Mirta
La guapísima y escultural Mirta, con
apellidos rimbombantes, llegaba a Sevilla una tarde de mayo en un tren AVE que
había partido de Madrid. Una vez que se tomó a escondidas un bote entero con
vitaminas D3, era llevada en una limosina negra junto con sus guardaespaldas, desde la estación del ferrocarril de Santa Justa, hasta el Hotel
Alfonso XIII, justo al lado del grandioso monumento de la casi seis veces
centenaria Universidad de la capital de Andalucía.
Todavía estaba acomodando su equipaje en los espaciosos armarios de la suntuosa
suite, cuando los rumores de su inaudita presencia recorría las calles de Sevilla. Amenazadas se sentían las hembras por tan espectacular
anatomía, y alborotados se sentían los machos por la presencia de una jaca de
tantos quilates.
Cuando bajó al restaurante del hotel, para cenar, muchos ojos
masculinos y también femeninos la escrutaban, deteniéndose más en sus curvas.
Era esbelta y con un cuerpo que parecía esculpido por algún ínclito escultor.
Y siempre vestía a la última moda prendas exclusivas de afamadas boutiques, que
las lucían sus grandes pero firmes pechos y sus siluetadas caderas, que
excitaban a los hombres y a las mujeres ofendían.
Como era de prever, las lenguas comidillas no tardaban en aparecer, pero más
por envidia que por otra cosa, porque todas partían de ladinos labios
femeninos.
“Con un nombre tan exótico, debe ser una lagarta devoradora de varones
incautos”, decían algunas.
“Cuentan que cuando lleva un hombre a su cama, fríamente se despoja de
su ropa, dejando a la vista su desnudez llena de escamas, y antes de que a su iluso amante le dé tiempo a reaccionar, se lanza contra él y lo devora sin piedad”,
comentaban otras.
“En el año 1901, arribó a Sevilla una mujer con similares hechuras, y en el
1932, vino otra de parecidas características, por lo que quizás fuesen su madre y su abuela”, largaban las que habrían indagado su vida por su
cuenta.
Pero, aun esas habladurías, doce caballeros de la alta sociedad sevillana.
haciendo caso omiso a los chismes, cogían la vez para conocer a aquel bombón,
como parte primera de intenciones más elaboradas.
El primero que conseguía salir con ella era el Conde de Peris, Don Luis de Peris;
un señor casado, joven y millonario. Eran vistos muy acaramelados en
restaurantes 5 tenedores y hoteles 5 estrellas, hasta que el afortunado y a la
vez desafortunado conde desaparecía misteriosamente. Un hecho que
incrementaba más todavía los rumores femeninos locales acerca de la enigmática
Mirta.
El segundo era Don Lucio de la Cera, Marqués de la Cera, un señor, comprometido
y padre familia, que se atrevía a pasear de la mano con Mirta por los jardines
del Parque de María Luisa, sin importarle las consecuencias conyugales de su
hecho.
Y así, hasta completar la docena de aristócratas, millonarios, guapos y con
buena percha, que Mirta iba degustando uno a uno en la cama, y además repetía
con algunos de ellos, porque, aparte de un ser una fémina despampanante,
también era candela pura.
Al comisario Casimiro Díaz, del distrito 1º Centro, le gustaba Mirta. Se
asomaba a la puerta de la comisaría cada vez que pasaba por allí, para deleite
explosivo de sus globos oculares.
Díaz se reía de los chismes que la relacionaban con la desaparición de Don
Luis, y a la vez sentía celos de Don Lucio, que ahora disfrutaba del violín de
Mirta, que era el que más veces lo había tocado, y en general odiaba a todos
los hombres que habían humedecido las sábanas de aquella elegante dama.
La reprimida esposa de Don Luis acudía una mañana a comisaría a denunciar
a Mirta de haber devorado a su marido.
Aun sabiendo que esto era un absurdo, Díaz enviaba una citación a Mirta, para
que se presentase a declarar.
Así decía el informe del comisario Díaz:
"Esto no es más que un trámite de la Jefatura Central de la Policía de
Sevilla, para Valiumcincomizar los súbitos celos de su esposa".
Pero Mirta jamás se presentó en comisaría. La policía revisó la suite y la halló vacía. Aquella esclarecida inquilina había desaparecido sin dejar rastro, no
sin antes abonar religiosamente su quincena de estancia, además de algunos
servicios complementarios, acompañado todo de una suculenta propina.
Ante tan obvios hechos, Díaz tenía que responder a la demanda de la esposa del
desaparecido, y emitía el siguiente comunicado:
"Es evidente que la señorita Mirta y Don Luis de Peris se han fugado.
Pero, en realidad, no hay suficientes elementos de juicio para poder concluir
formalmente una acusación contra ellos".
Y así fue, efectivamente, los dos apuestos amantes se habían dado a la fuga.
Pero en el anterior informe se había cometido una significativa omisión, que
nadie se había dado cuenta de ella. Don Luis de Peris, en efecto, había huido
de Sevilla acompañado de la señorita Mirta, pero dentro de su aparato
digestivo.
Mirta de día
Mirta en la cama
Comentarios
Ni siquiera un africano, de esos super, supe, super dotados, satisfaría plenamente a ese tren de Mirta.
La mantis religiosa solo mide como máximo 7 centímetros, y pesa 3/4 gramos, lo que le impediría tragarse a un hombre y además llevarlo en su interior sin que se le notase, de ahí que pusiese un Gallotia Simony, que es un lagarto gigante que puede alcanzar hasta 0,80 metros y pesar casi un kilo, pero con una especie de estomago acomodaticio, flexible. Reside principalmente en la Islas Canarias, concretamente en la isla de Hierro, y desgraciadamente para la fauna, está en peligro de extinción.
Gracias por comentar, Nacho
Al principio de ejercer mi carrera profesional (ingeniero agrónomo), estuve, junto con otros dos colegas más, diez o doce días en Canarias, y concretamente dos en la isla de Fuerteventura, precisamente para estudiar y analizar los pastos que comían las cabras, con lo cual, caté y más que catar las maravillas del queso que se elabora por aquellos pagos. Y, efectivamente, estoy se acuerdo contigo. El queso de cabra de allí no tiene igual. Y si a esto le añadimos que yo, de siempre he sido un devorador de toda clase de quesos... pues eso.
Queso Majorero, el tesoro de Fuerteventura
El queso majorero con DOP se elabora exclusivamente en una isla de apenas 100 kilómetros de longitud. Un queso hecho con leche de cabra de raza majorera que se ha convertido en uno de los tesoros de Fuerteventura.
Es que si vas a las Islas Canarias y no pruebas esos manjares que dices, ni has estado en las Canarias ni na de na. Como así sus espectaculares mujeres, que al igual que en la verde Galicia, son las más ardientes de ESPAÑA.
Según mi apreciación y por el hecho de haber viajado y haber conocido todo mi país, las féminas mas guapas de cara son las cordobesas, las más zalameras, las sevillanas, las gaditanas y las mañas; las más VIP, las donostiarras; las más "echá palante", las madrileñas; las más comedidas, las catalanas y... bueno, paro ya, dando por entendido que todo ello es en general. En todas las provincias hay de todas las clases de mujeres. ¡Las mejores del mundo mundial!
La Mirta de noche (Mirta en la cama) se ha inscrito en este foro. Mucho cuidado...
Últimas noticias
Mirta, por única vez de día se transformó en una lagarta y se ha colado en el Congreso de los Diputado. Todos los españoles estamos expectantes...
Aunque el ser humano crea que es capaz de controlar la fauna animal, principalmente a los lagartos devoradores, hasta el punto de sentirse inmortales, está muy equivocado. La naturaleza es sabia, esto es lo que nos suelen inculcar desde pequeños. La fauna salvaje, que forma parte de esa naturaleza, sigue siendo una gran desconocida para la inmensa mayoría de los humanos. Así que, como Mirta se ha colado de improviso en el Congreso de los Diputados, sin que ninguno de los numerosos gorilas que se supone que su deber es proteger a los honrados y honestos políticos, se haya percatado, las consecuencias pueden ser irreversibles...
Pero la Mirta de noche (convertida en lagarto venenoso), se abstuvo de morder a ningún político porque se percató enseguida (además de venenosa es inteligente) de que todos y cada uno de ellos son más tóxicos que ella. De las miles y miles de promesas que hacen al pueblo, ninguna la llevan a la realidad...
Un relato fresco, muy divertido.
Justo eso, divertido.
Gracias, tú siempre tan amable con mis escritos. Pero que sepas que yo también sigo los tuyos, aunque no haga comentario en algunos de ellos. A tres o cuatro foreros más (aparte de ti) de este foro también los sigo. Ni que decir que trato de responder a todos los textos en los que haya sido yo mencionado.