[FONT="]Álvaro era un pianista de la puta madre. Esto significaba que estudió muchos años en el conservatorio de música. Es más: estudió dos veces la carrera sólo por placer.
También era un aficionado al sexo. Veía a cada una de las teclas del piano como a un tipo de mujer. Esas melodías que ejecutaba...Aquel lago del cisne que en realidad pensaba que era una boludez. Dicen, bah...digo yo, que el camino del artista es complicado. Mas él transitaba ese camino sólo con un fin: el sexo. Para él la música era sexo. Por eso para sus relaciones sexuales buscaba a mujeres que le agradasen la música.
Entonces como cada tecla, tanto negras como blancas, eran un tipo de personalidad de mujer... a sus candidatas a llevarlas a la cama las sentaba en el piano y tocaba alguna música con las teclas precisas para cada mujer. De esa manera a cada dama le llegaba en su propio blanco cada flecha...aunque Álvaro si decimos la verdad, era pianista, sí, pero a la música la odiaba. Tan sólo era un medio para llegar a un fin.
Encantada con la melodía de acuerdo a su personalidad, entonces la presa pisaba el palito y se iba a la cama con él, " enamorada".
Nada más un detalle: hubo una mujer que le sacó la ficha y le tiró con fuerza la tapa del piano en los dedos.
Y en la puta vida Álvaro se olvidará de ella[/FONT]
Comentarios
Vas a tener que sonreír mucho, acá hay mucho amargado y amarga-das!
Saludos.
La trama me ha parecido tipificada, tal vez haya leído algo similar (o visto en tv) de sexo y música, incluso diría que con un pianista. Me ha resultado muy familiar y no sé por qué
Por último, y no sé si alguien habrá pensado lo mismo que yo, esta historia en un relato corto como los que se publican en el foro... queda un poco hueca
En definitiva, no me ha convencido, pero como he dicho; algo me ha gustado Espero leerte pronto otro relato
Querido amigo, en mi profesorado en Lengua y literatura nos han enseñado dos cosas, entre tantas: 1) Que el artista debe variar el estilo y así romper con la monotonía, y demostrar que no cansa con un mismo paradigma de palabras. Es decir, uso en mis obras casi siempre palabras muy finas, y en ésta quise cambiar para intentar en un atisbo ser eso, una artista, aunque sea grande el sintgma.
2) Mientras no divagues y en menos espacio desarrolles una o más ideas, más difícil y meritorio es tu trabajo.
Saludos cordiales.
De hecho, ya que lo mencionas, y como veo que te gusta esta literatura informal, ahora me estoy leyendo "Lo mejor que le puede pasar a un cruasán" de Pablo Tusset. No sé lo conoces, pero es del mismo estilo que este relato Te lo recomiendo