Se incorporó para sentarse en el filo de la cama oculta en la semipenumbra
de su dormitorio. El calor sofocante del verano la había hecho despertar y la
luz se colaba por las rendijas de las persianas gastadas y sucias. Percibió el
suave tacto de la alfombra en las plantas de sus pies y, en un gesto sin sentido,
comenzó a redibujar con la punta del dedo izquierdo las líneas arabescas que
alegraban el tapiz, como si se tratase de laberintos a recorrer que daban alas
a sus pensamientos buscando una salida.
«Ya no quiero ningún príncipe. Es demasiado agotador y agitador. Ni
siquiera me ha descalzado un zapato de cristal, no hace el esfuerzo de derribar
ninguna cortina ni arrodillarse para calmar mis pies doloridos.»
Cambió el lápiz simbólico por el dedo del pie de la derecha sin
detener sus cavilaciones o elevar la mirada del suelo.
«No, ahora pretende que camine sobre zapatos de cristal de altos
tacones y que mantenga el equilibrio entre la fragilidad y la fuerza para no caer.
Mis pies ya no están para tanto; duele demasiado ajustarme al frio de su
superficie y mis dedos no pueden moverse libremente. Lo peor es mi talón sintiendo
la presión de un borde remarcado por el modelo que él eligió a su antojo para mí.
¡Pobres pies míos!»
Definió con una habilidad espontánea un corazón, una mitad para
cada pie, moviendo ambos en paralelo.
«Lo que quiero no es un zapato de cristal, sino un zapato de agua,
que los envuelva sin peso — mirando a sus pies con ternura— que se transforme a
cada movimiento jugando entre el espacio de mis dedos y, que cuando me desquite
de ellos, continúen resbalándome por la piel de sus contornos para que nunca
pueda olvidar, que los mejores zapatos son los de la alegría.
Se levantó de la cama casi con un salto, camino dos pasos hacia la
cómoda heredada de su madre que antes había heredado de la suya, abrió la tapa
de un pequeño joyero de porcelana donde dejaba olvidadas aquellos abalorios que ya
no quería, y con un gesto de lo más natural, colocó en su interior la alianza
que arrancó de su dedo. Ni siquiera suspiró, cerró la tapa, y también la puerta
al salir de la habitación descalza y desnuda . El arabesco del tapiz del suelo parecía
que había cambiado de forma con un rayo de luz de la penumbra.
¿Sabes cómo se logra es príncipe azul? Se toma un príncipe y lo estrangulas hasta que llegue a azul.
El texto es bueno
No Aida eso de ir estrangulando principes azules no esta nada bien, ja, ja, mejor os cambias por unos verdes o rojos, despintan igual pero son mas divertidos y te haran reir.
@DIODAMA, me encanta tu relato. Escribes realmente bien. Mi más sincera enhorabuena. @ichavarria me gusta ese halo de misterio que has creado, me deja con ganitas de saber más.
@DIODAMA, me encanta tu relato. Escribes realmente bien. Mi más sincera enhorabuena. @ichavarria me gusta ese halo de misterio que has creado, me deja con ganitas de saber más.
Las calles estaban vacías cuando Crispín se asomó por los cubos de la basura. Y los cubos, a su vez, estaban ya vacíos de comida. De nuevo habían vuelto a dejarle sin nada los demás gatos. Gatos que, más que rechazarle, le prohibían terminantemente acercarse a las únicas fuentes de alimento a las que tenían acceso y que, todos los días, esquilmaban antes de que el pobre Crispín tuviera permitido acercarse. Cabizbajo, vagó por entre las casas de la urbanización. Quizá en alguna de ellas hubiera alguien que se apiadase de él. "A la gente le gustan los gatos, están siempre viendo videos nuestros en el móvil", pensaba, "pero claro... Yo soy como soy". Entonces, los vio. Un deslumbrante destello salió de una de las ventanas. Crispín se acercó y, sobre una estantería, ahí estaba un precioso y principesco par de zapatos de cristal. De un salto entró por la ventana, subió a la estantería y, con mucho cuidado, metió sus patas traseras en los zapatos. "Fab...uloso", se dijo a sí mismo. Ahora, con aquel par de maravillas, sentía cómo cumplia su sueño de convertirse en una auténtica princesa. "Se van a enterar los demás cuando los vean. Van a dejar de rechazarme por ser lo que soy". Y, impaciente por mostrar a todos su nuevo y lujoso atuendo, bajó de un salto de la estantería. Lo siguiente que oyó fue un ruido de cristal romperse en mil pedazos. Aquellos brillantes zapatos se habían estrellado contra el suelo nada más moverse Crispín. — ¡¿Ves por qué nunca dejamos que vengas con nosotros?! —se escuchó a otro gato vocear desde la calle— ¡No es porque seas gay, ni te guste travestirte... Si no porque eres más torpe que una vaca beoda!
Las calles estaban vacías cuando Crispín se asomó por los cubos de la basura. Y los cubos, a su vez, estaban ya vacíos de comida. De nuevo habían vuelto a dejarle sin nada los demás gatos. Gatos que, más que rechazarle, le prohibían terminantemente acercarse a las únicas fuentes de alimento a las que tenían acceso y que, todos los días, esquilmaban antes de que el pobre Crispín tuviera permitido acercarse. Cabizbajo, vagó por entre las casas de la urbanización. Quizá en alguna de ellas hubiera alguien que se apiadase de él. "A la gente le gustan los gatos, están siempre viendo videos nuestros en el móvil", pensaba, "pero claro... Yo soy como soy". Entonces, los vio. Un deslumbrante destello salió de una de las ventanas. Crispín se acercó y, sobre una estantería, ahí estaba un precioso y principesco par de zapatos de cristal. De un salto entró por la ventana, subió a la estantería y, con mucho cuidado, metió sus patas traseras en los zapatos. "Fab...uloso", se dijo a sí mismo. Ahora, con aquel par de maravillas, sentía cómo cumplia su sueño de convertirse en una auténtica princesa. "Se van a enterar los demás cuando los vean. Van a dejar de rechazarme por ser lo que soy". Y, impaciente por mostrar a todos su nuevo y lujoso atuendo, bajó de un salto de la estantería. Lo siguiente que oyó fue un ruido de cristal romperse en mil pedazos. Aquellos brillantes zapatos se habían estrellado contra el suelo nada más moverse Crispín. — ¡¿Ves por qué nunca dejamos que vengas con nosotros?! —se escuchó a otro gato vocear desde la calle— ¡No es porque seas gay, ni te guste travestirte... Si no porque eres más torpe que una vaca beoda!
Problem?
¿Puedo considerar que he colaborado en la inspiración?
Las calles estaban vacías cuando Crispín se asomó por los cubos de la basura. Y los cubos, a su vez, estaban ya vacíos de comida. De nuevo habían vuelto a dejarle sin nada los demás gatos. Gatos que, más que rechazarle, le prohibían terminantemente acercarse a las únicas fuentes de alimento a las que tenían acceso y que, todos los días, esquilmaban antes de que el pobre Crispín tuviera permitido acercarse. Cabizbajo, vagó por entre las casas de la urbanización. Quizá en alguna de ellas hubiera alguien que se apiadase de él. "A la gente le gustan los gatos, están siempre viendo videos nuestros en el móvil", pensaba, "pero claro... Yo soy como soy". Entonces, los vio. Un deslumbrante destello salió de una de las ventanas. Crispín se acercó y, sobre una estantería, ahí estaba un precioso y principesco par de zapatos de cristal. De un salto entró por la ventana, subió a la estantería y, con mucho cuidado, metió sus patas traseras en los zapatos. "Fab...uloso", se dijo a sí mismo. Ahora, con aquel par de maravillas, sentía cómo cumplia su sueño de convertirse en una auténtica princesa. "Se van a enterar los demás cuando los vean. Van a dejar de rechazarme por ser lo que soy". Y, impaciente por mostrar a todos su nuevo y lujoso atuendo, bajó de un salto de la estantería. Lo siguiente que oyó fue un ruido de cristal romperse en mil pedazos. Aquellos brillantes zapatos se habían estrellado contra el suelo nada más moverse Crispín. — ¡¿Ves por qué nunca dejamos que vengas con nosotros?! —se escuchó a otro gato vocear desde la calle— ¡No es porque seas gay, ni te guste travestirte... Si no porque eres más torpe que una vaca beoda!
Venga, os propongo esta para este lunes, que os veo tímidos. Empieza el juego
A modo de cuento
Calixto era un gato super listo e inteligente. Desde edad temprana mostraba una astucia que sorprendía a toda la gente que tenía la suerte de conocerlo.
La historia de su vida comenzó en una guarida de animales, donde fue adoptado por una chica llamada Alexia, que, aunque al principio no le parecía fuera de lo común, pronto se reconocia que Calixto era mucho más que un gato común.
La primera demostraciones de la listeza y la inteligencia de Calixto ocurrió cuando Alexia se dio cuenta de que su gato parecía comprender sus palabras. Cuando le decía "Calixto, ven a comer" o "Calixto es hora de dormir", Calixto respondía ipso facto, sin la necesidad de que su ama lo tuviese que llamar por segunda vez. Aunque Alexia sabía que los gatos podían aprender algunas palabras de rutinas, Calixto parecía comprender el significado real de las frases.
La habilidad más destacada de Calixto era su destreza para abrir puertas. Alexia se daba cuenta de esto cuando halló un día a Calixto dentro del armario de la cocina, rodeado de latas con sabrosa comida para gatos. Descubrió que Calixto había aprendido a saltar y a girar la manija de las puertas con sus patas delanteras, que le permitía acceder a lugares que estarían fuera de su alcance. Fue un detalle asombroso que demostró la capacidad de Calixto para resolver problemas de una forma efectiva.
Calixto también disfrutaba, ¡y de qué manera!, de algunos juegos mentales. Alexia le facilitaba rompecabezas para alimentar a su intelecto. Calixto resolvía estos desafíos con facilidad. Uno de sus juegos favoritos era un tablero con varios agujeros que ocultaban golosinas para gatos. Calixto aprendió, con sorprendente celeridad, a mover las piezas con las patas para degustar las deliciosas sorpresas escondidas.
Pero Calixto no se limitaba sólo a los juegos. Mostraba un talento fuera de serie para la comunicación. Con frecuencia se sentaba frente a Alexia y parecía intentar expresar sus deseos de un modo claro. Si quería comida, o atención, emitía maullidos específicos y miraba hacia el objeto de su deseo. Alexia lo entendía perfectamente y se sentía como si estuvieran teniendo una conversación sin palabras.
La habilidad más impresionante de Calixto era su capacidad para aprender trucos. Alexia le mostraba una serie de comandos, como "dame la pata", y Calixto no sólo aprendía con rapidez, sino que también disfrutaba de la atención que recibía durante esas sesiones de entrenamiento.
Enseguida, Calixto se convirtió en la estrella y el líder de su grupo de amigos y colegas, demostrando sus habilidades en fiestas y reuniones, que todos los asistentes deseando estaban de que las peripecias de Calixto saliesen a escena.
Pero (ese "pero" que a veces no trae nada bueno), la listeza y la inteligencia de Calixto causaban retos. Era un gato que necesitaba una estimulación constante. Si Alexia no le facilitaba suficientes desafíos, el aburrimiento se apoderaba de él y, para seguir activo, enseguida buscaba actividades por su cuenta, y esto provocaba algunas travesuras; como, verbigracia, desordenar la casa o abrir y cerrar sin sentido puertas.
Alexia tenía que ser cuidadosa con la comida. Calixto poseía una habilidad innata para eliminar el cierre de las bolsas de comida para gatos. Alexia tuvo que recurrir a esconder las comidas para mantener a Calixto fuera de ellas.
A medida que Calixto crecía, su listeza y su inteligencia aumentaban. Se convirtió en el gato más astuto de la ciudad.
Alexia se sentía orgullosa de su peculiar felino y siempre se maravillaba de las muchas formas en que Calixto había enriquecido su vida.
@DIODAMA, me encanta tu relato. Escribes realmente bien. Mi más sincera enhorabuena. @ichavarria me gusta ese halo de misterio que has creado, me deja con ganitas de saber más.
Voy pensando en el gatito.
Gracias, tengo mis dias.... y mi pereza.. y un extraño ritual de asar pimientos rojos para que me llegue la inspiracion. jajaja.
Soy Félix, puede que a mí no me conozcáis, pero el repelente de Garfield puede sonar, le gusta el protagonismo. Prefiero a Isidoro.
El otro día leía un libro en el que uno de mi raza mataba a un gigante, está bien. Otra historia son las brujas y sus gatos. Hasta la gata de los músicos de Bremen tenía su carácter.
En cambio, la competencia, los chuchos, los babosos… los perros suelen ser tontos. El mejor ejemplo es Rantamplan, el de Lucky Luke. Eran unos malos cómics, que originaron una horrible película "la balada de los Dalton" y unas penosas series.
Algunos humanos dicen que si la Tierra fuera plana los habríamos tirado. No es del todo cierto, somos ordenados y pues tiramos lo que sobra.
Las personas por fin han aprendido que queremos tarrinas de comida y así no los arañamos, demasiado. No es que seamos raros, es que no nos entienden.
Un teléfono móvil ¿lograré sacarlo de mi camino?
«Félix el gato, el único, único gato
te hará reír/ te hará sentir
viendo a Félix, el único gato».
Las personas se han olvidado de mí. El no ir acompañado de un ratón me ha fastidiado: Tom y Jerry, Rasca y Pica, Silvestre y Piolín... Voy a buscar al ratón Miguel para lograr otra vez la fama.
Comentar la historia. No me dices nada. La de los zapatos de cristal entró en el redar de un psicópata. Este se volverá en otro
Soy Félix, puede que a mí no me conozcáis, pero el repelente de Garfield puede sonar, le gusta el protagonismo. Prefiero a Isidoro.
El otro día leía un libro en el que uno de mi raza mataba a un gigante, está bien. Otra historia son las brujas y sus gatos. Hasta la gata de los músicos de Bremen tenía su carácter.
En cambio, la competencia, los chuchos, los babosos… los perros suelen ser tontos. El mejor ejemplo es Rantamplan, el de Lucky Luke. Eran unos malos cómics, que originaron una horrible película "la balada de los Dalton" y unas penosas series.
Algunos humanos dicen que si la Tierra fuera plana los habríamos tirado. No es del todo cierto, somos ordenados y pues tiramos lo que sobra.
Las personas por fin han aprendido que queremos tarrinas de comida y así no los arañamos, demasiado. No es que seamos raros, es que no nos entienden.
Un teléfono móvil ¿lograré sacarlo de mi camino?
Perdona Aida, se me traspapeló al quedar en la página de atrás Veo que tienes mucha carga emocional de comics y dibujos de hace unos años y que las adaptaciones de los TBO's que se hicieron para la tele y el cine te han gustado tan poco como a mi. Si estoy de acuerdo en algo, los gatos dominarán el mundo.
Bueno, parece que nadie mas quiere hablar de gatos o zapatos de cristal. Puede que una semana sea demasiado tiempo para gente tan activa y rápida de pluma. ¿Os parece si subimos una imagen nueva ya? y de paso podemos bajar el tiempo a lunes y miércoles si esta vez se nos hace también larga la espera. ¿Quién propone?
Comentarios
@ichavarria me gusta ese halo de misterio que has creado, me deja con ganitas de saber más.
Voy pensando en el gatito.
Las calles estaban vacías cuando Crispín se asomó por los cubos de la basura. Y los cubos, a su vez, estaban ya vacíos de comida. De nuevo habían vuelto a dejarle sin nada los demás gatos. Gatos que, más que rechazarle, le prohibían terminantemente acercarse a las únicas fuentes de alimento a las que tenían acceso y que, todos los días, esquilmaban antes de que el pobre Crispín tuviera permitido acercarse. Cabizbajo, vagó por entre las casas de la urbanización. Quizá en alguna de ellas hubiera alguien que se apiadase de él. "A la gente le gustan los gatos, están siempre viendo videos nuestros en el móvil", pensaba, "pero claro... Yo soy como soy".
Entonces, los vio. Un deslumbrante destello salió de una de las ventanas. Crispín se acercó y, sobre una estantería, ahí estaba un precioso y principesco par de zapatos de cristal. De un salto entró por la ventana, subió a la estantería y, con mucho cuidado, metió sus patas traseras en los zapatos. "Fab...uloso", se dijo a sí mismo. Ahora, con aquel par de maravillas, sentía cómo cumplia su sueño de convertirse en una auténtica princesa. "Se van a enterar los demás cuando los vean. Van a dejar de rechazarme por ser lo que soy". Y, impaciente por mostrar a todos su nuevo y lujoso atuendo, bajó de un salto de la estantería. Lo siguiente que oyó fue un ruido de cristal romperse en mil pedazos. Aquellos brillantes zapatos se habían estrellado contra el suelo nada más moverse Crispín.
— ¡¿Ves por qué nunca dejamos que vengas con nosotros?! —se escuchó a otro gato vocear desde la calle— ¡No es porque seas gay, ni te guste travestirte... Si no porque eres más torpe que una vaca beoda!
Problem?
Na, esos zapatos estaban destinados a romperse sí o sí.
A modo de cuento
Calixto era un gato super listo e inteligente. Desde edad temprana mostraba una astucia que sorprendía a toda la gente que tenía la suerte de conocerlo.
La historia de su vida comenzó en una guarida de animales, donde fue adoptado por una chica llamada Alexia, que, aunque al principio no le parecía fuera de lo común, pronto se reconocia que Calixto era mucho más que un gato común.
La primera demostraciones de la listeza y la inteligencia de Calixto ocurrió cuando Alexia se dio cuenta de que su gato parecía comprender sus palabras. Cuando le decía "Calixto, ven a comer" o "Calixto es hora de dormir", Calixto respondía ipso facto, sin la necesidad de que su ama lo tuviese que llamar por segunda vez. Aunque Alexia sabía que los gatos podían aprender algunas palabras de rutinas, Calixto parecía comprender el significado real de las frases.
La habilidad más destacada de Calixto era su destreza para abrir puertas. Alexia se daba cuenta de esto cuando halló un día a Calixto dentro del armario de la cocina, rodeado de latas con sabrosa comida para gatos. Descubrió que Calixto había aprendido a saltar y a girar la manija de las puertas con sus patas delanteras, que le permitía acceder a lugares que estarían fuera de su alcance. Fue un detalle asombroso que demostró la capacidad de Calixto para resolver problemas de una forma efectiva.
Calixto también disfrutaba, ¡y de qué manera!, de algunos juegos mentales. Alexia le facilitaba rompecabezas para alimentar a su intelecto. Calixto resolvía estos desafíos con facilidad. Uno de sus juegos favoritos era un tablero con varios agujeros que ocultaban golosinas para gatos. Calixto aprendió, con sorprendente celeridad, a mover las piezas con las patas para degustar las deliciosas sorpresas escondidas.
Pero Calixto no se limitaba sólo a los juegos. Mostraba un talento fuera de serie para la comunicación. Con frecuencia se sentaba frente a Alexia y parecía intentar expresar sus deseos de un modo claro. Si quería comida, o atención, emitía maullidos específicos y miraba hacia el objeto de su deseo. Alexia lo entendía perfectamente y se sentía como si estuvieran teniendo una conversación sin palabras.
La habilidad más impresionante de Calixto era su capacidad para aprender trucos. Alexia le mostraba una serie de comandos, como "dame la pata", y Calixto no sólo aprendía con rapidez, sino que también disfrutaba de la atención que recibía durante esas sesiones de entrenamiento.
Enseguida, Calixto se convirtió en la estrella y el líder de su grupo de amigos y colegas, demostrando sus habilidades en fiestas y reuniones, que todos los asistentes deseando estaban de que las peripecias de Calixto saliesen a escena.
Pero (ese "pero" que a veces no trae nada bueno), la listeza y la inteligencia de Calixto causaban retos. Era un gato que necesitaba una estimulación constante. Si Alexia no le facilitaba suficientes desafíos, el aburrimiento se apoderaba de él y, para seguir activo, enseguida buscaba actividades por su cuenta, y esto provocaba algunas travesuras; como, verbigracia, desordenar la casa o abrir y cerrar sin sentido puertas.
Alexia tenía que ser cuidadosa con la comida. Calixto poseía una habilidad innata para eliminar el cierre de las bolsas de comida para gatos. Alexia tuvo que recurrir a esconder las comidas para mantener a Calixto fuera de ellas.
A medida que Calixto crecía, su listeza y su inteligencia aumentaban. Se convirtió en el gato más astuto de la ciudad.
Alexia se sentía orgullosa de su peculiar felino y siempre se maravillaba de las muchas formas en que Calixto había enriquecido su vida.
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Calisto_(mitolog%C3%ADa)
Gracias, tengo mis dias.... y mi pereza.. y un extraño ritual de asar pimientos rojos para que me llegue la inspiracion. jajaja.
Las personas se han olvidado de mí. El no ir acompañado de un ratón me ha fastidiado: Tom y Jerry, Rasca y Pica, Silvestre y Piolín... Voy a buscar al ratón Miguel para lograr otra vez la fama.
Comentar la historia. No me dices nada.
La de los zapatos de cristal entró en el redar de un psicópata. Este se volverá en otro
Perdona Aida, se me traspapeló al quedar en la página de atrás Veo que tienes mucha carga emocional de comics y dibujos de hace unos años y que las adaptaciones de los TBO's que se hicieron para la tele y el cine te han gustado tan poco como a mi. Si estoy de acuerdo en algo, los gatos dominarán el mundo.