Converso con mi amiga en el bar El Cairo; le recuerdo que el lenguaje también sirve para hablar del propio lenguaje. Ella no duda; interponiendo a Bajtín, completa: «El lenguaje adopta la forma de un arma social; refleja la realidad, pero también la construye y determina». Reflexionamos, intentamos penetrar el momento en el que el lenguaje deja de ser una virtualidad para ponerse en juego la interacción comunicativa.
Nombrar o «visibilizar» los diversos géneros donde antes estaban «ocultos» podría influir, entre otras cosas, en la torcedura de ciertas líneas androcéntricas fuertemente afianzadas en la sociedad, pero mi amiga espera cambios repentinos; quizá sobrestime la contundencia del lenguaje inclusivo. Las transformaciones socio-psico-lógicas no se producen de un día para el otro.
Aunque yo no emplee el lenguaje inclusivo en cuanto al género en mis escritos y ella sí en los suyos, coincidimos en que los desdoblamientos, las «x» en algunos pronombres, las neolenguas o la redundancia de artículos diferenciados pueden llamar la atención pero son insuficientes si no se ponen en práctica políticas de cooperación para que las mismas palabras que hoy «representan la realidad» expresen, mañana, otra diferente; no olvidemos que la lengua, en sí, no es la realidad sino «una representación de la realidad» y son las personas quienes la ordenan desde el lenguaje.
Comentarios
Decir "todes" en lugar de "todos", me resulta insoportable. Esta forma de "inclusión", me suena, más bien, a "invasión", a un atropello a la economía del lenguaje, y a sus formas.
Hay una parte importante de la sociedad que vive enfadada por todo, se les ha afinado la piel y cualquier pensamiento que se aparte de lo que consideran políticamente correcto es reprobado (a veces con violencia, aunque sea verbal).
Casualmente, en 2018, la editorial Ethos, junto a dos desquiciadas, sacó "La principesa", versión "no sexista e inclusiva" del clásico de Saint-Exupéry.
También se hizo el intento de modificar "Charlie y la fábrica de chocolate", quitando las palabras feo y gordo, (los umpa lumpas, pasaban a ser seres "no binarios"). Por suerte el proyecto no llegó a cuajar.
No quiero pensar qué harán con "La gallina degollada", quizá quemar fotos de Horacio Quiroga en las places públiques.
Saludos,
Marcelo
Los que somos y nos sentimos normales con nuestro ser aceptemos a los que son y se sienten cómodos con cómo son y todos aceptemos como sociedad cómo fuimos, y si no nos gusta genial, tendremos algo que aprender y mejorar.
(Julio Verne)
(Mahatma Gandhi)
El lenguaje no construye (ni deconstruye) la realidad, y por tanto tampoco la transforma. Tampoco creo en la afirmación de que el lenguaje lo hacemos -libre, natural y espontáneamente- los usuarios. El lenguaje es una construcción social y en parte, como tal, ideológica, pero no es causal ni determinante.
Esta reivindicación culturalista actual de mejorar la sociedad a través de la lengua o de aspectos aislados de la cultura es como querer empezar la casa por el tejado.
También conviene diferenciar entre el lenguaje antisexista, que puede ser de relativa utilidad para tomar conciencia sobre cómo tenemos naturalizados determinados conceptos, y el "inclusivo", que es un invento posmoderno que no hay por dónde cogerlo.
Y entre la crítica razonada a través del lenguaje y la imposición artificial de un lenguaje, o neolenguaje en el caso inclusivo.
PD: No entiendo bien eso de visibilizar los "diversos géneros", Ariel... Hay dos géneros en el lenguaje, masculino y femenino, correspondientes a los dos sexos. El único "género" invisibilizado es el femenino.
Soy mujer, y considero que toda realidad y lenguaje se cambia con tu presencia en el mundo; y la coherencia de vivir y actuar de acuerdo a tus valores y creencias, obligar a la lengua a un cambio radical, es simplemente imposible. Solo causa, y como el texto puesto dice, destrucción de palabras, ignorancia e incultura.
Soy madre, y defiendo los cuentos clásicos; y si me tocan a El principito, soy capaz de asesinar en su causa. ¡ eso si que es un sacrilegio! Cada mito y cuento, trae una enseñanza, y de todo se aprende en esta vida, para tener la libertad de elegir.
Al final todo se trata de desviar miradas a los verdaderos problemas, y vuelvo al comienzo, al mundo romano, circo y juegos.
Estos cambios, si se dieran, no los veran ni ellos ni nosotros, andaremos todos ya muertos.
Jamás escribiré de esa manera y cuando en la Editorial me sugirieron que hiciera mis artículos con esa aberrante forma de expresión, le contesté al dueño de la empresa: 'Es más fácil que deje de trabajar para usted antes de pervertir el idioma que tanto quiero y defiendo'.
El idioma español es el más hermoso del mundo y por ello soy escritor. No vamos a pervertir nuestra literatura por unos cuantos a los que no les parece que se hable y se escriba en la forma más correcta.