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año 2160, la verdad develada 3/9

gabriel pobletegabriel poblete Gonzalo de Berceo s.XIII
editado enero 2010 en Ciencia Ficción
El 05 de Marzo de 2118, las tropas de exploración de uno de las divisiones que avanzaban hacia Moscú, tuvieron que enfrentarse a una nueva y terrible arma. Aparecieron hombres, más bien humanoides de casi tres metros de estatura, con una potencia y fuerza desplegada con tanta determinación y rapidez, que daban la impresión de no tener sentido del miedo. Su aparición causó pánico inclusos en las tropas seleccionadas y era tanta su crueldad en la batalla, incluso con episodios de canibalismo, que hubo que ordenar una rápida retirada para poder organizarse y actuar con mayor conocimiento.

Sin embargo dichas formidables tropas de gigantes, jamás se detuvieron y comenzaron a diesmar horriblemente a las tropas aliadas.

Inmediatamente conocida la irrupción de aquella amenaza, los más altos oficiales se reunieron con los responsables de la inteligencia y comenzó a desarrollarse una teoría que buscaba explicar de donde había aparecido tan formidable enemigo. Los alemanes habían tenido una experiencia similar en la segunda guerra mundial, cuando menospreciando a la industria militar soviética, se vieron sorprendidos al irrumpir el poderoso tanque T-34 de extraordinaria robustez y capacidad.

Los servicios de inteligencia lograron capturar algunos de los escasos especímenes muertos en las iniciales batalla y realizar, con los equipos científicos, una urgente investigación que arrojaría terribles resultados.

Dicha nueva raza humana, habían sido potenciada en algunas de sus características más relevantes y significativas para su uso en la guerra. Principalmente estatura, fuerza, visión superlativa, agilidad física y neutralización del sentimiento de temor. En el campo de batalla bastaba solo con uno de estos fenómenos para terminar con una compañía entera, antes de poder ser finalmente derribado.

La ciencia biogenética había sido desarrollada en la mayoría de los países de avanzada tecnología, sin embargo, hasta ahora había sido utilizada para potenciar el desarrollo de ciertas características en los animales.

Era claro que existía la posibilidad de hacer uso de esa capacidad en los humanos, sin embargo las trabas éticas, morales y religiosas de occidente, al parecer no tenían su contraparte en la mentalidad oriental.

Dicha ciencia, también desarrollada en occidente, había sido capaz de incrementar el tamaño de ciertos animales que se requería de mayor volumen para favorecer la alimentación, había potenciado ciertos sentidos, incrementado su fortaleza, sus reflejos. Nada hacía pensar que las mismas alteraciones no pudiesen ser investigadas, desarrolladas y aplicadas en los seres humanos, pero frente al riesgo de las experimentaciones, la mentalidad y la ética occidental era más candorosa. Al contrario, los científicos rusos habían estado trabajando sin traba alguna en sus centros de investigación y habían sido capaces de desarrollar un verdadero monstruo de la guerra, que había sido estrenado justamente para evitar la derrota final en el conflicto.

En un gigantesco centro de investigación, detrás de Montes Urales, 50.000 científicos y sus asistentes habían estado, por décadas, experimentando y desarrollando el prototipo del nuevo guerrero. Sin tener algún limitante etico, las hembras nodrizas habían engendrado a miles de humanoides en forma de proyecto y miles también habían muerto. Mediante el método de prueba y error, finalmente habían logrado diseñar genéticamente un guerrero ideal que oportunamente había sido utilizado.

En la defensa de Moscu, los rusos habían dispuesto a 20.000 de estos monstruos y habían sido capaces de detener a 2.000.000 de atacantes. Ello obligó a un repliege estratégico y la difícil decisión de salir de Rusia para evitar mayores pérdidas. Por la supremacía que Rusia había obtenido con su nueva arma, se hacía urgente contrarrestar, para poder evitar una nueva ofensiva que amenazara a Ucrania, Polonia e incluso Alemania.

Con urgencia se levantó un catastro de todos los centros e investigadores que se desempeñaban en Alemania, Polonia y Ucrania, que podían realizar un aporte en el desarrollo de un prototipo de guerrero genético, para enfrentar al del los rusos.

Aprovechando una tregua, en un relativo breve plazo de tres años fue posible estrenar el guerrero que el ejército necesitaba para establecer definitivamente la seguridad en las nuevamente vulnerables fronteras de Ucrania.

Cuando fue posible contar con un número significativo de superguerreros, nuevamente se busco desatar la guerra, ahora enfrentándose ambos modelos de humanoides en sangrientos combates que finalmente no sirvieron para establecer la supremacía de algún modelo sobre el otro.

A partir de entonces se rompió definitivamente la barrera ética y moral que había contenido la investigación, desarrollo y gestación de humanos con cualidades y características diseñadas y planificadas. Ello, al amaño de las ambiciones y destinos que arbitrariamente las cúpulas directoras establecieran. Ya sea para ser usados en la guerra, en los deportes, en los trabajos pesados, etc.

Esa determinación, esa insolencia de creerse un pequeño Dios y manipular la carne humana de manera antojadisa y arbitraria, costaría muy caro a la humanidad, debiendo cancelar la factura y enfrentar las consecuencias de esa alteración del orden natural y disposición superior de la existencia.

A la humanidad se le había olvidado que lo más probable era que las cosas y equilibrios terrestres, obedecían a un ordenamiento superior que había que respetar y finalmente sucedió lo que jamás antes pudo haber sido imaginado.

Fue una noche del año 2160, en que se posaron cientos de naves sobre las ciudades de todo el mundo provocando pánico, curiosidad y cautela de parte de todos los habitantes de la tierra. Después de algunos días de espera y ansiedad, comenzaron a abrirse las compuertas de cada una de esas naves y se vieron descender transportes que se posaron en diversos sitios de cada ciudad. Al abrirse sus puertas aparecieron humanos que hacían señas de paz y amistad a las tropas y curiosos que se encontraban cerca. Ellos repetían y repetían, en cada una de las posibles lenguas del mundo, que venían acompañando a seres extraordinarios y superiores, en una travesía que pretendía trasladar a la humanidad completa a otra zona del universo, por motivos que posteriormente serían explicados.

Los motivos de ello en un principio se negaron a detallar, pero argumentaron que era absolutamente necesario y debía hacerse pronto.

La tecnología que emanaba de las naves y el poder de convencimiento de los emisarios de aspecto humano, que correspondía a personas que habían estado desapareciendo en extrañas circunstancias desde hacía unos cincuenta años y la revelación de ciertos secretos que permitían comprobar que habían estado habitando una civilización de avances y superioridad infinita, hicieron que nadie pudiera negarse a creer y emocionarse de la posibilidad de arrancar de un supuesto peligro, llenos de curiosidad por conocer esa nueva manera de vivir.

Fue increíble que la totalidad de las naves bastaron para embarcar a la humanidad entera, era como si tuvieran un inventario completo de todos los humanos que habitaban la tierra, la lengua que hablaban y su exacta disposición geográfica.

Tal como los emisarios humanos habían adelantado, la razón del traslado y las características de la civilización que había acudido al rescate de la humanidad, se hirían develando en el viaje de evacuación.

En cada nave fueron dispuestos unos 10.000 humanos que con cierto grado de comodidad y con su alimentación asegurada, pudieron emprender el viaje a un nuevo destino ubicado en una desconocida y distante zona del universo.


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