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El pícaro y el capitán.

editado mayo 2021 en Poesía Épica

Érase un capitán de honor por bandera,

érase un oficial orgulloso de su nación.

Caminante "cabizalto" que clava tacón,

portaba orgulloso su arma mosquetera.


Su rostro puntiagudo y ese bigote bailarín,

de puntas danzantes como bailes de peonzas.

Sus ojos galantes como nubes de cirro gris,

y su mirada de halcón las encandilaba a todas.  


Aquel joven pícaro de chaqueta roída y  con pantalón descosido.

Aquel pequeño truhán con orejones, piojera y buen oído,

escucho el retintín de las monedas y su baile en aquel bolsillo.

Y con estas palabras paró la marcha de aquel oficial engreído. 


—¡Oh gran monseñor!, de evidente porte magnánimo.

Yo le hago el favor, yo le limpio sus ilustres botas,

y solo lo haré por dos míseras monedas a cambio.

No me deje sin mi pan, ¡se las dejaré como perlas!


La mirada altiva del oficial y una sonrisa de placer,

pues aquel triste limpiabotas su ego hacía engrandecer.


—De acuerdo pobre infeliz, ten aquí mi par de botas.

Mas te aviso piojoso galopín, no hagas chirigotas.


La pena del pícaro tornó en sonrisa de diablillo,

pues aquel oficial cayó en la trampa, ¡tremendo pardillo!


Y callado como una tumba, aquel mozo taimado le pasó la brocha,

y el noble de alta alcurnia no llevó la cuenta de su rica bolsa. 


Así fue como el pícaro terminó la limpieza

y así fue como el tuno le limpió todo el cobre.

Y a mayores sus dos monedas reclamó al noble,

pues robar y trabajar conlleva doble dureza.


—¡Oh mi espléndido oficial! 

Gracias por sus dos monedas.

Sé que para usted no son mucho,

mas para mí son toda una riqueza.


—Triste limpiabotas no me hagas reír,

pues como esas dos pobres monedas,

tengo cientos de ellas, las tengo aquí.


Mas al tocar el bolsillo 

no estaba su fortuna,

y el pícaro ladronzuelo

volvió a la vida tuna. 


Así fue como aquel truhán estafó al oficial,

y sin dudarlo dos veces corrió como un animal.


—¡A mí la guardia! Que detengan a ese vil tuno,

maldito limpiabotas, ¡me las pagarás, eso seguro!

Comentarios

  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


    ¡Qué bueno! Parece un sainete. Me ha entretenido la lectura.

    Además, estimado Nacho, ya veo y leo que has has vuelto a hacer las paces con las comas y los puntos.

    ¡Sigue deleitándonos con tus versos!

     :)

     
  • jajajaja me hace gracia lo de hacer las paces con las comas y los puntos, porque es verdad que nunca les di la importancia que merecen.
    Gracias por tu buena crítica Antonio. 💪💪
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