Gracia García de la Rosa:
El beso es de color rosa,
el abrazo es rojo oscuro,
y de violeta se tiñen
los pasos que damos juntos.
Una luz llegó a mi vida
cuando tus ojos miré.
El abrazo que me diste
a mí me enseñó a querer.
María del Carmen Durán Lorenzana:
Cuando una estrella se apaga
otra se enciende en el cielo,
que tú eres llama viva
y tu fuego es un tormento.
Niña, no te rías tanto,
que algo nos va a pasar.
Pa qué estar siempre contento
si eso no sirve de na.
Adela Ferrera Carrasco:
La vida es una condena
llena de pena y tristeza,
pero no todo es tan malo:
está el sabor de las fresas.
Josefa Pizarro Ocaña:
Cuando en la calle te encuentro
me acuerdo de cuando niña,
ay, qué bonitos recuerdos.
Ángeles Flores González:
Ya estoy harta de peleas.
Qué bien estaremos juntos
si limamos asperezas.
Josefa Reyes Cruz:
En mi casa me encontré
un marido y cinco hijos
que yo nunca me esperé.
Como eres tan bonita
y tu cara vale tanto,
por eso hoy te pinto,
para tener tu retrato.
En un canasto de flores
metí la mano y saqué
las flores de aquel amor
que ya nunca olvidaré.
Ana Peláez Santos:
La vida es muy fea cosa,
pero a veces nos sorprende
siendo tan maravillosa.
En tu cuerpo me encontré
el aroma de los patios:
olías como un clavel.
Yo no sé lo que me pasa.
Cuando no estás a mi lado
a mí se me parte el alma.
María Prado Moreno:
Nací en un pueblo del Sur,
tan blanquito como yo,
y tan limpio como tú.
Ni a la una ni a las dos,
sola me quedé esperando
arrecío el corazón.
Carmen Vigil Maqueda:
En mi casa me encontré
ratoncitos coloraos
y yo al verlos me asusté.
Cuando una estrella se apaga,
es porque a ti se te encienden
los ojitos de la cara.
De qué vale ser feliz
si al final siempre acabamos
por llorar y por sufrir.
Yo no me quiero morir,
que aunque la vida sea mala,
siempre es bonito vivir.