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Podemos lucha por romper ESPAÑA

antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


Podemos lucha por romper ESPAÑA 

El partido de Pablo Iglesias no hace sino sumar a su trayectoria política una retahíla de procesos judiciales que lo retratan como un socio de gobierno indigno.

Cuando en el año 2018 Podemos se erigió en el adalid del PSOE para presentar una moción de censura contra Rajoy, lo hizo invocando la sentencia de la Audiencia Nacional, hoy modificada por el Tribunal Supremo, que ha condenado al PP por ser el beneficiario de la corrupción del caso Gürtel.

Para Iglesias, en el gobierno de ESPAÑA no podía ocupar silla un partido corrupto. Dos años más tarde, es Podemos el partido corrupto investigado por su presunta financiación irregular, y es su líder quien está pendiente de una posible condena del Supremo por obstruir la labor de la Justicia y por destruir pruebas para que no salpique la guerra interna por el poder en su propio partido.

Podemos no es modelo de regeneración democrática o transparencia. Al contrario, no hace sino sumar a su putrefacta trayectoria política un cúmulo de procesos judiciales que lo retratan como un socio indigno e intruso de gobierno, y, sobre todo, por estar envuelto en un montón de ilegalidades graves, y además casi permanentes.

Su bocaza, Echenique, fue condenado hace poco a pagar 80.000 euros en concepto de indemnización por haber tildado de «violador» a un inocente. Echenique ya venía cargado con otra sanción, esta vez administrativa, por no haber dado de alta en la Seguridad Social a un asistente personal, un episodio inequívoco y demostrativo de que su discurso como protector de los más desfavorecidos es solo una estafa moral más en el ideario de Podemos.

Su portavoz en Madrid, Isabel Serra, también tiene una condena penal por agresiones a la Policía durante una manifestación celebrada años atrás. Lo mismo ocurre con su diputado Alberto Rodríguez, para quien el Congreso ha aceptado un suplicatorio para ser juzgado por fuertes agresiones a las Fuerzas de Seguridad. Otro dirigente, Monedero, fue penalizado por tratar de burlar a la Agencia Tributaria ocultando un pago de casi medio millón de euros por haber asesorado al Gobierno de Venezuela. E Iglesias pende de un hilo en el caso Dina, por el cual ocultó que dispuso durante cinco meses de una tarjeta de un teléfono móvil con archivos telefónicos pertenecientes a una asesora suya con pruebas incriminatorias sobre sus manejos internos en Podemos.

Y además de todo eso, el caso de corrupción más llamativo es el que se halla en plena fase de instrucción en un juzgado madrileño por la presunta financiación irregular del partido. Las pruebas apuntan al desvío de más de 500.000 euros, sin justificar, para supuestos gastos electorales a través de Neurona, una empresa pantalla que la usan para blanqueo de capitales. Si a eso se añaden las sospechas de nula transparencia que pesa sobre la adjudicación de obras realizadas en su sede con sobrecostes más que sospechosos, la conclusión es bien sencilla: Podemos no es ejemplo de absolutamente nada que tenga que ver con un paradigma mínimamente democrático. Hoy en día Podemos se aprovecha de los mismos aforamientos “de casta” que quería erradicar. Tiene a sueldo a imputados y condenados que no dimiten, y lanza reproches al resto de partidos que no se aplica a sí mismo. Cultiva y lanza un doble discurso frente a la corrupción que avergonzaría al político más cínico, y criminaliza a los jueces si sus fallos no les resultan favorables.

Iglesias es una pieza más del chavismo venezolano en su más pura esencia, y por eso pretende desnaturalizar la independencia judicial y controlar a los Juzgados a la medida de su propia corrupción. Sánchez marioneta dijo que no dormiría tranquilo con Podemos en el poder. Sin embargo, parece dormir a pierna suelta mientras Iglesias desnuda a la democracia de valores y se apropia de ella con luz verde al consentimiento de un PSOE indolente y acobardado.

Podemos es la inmoralidad encarnada en el poder.








Comentarios

  • editado enero 2021
    Antonio, tu, que estás más cerca, me escribirás si mi apreciación es correcta.

    Desde el momento en que he seguido el desarrollo de Podemos, he visto que el partido se ha ido personalizando. Ahí veo que algunos cuadros dirigentes se han ido de ahí, como Iñigo Errejón, que montó rancho aparte con Mas País. Los partidos personalistas son muy peligrosos, porque allí no hay más voluntad que la de su líder, que en este caso es Pablo Iglesias, y el partido pasa a ser poco más que un culto a su máximo dirigente que, una vez llega al poder, llegan a tener tendencias autoritarias, en donde no hay más opinión que la del líder. Asumo que sujetos como Irene Montero y Pablo Echenique no son más que voceros de la voluntad de Iglesias, por cuanto eso explicaría que aun siguen allí.

    Ya lo tenemos acá en Colombia con el Centro Democrático (el partido del presidente), que de centro y democrático no tiene nada de nada, sino que más bien es un culto fascista y clerical, a la usanza de la Falange, y que gravita en torno al criminal de guerra Álvaro Uribe, mientras que al presidente Ivan Duque no lo respetan ni sus propios ministros, quienes a menudo sueltan el desliz de "presidente Uribe", cuando ese señor ya perdió esa dignidad hace mucho rato, mientras que nuestro supuesto presidente no pasa de ser más que un monigote.
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
    Antonio, tu, que estás más cerca, me escribirás si mi apreciación es correcta.

    Desde el momento en que he seguido el desarrollo de Podemos, he visto que el partido se ha ido personalizando. Ahí veo que algunos cuadros dirigentes se han ido de ahí, como Iñigo Errejón, que montó rancho aparte con Mas Madrid País. Los partidos personalistas son muy peligrosos, porque allí no hay más voluntad que la de su líder, que en este caso es Pablo Iglesias, y el partido pasa a ser poco más que un culto a su máximo dirigente que, una vez llega al poder, llegan a tener tendencias autoritarias, en donde no hay más opinión que la del líder. Asumo que sujetos como Irene Montero y Pablo Echenique no son más que voceros de la voluntad de Iglesias, por cuanto eso explicaría que aun siguen allí.

    Ya lo tenemos acá en Colombia con el Centro Democrático (el partido del presidente), que de centro y democrático no tiene nada de nada, sino que más bien es un culto fascista y clerical, a la usanza de la Falange, y que gravita en torno al criminal de guerra Álvaro Uribe, mientras que al presidente Ivan Duque no lo respetan ni sus propios ministros, quienes a menudo sueltan el desliz de "presidente Uribe", cuando ese señor ya perdió esa dignidad hace mucho rato, mientras que nuestro supuesto presidente no pasa de ser más que un monigote.

    Gary

    Simplemente te digo que Podemos (Iglesias) es un fraude, un intruso y además nocivo y, como bien digo en mi artículo, "la inmoralidad encarnada en el poder.

    A partir de esos "cariñosos" calificativos, ganados a pulso, puedes sacar tus conclusiones en base a la pretendida dictadura que quiere imponer a toda costa en ESPAÑA este nuevo rico en dinero "ColetasMoño"; es decir, igualito que el falso presidente de tu país vecino; no en vano, Podemos se está financiando a través de ese país caribeño "dirigido" por el susodicho falso presidente. Cruel, por otro lado, puesto que a su país lo tiene muerto de hambre y sin posibilidad de salir del pozo en que se encuentra. Bueno, pues eso último es por lo que está luchando con desmesurada  entrega el impresentable Pablo, Pablito, Pablete y toda su caterva.

    Claro que si llegasen a un acuerdo el PP y Ciudadanos, muy crudo lo tendría Iglesias por lograr sus objetivos

     :) 




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