de que las acusaciones eran irrisorias. Por la tanto decidió que el Arco Iris sería amado por toda la humanidad aunque esté formado por aquellos colores.
Le permitió entonces el ascenso al cielo.[/FONT]
Comentarios
Y sobre todo, esa reflexión de que el hijo no es culpable de los actos de los padres... ¡cuánto de oportuna me parece en la sociedad de hoy día! Que de lo peor de cuanto nos rodea pueda salir algo bueno Yo estoy convencido que así es. No impidamos nacer a nadie sea quienes sean sus padres y hayan hecho lo que hayan hecho Me quedo con eso. Enhorabuena de nuevo
Te oteé en el foro, te leí otras veces temiendo la impostura pero lo descarté por la endeblez estructural de tus textos y su mejorable redacción y me reafirmé en tu capacidad de imaginar y en tu facilidad descriptiva.
Podría señalar —con fines constructivos, desde luego,— algún detalle formal o conceptual que se me ocurre, pero me parece oportuno "no tocar la flor, que así es la rosa" porque están llenos de frescura, sencillez, ingenuidad y desparpajo.
Tienes una virtud poco corriente, Carolina; corrige y perfecciona la exposición de tus escritos y harás literatura de la buena. Es un consejo de lector.
¡ Mil gracias, amigo!:):):):):):):):):)
Me has hecho emocionar con tu crítica. Te regalo este video mío: