"No se me ha ocurrido desear nada", dijo, acariciándonos la cabeza. "Era demasiado bonito" Sarasvati a veces el mejor regalo es el envoltorio. .. muy buen relato
Bueno, vamos a intentarlo que estoy sin ideas últimamente; del tirón en el momento sin guión establecido.. . ejercicio puro y duro de escritura creativa in so facto. Cerró los ojos, es alli donde deseaba estar como el último refugio al que acudir. No habrá más, tampoco mañanas. El cuerpo se alejaba de si mismo y la luz de la ventaba comenzaba a tornarse mas ópaca y difusa. No sentia dolor, no habia sentimientos encontrados, solo una calma nacida desde el centro de las tripas y que rebotaba por cada contorno de su piel y de sus huesos. El miedo no quiso surgir, solo la imagen de aquel anochecer perdido en aquel paraje sin norte ni aliento 60 años atrás, con los pies helados y los dedos como hierros lacerados por el frio, adormecido y hecho un ovillo. La misma lentitud en el tiempo, la despreocupación absoluta por lo mundano. Jamás estuvo tan solo, tan al filo de si mismo y tan cercano al centro, sin posibilidad de un retorno y sin fuerzas para continuar. La última ciudad quedaba demasiado lejos. Y como una magia dictada para él, escrita en el cielo y bordada con alientos de vida; comenzarón a caer despreocupamente manteniendo el silencio que dolia en los oidos y aclarando a los ojos con su luz. Le llevó al recuerdo de la mano de su madre de pequeño en aquel viejo caserón en una noche de verano. Le evocó la alegria del recuerdo de la sorpresa de los ojos de un niño que descubre por primera vez el mundo y obligó a su cara congelada a sonreir. También elevó su mano derecho tal cual hizo de pequeño en un intentó de arrabatar al cielo una de esas estrellas caídas. Con ello se levantó el velo de la muerte adormecida; y con ellas resurgió las ganas de otra sonrisa; por los hijos no nacidos, los amores no llegados, el loco sexo, los sufrimientos alterandos de momentos de alegria, el orgullo de ser quien era y que estaba a punto de abandonar. Se levantó con la lentitud de un titan moribundo dispuesto a sostener el mundo, y comprendió que siempre cae de norte a sur, y que el pequeño pueblo estaba en aquella dirección. Caminó durante toda la noche, manteniendo la idea que cada una de ellas era un golpe de vida que le surcaban las células y las despertaban del casi abandono, que le regalaban la posibilidad de lo verdadero, su existencia, porque aún continuaba vivo. Vuelven a aparecer en el fondo de sus ojos; la luz del ventanal se oscurece para dejarlas ver con toda su libertad en la oscuridad de un fondo oscuro. Ahora ya no hay donde caminar, todo aquello pendiente se labró, se dibujo con la fuerza de la voluntad. La calma, el silencio, el frio sin dolor, la luz salpicada, el olor sin sabor y el sabor sin olor, le agarró las manos, el almá y el aliento. Volvió a sonreir, sabia que otra vez, era un nuevo comienzo.
Salimos bien entrada la noche para presenciar la lluvia de Perseidas.
El cielo estaba raso, terso en su serena desnudez; una gran piedra pulida que emitía una palpitación remota. El fenómeno empezó de madrugada: punzadas de vertiginosa incandescencia atravesaban la atmósfera, surcando raudas el éter para disiparse en un polvo pálido que profundizaba la altura de la noche.
"También se las llama lágrimas de San Lorenzo", nos informó mi padre, emocionado, dividido entre los prismáticos y la cámara de fotos. "Id pensando deseos, rápido".
Durante una hora mágica el firmamento se cuajó de aquellas "lágrimas" volátiles, que nos arrancaban exclamaciones ahogadas de asombro: un esplendor ausente que nos estremecía.
Mi hermano y yo, investidos de pronto de aquel poder mágico instantáneo, no atinábamos a escoger nuestros deseos.
Cuando cesó el espectáculo mi padre nos preguntó, sonriendo, qué habíamos deseado. Nos dio vergüenza confesar que sólo habíamos pedido juguetes, menudencias, cosas materiales.
"¿Y tú?", le pregunté a mi padre.
Él hizo un gesto negativo, un poco melancólico.
"No se me ha ocurrido desear nada", dijo, acariciándonos la cabeza. "Era demasiado bonito"
¡Qué bien! Mi estimada amiga Sarasvati se ha agregado a este hilo, y vaya texto que ha largado, muy en consonancia con la imagen, como no podía ser de otra manera porque ella sabe escribir y a mí me gusta su forma de hacerlo.
En esto, has echado el recto:
Durante una hora mágica el firmamento se cuajó de aquellas "lágrimas" volátiles, que nos arrancaban exclamaciones ahogadas de asombro: un esplendor ausente que nos estremecía.
Pues voy con retraso entonces, jaja, mas vale tarde que nunca. Estuve en un cursito de escritura creativa antes del pandemia, dos horitas a la semana nada mas, pero nos hacian ejercicios muy interesantes para abrir la cabeza y que surgieran ideas; a mi me ayudo mucho.
Salimos bien entrada la noche para presenciar la lluvia de Perseidas.
El cielo estaba raso, terso en su serena desnudez; una gran piedra pulida que emitía una palpitación remota. El fenómeno empezó de madrugada: punzadas de vertiginosa incandescencia atravesaban la atmósfera, surcando raudas el éter para disiparse en un polvo pálido que profundizaba la altura de la noche.
"También se las llama lágrimas de San Lorenzo", nos informó mi padre, emocionado, dividido entre los prismáticos y la cámara de fotos. "Id pensando deseos, rápido".
Durante una hora mágica el firmamento se cuajó de aquellas "lágrimas" volátiles, que nos arrancaban exclamaciones ahogadas de asombro: un esplendor ausente que nos estremecía.
Mi hermano y yo, investidos de pronto de aquel poder mágico instantáneo, no atinábamos a escoger nuestros deseos.
Cuando cesó el espectáculo mi padre nos preguntó, sonriendo, qué habíamos deseado. Nos dio vergüenza confesar que sólo habíamos pedido juguetes, menudencias, cosas materiales.
"¿Y tú?", le pregunté a mi padre.
Él hizo un gesto negativo, un poco melancólico.
"No se me ha ocurrido desear nada", dijo, acariciándonos la cabeza. "Era demasiado bonito"
me ha gustado mucho, sencillo, pero con un algo bien reflejado de eso que saben lo padres decir en el momento justo. Bonito.
Pues voy con retraso entonces, jaja, mas vale tarde que nunca. Estuve en un cursito de escritura creativa antes del pandemia, dos horitas a la semana nada mas, pero nos hacian ejercicios muy interesantes para abrir la cabeza y que surgieran ideas; a mi me ayudo mucho.
Creativa lo soy, lo que sucede es que me cuesta adornar
Bueno, vamos a intentarlo que estoy sin ideas últimamente; del tirón en el momento sin guión establecido.. . ejercicio puro y duro de escritura creativa in so facto. Cerró los ojos, es alli donde deseaba estar como el último refugio al que acudir. No habrá más, tampoco mañanas. El cuerpo se alejaba de si mismo y la luz de la ventaba comenzaba a tornarse mas ópaca y difusa. No sentia dolor, no habia sentimientos encontrados, solo una calma nacida desde el centro de las tripas y que rebotaba por cada contorno de su piel y de sus huesos. El miedo no quiso surgir, solo la imagen de aquel anochecer perdido en aquel paraje sin norte ni aliento 60 años atrás, con los pies helados y los dedos como hierros lacerados por el frio, adormecido y hecho un ovillo. La misma lentitud en el tiempo, la despreocupación absoluta por lo mundano. Jamás estuvo tan solo, tan al filo de si mismo y tan cercano al centro, sin posibilidad de un retorno y sin fuerzas para continuar. La última ciudad quedaba demasiado lejos. Y como una magia dictada para él, escrita en el cielo y bordada con alientos de vida; comenzarón a caer despreocupamente manteniendo el silencio que dolia en los oidos y aclarando a los ojos con su luz. Le llevó al recuerdo de la mano de su madre de pequeño en aquel viejo caserón en una noche de verano. Le evocó la alegria del recuerdo de la sorpresa de los ojos de un niño que descubre por primera vez el mundo y obligó a su cara congelada a sonreir. También elevó su mano derecho tal cual hizo de pequeño en un intentó de arrabatar al cielo una de esas estrellas caídas. Con ello se levantó el velo de la muerte adormecida; y con ellas resurgió las ganas de otra sonrisa; por los hijos no nacidos, los amores no llegados, el loco sexo, los sufrimientos alterandos de momentos de alegria, el orgullo de ser quien era y que estaba a punto de abandonar. Se levantó con la lentitud de un titan moribundo dispuesto a sostener el mundo, y comprendió que siempre cae de norte a sur, y que el pequeño pueblo estaba en aquella dirección. Caminó durante toda la noche, manteniendo la idea que cada una de ellas era un golpe de vida que le surcaban las células y las despertaban del casi abandono, que le regalaban la posibilidad de lo verdadero, su existencia, porque aún continuaba vivo. Vuelven a aparecer en el fondo de sus ojos; la luz del ventanal se oscurece para dejarlas ver con toda su libertad en la oscuridad de un fondo oscuro. Ahora ya no hay donde caminar, todo aquello pendiente se labró, se dibujo con la fuerza de la voluntad. La calma, el silencio, el frio sin dolor, la luz salpicada, el olor sin sabor y el sabor sin olor, le agarró las manos, el almá y el aliento. Volvió a sonreir, sabia que otra vez, era un nuevo comienzo.
Bueno, muy bueno, coincido con Nacho en que te ha quedado completito, y yo añado larguito, pero de amena lectura.
Venías diciendo en diferentes hilos que estabas desganada, que estabas peleada con tu pluma, que no te salían las ideas, pues se ve que ya has hecho las paces con tu pluma. Enhorabuena.
Esta fotografía conmueve, y es una puntada significativa de la África profunda, pero no debemos obviar lo que ocurre allí. A ver si salen la sensibilidad y la ternura a escena en vuestros comentarios.
Bueno, vamos a intentarlo que estoy sin ideas últimamente; del tirón en el momento sin guión establecido.. . ejercicio puro y duro de escritura creativa in so facto. Cerró los ojos, es alli donde deseaba estar como el último refugio al que acudir. No habrá más, tampoco mañanas. El cuerpo se alejaba de si mismo y la luz de la ventaba comenzaba a tornarse mas ópaca y difusa. No sentia dolor, no habia sentimientos encontrados, solo una calma nacida desde el centro de las tripas y que rebotaba por cada contorno de su piel y de sus huesos. El miedo no quiso surgir, solo la imagen de aquel anochecer perdido en aquel paraje sin norte ni aliento 60 años atrás, con los pies helados y los dedos como hierros lacerados por el frio, adormecido y hecho un ovillo. La misma lentitud en el tiempo, la despreocupación absoluta por lo mundano. Jamás estuvo tan solo, tan al filo de si mismo y tan cercano al centro, sin posibilidad de un retorno y sin fuerzas para continuar. La última ciudad quedaba demasiado lejos. Y como una magia dictada para él, escrita en el cielo y bordada con alientos de vida; comenzarón a caer despreocupamente manteniendo el silencio que dolia en los oidos y aclarando a los ojos con su luz. Le llevó al recuerdo de la mano de su madre de pequeño en aquel viejo caserón en una noche de verano. Le evocó la alegria del recuerdo de la sorpresa de los ojos de un niño que descubre por primera vez el mundo y obligó a su cara congelada a sonreir. También elevó su mano derecho tal cual hizo de pequeño en un intentó de arrabatar al cielo una de esas estrellas caídas. Con ello se levantó el velo de la muerte adormecida; y con ellas resurgió las ganas de otra sonrisa; por los hijos no nacidos, los amores no llegados, el loco sexo, los sufrimientos alterandos de momentos de alegria, el orgullo de ser quien era y que estaba a punto de abandonar. Se levantó con la lentitud de un titan moribundo dispuesto a sostener el mundo, y comprendió que siempre cae de norte a sur, y que el pequeño pueblo estaba en aquella dirección. Caminó durante toda la noche, manteniendo la idea que cada una de ellas era un golpe de vida que le surcaban las células y las despertaban del casi abandono, que le regalaban la posibilidad de lo verdadero, su existencia, porque aún continuaba vivo. Vuelven a aparecer en el fondo de sus ojos; la luz del ventanal se oscurece para dejarlas ver con toda su libertad en la oscuridad de un fondo oscuro. Ahora ya no hay donde caminar, todo aquello pendiente se labró, se dibujo con la fuerza de la voluntad. La calma, el silencio, el frio sin dolor, la luz salpicada, el olor sin sabor y el sabor sin olor, le agarró las manos, el almá y el aliento. Volvió a sonreir, sabia que otra vez, era un nuevo comienzo.
Bueno, muy bueno, coincido con Nacho en que te ha quedado completito, y yo añado larguito, pero de amena lectura.
Venías diciendo en diferentes hilos que estabas desganada, que estabas peleada con tu pluma, que no te salían las ideas, pues se ve que ya has hecho las paces con tu pluma. Enhorabuena.
Saludos
Si andaba desganada, he perdido las gafas desde hace una semana por casa, no las encuentro, y he tenido un problemilla en un ojo y mil cosas que hacer... todo junto , monta el circo.
Pues voy con retraso entonces, jaja, mas vale tarde que nunca. Estuve en un cursito de escritura creativa antes del pandemia, dos horitas a la semana nada mas, pero nos hacian ejercicios muy interesantes para abrir la cabeza y que surgieran ideas; a mi me ayudo mucho.
Creativa lo soy, lo que sucede es que me cuesta adornar
Pues los matices en un texto (libro, novela, relato...) son un ornamento que embellece. Yo, a diferencia de lo que dices de ti, me paso con con los adornos en mis numerosos escritos, de toda ídole, que tengo en mi archivo. De ahí que eche tiempo en eliminar algunos de ellos. Y me da pena, y por eso de un tiempo a esta parte adquirí la buena costumbre de mantener los originales, porque, para mí, como la primera inspiración no hay nada mejor. Doy fe.
Debes cuidar los detalles, AïdaM, que tú sabes y puedes.
¡Venga, chicos y chicas, empezar ya los deberes de comentar mi imagen, o los castigo de espaldas a la pared, con los brazos estirados y con 100 libros en cada mano!
bueno, un dia te mandare el post del orden en casa ... yo intento ser ordenada porque soy desordenada, pero aun no he conseguido ese nivelazo...
Es culpa de mi padre, él me enseñó a crear carpetas y con los años lo he mejorado. Nota: la estantería que uso es un caos.
Pues entonces te tendre que enseñar a decorar ... jajaja, se coloca todo de tres en tres, no se sabe porque , pero el cerebro humano tiende a verlo como solo una unidad, y de esa forma no se ve recargado, tambien unificar los colores, dentro de la misma gama, en una proporcion de 60/30/10, ( el 10 es para el contraste) ( es orientativo) se coloca por " " capas" es decir algo de volumen en la parte posterior y algo menor delante. Evidentemente lo mas pesado parte inferior e ir aumentando, y clasificar por metodo que eligas, bien por frecuencia de uso, por tematicas, numeración, fecha de caducidad, depende de lo que este clasificando. El secreto esta tambien en dividir, dividir mucho , como las farmacias o las ferreterias que todo lo pequeño lo encientran; para la decoracion implementar si quieres un articulo centro que marque la tematica o bien que defina el estilo.. Aunque yo soy de la opinion de meter todo lo que te guste en plan eclectico ( que viene a ser, lo que te de la real gana que para eso es tu casa y ya puede decir zara home lo que quiera)... y siempre, siempre, no abarrotar, es decir como maximo y esto es como máximo del máximo, no superar el 80 de la capacidad del espacio. Otro truc fundamental, es mas dificil para el cerebro controlar tres cosas que una, y sobre todo cuando sabes que tienes mas que una, dicese de la pinza de depilar por ejemplo: como te has c mprado ciento y la madre acabas por no encontrar ninguna; pero si solo tienes una pues decides un solo lugar para ella y te puedo garantizar que no la perderas. Eso si, hay excepciones, como yo mismita que despues de soltarte esto, llevo una semana buscando las unicas gafas que tengo para ver de lejos... se supone que donde las dejo no ocupaba mas del 80 por ciento del espacio, solo tengo una, es algo indispensable ( ni conducir puedo sin ellaa, na de na) , tiene un lugar otorgado, no recarga el espacio y solo tengo esa.... Asi que con esto comprenderas que cada cual tiene que encontrar su propio orden de las cosas, como todo en la vida.
¡Venga, chicos y chicas, empezar ya los deberes de comentar mi imagen, o los castigo de espaldas a la pared, con los brazos estirados y con 100 libros en cada mano!
A los 14 empecé a odiar a algunos profesores, no recomiendo ese camino. Terminar la EGB visitando semanalmente el despacho del director no origina buen recuerdo de la autoridad.
@DIODAMA, un día quedamos por videoconferencia y te digo cómo organizar el ordenador.
¡Venga, chicos y chicas, empezar ya los deberes de comentar mi imagen, o los castigo de espaldas a la pared, con los brazos estirados y con 100 libros en cada mano!
A los 14 empecé a odiar a algunos profesores, no recomiendo ese camino. Terminar la EGB visitando semanalmente el despacho del director no origina buen recuerdo de la autoridad.
@DIODAMA, un día quedamos por videoconferencia y te digo cómo organizar el ordenador.
bueno, es pura pereza, Aida, como las libretas que compro escribo por aqui y por alla, durante un tiempo mi trabajo era ordenar, clasificar, gestionar, y agendar marcando tiempos. Ahora estoy de vacaciones !!!!
Comentarios
Sarasvati a veces el mejor regalo es el envoltorio. .. muy buen relato
Cerró los ojos, es alli donde deseaba estar como el último refugio al que acudir. No habrá más, tampoco mañanas. El cuerpo se alejaba de si mismo y la luz de la ventaba comenzaba a tornarse mas ópaca y difusa. No sentia dolor, no habia sentimientos encontrados, solo una calma nacida desde el centro de las tripas y que rebotaba por cada contorno de su piel y de sus huesos. El miedo no quiso surgir, solo la imagen de aquel anochecer perdido en aquel paraje sin norte ni aliento 60 años atrás, con los pies helados y los dedos como hierros lacerados por el frio, adormecido y hecho un ovillo.
La misma lentitud en el tiempo, la despreocupación absoluta por lo mundano. Jamás estuvo tan solo, tan al filo de si mismo y tan cercano al centro, sin posibilidad de un retorno y sin fuerzas para continuar. La última ciudad quedaba demasiado lejos.
Y como una magia dictada para él, escrita en el cielo y bordada con alientos de vida; comenzarón a caer despreocupamente manteniendo el silencio que dolia en los oidos y aclarando a los ojos con su luz. Le llevó al recuerdo de la mano de su madre de pequeño en aquel viejo caserón en una noche de verano. Le evocó la alegria del recuerdo de la sorpresa de los ojos de un niño que descubre por primera vez el mundo y obligó a su cara congelada a sonreir. También elevó su mano derecho tal cual hizo de pequeño en un intentó de arrabatar al cielo una de esas estrellas caídas. Con ello se levantó el velo de la muerte adormecida; y con ellas resurgió las ganas de otra sonrisa; por los hijos no nacidos, los amores no llegados, el loco sexo, los sufrimientos alterandos de momentos de alegria, el orgullo de ser quien era y que estaba a punto de abandonar.
Se levantó con la lentitud de un titan moribundo dispuesto a sostener el mundo, y comprendió que siempre cae de norte a sur, y que el pequeño pueblo estaba en aquella dirección. Caminó durante toda la noche, manteniendo la idea que cada una de ellas era un golpe de vida que le surcaban las células y las despertaban del casi abandono, que le regalaban la posibilidad de lo verdadero, su existencia, porque aún continuaba vivo.
Vuelven a aparecer en el fondo de sus ojos; la luz del ventanal se oscurece para dejarlas ver con toda su libertad en la oscuridad de un fondo oscuro. Ahora ya no hay donde caminar, todo aquello pendiente se labró, se dibujo con la fuerza de la voluntad.
La calma, el silencio, el frio sin dolor, la luz salpicada, el olor sin sabor y el sabor sin olor, le agarró las manos, el almá y el aliento. Volvió a sonreir, sabia que otra vez, era un nuevo comienzo.
Felicidades!!
¡Qué bien! Mi estimada amiga Sarasvati se ha agregado a este hilo, y vaya texto que ha largado, muy en consonancia con la imagen, como no podía ser de otra manera porque ella sabe escribir y a mí me gusta su forma de hacerlo.
En esto, has echado el recto:
Durante una hora mágica el firmamento se cuajó de aquellas "lágrimas" volátiles, que nos arrancaban exclamaciones ahogadas de asombro: un esplendor ausente que nos estremecía.
Como siempre, mi saludo afectuoso
Salió a la luz hace un año.
Bueno, muy bueno, coincido con Nacho en que te ha quedado completito, y yo añado larguito, pero de amena lectura.
Venías diciendo en diferentes hilos que estabas desganada, que estabas peleada con tu pluma, que no te salían las ideas, pues se ve que ya has hecho las paces con tu pluma. Enhorabuena.
Saludos
Esta fotografía conmueve, y es una puntada significativa de la África profunda, pero no debemos obviar lo que ocurre allí. A ver si salen la sensibilidad y la ternura a escena en vuestros comentarios.
Pues los matices en un texto (libro, novela, relato...) son un ornamento que embellece. Yo, a diferencia de lo que dices de ti, me paso con con los adornos en mis numerosos escritos, de toda ídole, que tengo en mi archivo. De ahí que eche tiempo en eliminar algunos de ellos. Y me da pena, y por eso de un tiempo a esta parte adquirí la buena costumbre de mantener los originales, porque, para mí, como la primera inspiración no hay nada mejor. Doy fe.
Debes cuidar los detalles, AïdaM, que tú sabes y puedes.
Creo que del último 3-4 por capítulo y 2-3 de la final, mínimo.
Nota: la estantería que uso es un caos.
¡Venga, chicos y chicas, empezar ya los deberes de comentar mi imagen, o los castigo de espaldas a la pared, con los brazos estirados y con 100 libros en cada mano!
Eso si, hay excepciones, como yo mismita que despues de soltarte esto, llevo una semana buscando las unicas gafas que tengo para ver de lejos... se supone que donde las dejo no ocupaba mas del 80 por ciento del espacio, solo tengo una, es algo indispensable ( ni conducir puedo sin ellaa, na de na) , tiene un lugar otorgado, no recarga el espacio y solo tengo esa.... Asi que con esto comprenderas que cada cual tiene que encontrar su propio orden de las cosas, como todo en la vida.
@DIODAMA, un día quedamos por videoconferencia y te digo cómo organizar el ordenador.