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[LISTA] Dayana Parte I Capítulo 5

CAPÍTULO 5

Unos días más tarde, cuando el sol comenzaba a ponerse, Dayana y Esther iban y venían sirviendo jarras sin parar. Durante el trajín de la hora más concurrida, una horda de hombres vestidos con pieles remedadas y polvorientas entraron ruidosamente. El aire de la taberna se impregnó de un hedor profundo que hizo que las dos camareras no pudieran evitar sentir una nausea y, conteniendo la respiración el máximo tiempo posible, abrieron las ventanas enseguida. Sin embargo, no pudieron evitar que el resto de clientes abandonara el establecimiento lo más rápido que pudieron.


—¡Tú! —dijo uno de esos hombres, que lucía una barba pelirroja con manchas oscuras de mugre, señalando a Esther—. Danos de beber. ¡Ya!


Las dos chicas comenzaron a llenar las jarras, pero entonces aquel hombre se plantó frente a Dayana.


—¡Queremos que nos sirva ella, no tú! —dijo señalando a Esther.

—¿Qué problema hay conmigo? —preguntó ofendida.

—La otra chica es una belleza, y tú necesitas una bolsa en la cabeza —los otros hombres rieron a causa del pareado involuntario, pero él continuó hablando sin ser consciente—. ¿Comprendes ahora por qué queremos que nos sirva ella? ¿O además de fea eres tonta?


Esta ofensa dolió a Dayana como un golpe. Sabía que su compañera era guapa y deseada, y ella no, pero el desprecio con el que le acababan de tratar no era algo a lo que estuviera acostumbrada. No estaba dispuesta a permitir ese ultraje.


—¡Más te vale que me pidas perdón ahora mismo! —le espetó— ¿Quien te crees que eres?

—¡No sabes a quien estás levantando la voz! — intervino otro hombre, levantándose con los puños cerrados, pero un gesto de otro de ellos le indicó que debía sentarse. Los demás que habían tenido el impulso de inmiscuirse, declinaron y permanecieron también en silencio.


—Mira —dijo el que había parado a su compañero, posando sus manos en los hombros de Dayana y mirandola con una expresión que denotaba seguridad. Parecía menos mugriento que el resto—, no queremos problemas. Traednos bebida y aquí no ha pasado nada.

—Aquí nadie traerá bebida a nadie mientras no se me pida perdón por el desprecio —se mantuvo tajante.


Aquel hombre parecía estar entre la espada y la pared. Había dicho que no quería problemas, pero no podía ceder delante de sus compañeros, a los que parecía liderar y era probable que le perdieran respeto si le veían ceder en esta ocasión.


—¡No te creas que nos echas! ¡Nos vamos nosotros! — exclamó con aires de arrogancia, tratando de salvar la situación.


Al decir esto, todos se levantaron e hicieron amago de irse, lanzando miradas de odio hacia la chica que se había negado a servirles y uno de ellos llegó a escupirle en la cara. Dayana le dio una patada en la entrepierna y el hombre cayó al suelo como un fardo. Entonces una ola de murmullos inundó la taberna. Algunos de aquellos hombres consideraban un insulto que ella golpeara a uno de los suyos impunemente, mientras que otros eran partidarios de obedecer al líder. Al final, uno de ellos dió rienda suelta a sus deseos, dándole a Dayana un puñetazo en la cara que la hizo caer al suelo. Acto seguido recibió una patada en las costillas.


—¡Idiota! ¡Os dije que no os metiérais en líos! —desde el suelo, una aturdida Dayana observó cómo el que parecía el líder agarraba al que acababa de golpearla.

—¡No seas blandengue! —se burló el agresor.

—¿Quieres que te raje el cuello para que veas lo blandengue que soy, Kaderús? —preguntó con tono desafiante.

—¿No te atreves con una chica y me vas a rajar a mí?

—¿Cómo puedes ser tan imbécil? Me atrevo con diez como ella, lo que no quiero es que nos trinquen por una tontería.

—¡Eres un cobarde, Banpa! ¡Si vienen los soldados, los matamos y punto! ¡Somos muchos y estamos acostumbrados a la vida salvaje! ¡Ellos son señoritos que viven de murallas para dentro!

—¡Pelea! —gritó jovialmente un tercero— ¡Banpa contra Kaderús!

—¡Nada de pelea! —ordenó Banpa— Será mejor que... Un momento, ¿Donde está la otra chica? ¡Quizá a ido a alertar a las autoridades! —palideció— ¡Y todo porque no sabéis comportaros!


No parecía equivocarse, pues, por suerte, enseguida un grupo de guardias armados con lanzas, espadas y ballestas, capitaneada por Derek, irrumpió en la taberna.


—¡Os parecerá bien lo que estáis haciendo! —les acusó el capitán— ¡Vais a pagar esto muy caro!

—¡Esta puta ha pegado a uno de los nuestros! —rugió uno de ellos, de aspecto especialmente repugnante, tuerto, desdentado y con suciedad en el poco pelo que le quedaba— ¡Solo le estamos dando su merecido!

—¡Algo le habréis hecho vosotros! La conocemos en el pueblo desde que era pequeña y no se pone brava mientras no se le haga nada. Y vosotros parecéis unos rufianes.


Los guardias comenzaron a atar a aquellos hombres, cuya resistencia fue inútil y algunos incluso se orinaron encima al verse acorralados. Mientras los ataban, Dayana yacía en el suelo, y su nariz y comisuras labiales sangraban. Esther se puso frente a ella y le levantó la cabeza.


—¡Menos mal que les he avisado! —gritó asustada — ¡Dioses, se te está hinchando la cara!

—Esther... —murmuró en un hilillo de voz, aunque el aturdimiento causado por el golpe comenzaba a disiparse— ¿has ido corriendo a avisarles y no te han parado estos tipos?

—Estaban todos a tu alrededor, ni se han enterado de que he salido de la taberna.

—¡Escuchad! —gritó Dayana ignorando a su compañera— ¡Registrad a estos hombres, creo que son bandidos!

—Así se hará —le confirmó sonriendo Derek. Dicho esto, sacó un pañuelo blanco y, agachándose junto a ella, le secó la sangre de la comisura del labio—. Te llevaré a casa. Debes estar agotada.

—No hace falta—contestó incorporándose y escupiendo sangre—. Además, seguro que prefieres quedarte con Esther. Es tu mujer y también está asustada por lo ocurrido.

—A ella ni la han tocado y tú estás herida. Aunque veo que puedes andar, me quedo más tranquilo acompañándote a casa.

—Está bien, muchas gracias.


Entre un murmullo de insultos y maldiciones, el capitán alzó la voz.


—Encerrad a esos hombres en el calabozo. Son forasteros, así que registrad la posada. Seguramente se alojan allí —Tras ordenar esto, se dirigió a Dayana, suavizando la voz —. Vamos.


Una vez salieron de la taberna y emprendieron el camino a casa de la muchacha, el capitán preguntó:


—¿Por qué crees que son bandidos?

—Son rudos, violentos, huelen muy mal, y han dicho que están acostumbrados a la vida salvaje, pero además... uno de ellos parecía su líder y estaba muy interesado en que no se metieran en problemas. Seguramente más inteligente que el resto y sabe que podían delatarse si no se comportaban.

—Tiene sentido lo que dices —reconoció acariciándose el mentón con un ademán reflexivo—. Descansa y no te preocupes por el trabajo. Le comentaré a Tom lo ocurrido y quédate mañana en la cama.

—Gracias —dijo con poca efusividad debido al dolor, pero agradecida de corazón por su amabilidad.

—Bueno, ya hemos llegado a tu casa. Buenas noches. —Buenas noches.


Dayana abrió la puerta con llave y entró en su hogar. Sus padres ya se habían acostado, por lo que fue directa a la cama. Sentía dolor en la cabeza, la mandíbula, la mejilla y el costado derecho, pero pese a todo una vez se dejó caer sobre la cama, se durmió al instante.

Comentarios

  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


    ¡Vaya con la Dayana! No se amilanó frente a aquellos hastiales, aunque la pobre mujer se llevó algunos porrazos que no se sabe todavía si avanzando los capítulos le traerán peores consecuencias, ya que las hostias fueron de órdago.

    Bandidos, forajidos, malhechores son en realidad esa plebe, pero también es un cobarde el que le pegó a una mujer, que no sé que quería demostrar de valiente con su "cobarde valentía". (Valgan las redundancias).

    Veo este tipo de historias con ciertas similitudes con aquellos tebeos antiguos de mi época de adolescente del "El hombre de piedra" o "El guerrero del antifaz", pero, lógicamente, en la actualidad con mejor técnica de escritura, e incluso de imaginación.

    Ignoro que nos depararán los próximos capítulos, pero parece claro que Dayana es una heroína.

    Me ha gustado sobremanera los matices que acompañan a algunas frases.

    Por ejemplo:

    —¡Tú! —dijo uno de esos hombres, que lucía una barba pelirroja con manchas oscuras de mugre, señalando a Esther—. Danos de beber. ¡Ya!

    Ahí solo podrías haber escrito... "que lucía una barba"; pero no, has enriquecido la frase con... "pelirroja con manchas oscuras de mugre".

    Por ejemplo:

    —La otra chica es una belleza, y tú necesitas una bolsa en la cabeza —los otros hombres rieron a causa del pareado involuntario, pero él continuó hablando sin ser consciente—. ¿Comprendes ahora por qué queremos que nos sirva ella? ¿O además de fea eres tonta?

    Parece que bastaría con decir: "los hombres rieron por esa ocurrencia"; pero no, lo adornas con ese pareado (me chiflan los pareados) a bote pronto, que hace más atrayente la lectura.

    En definitiva, ya te lo dije en una ocasión: estás bien despachado de inventiva.

    Saludos


  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


    Iramesoj

    ¿De cuántos capítulos se compone "Dayana"?


  • editado septiembre 2020
    Hola, muchas gracias por comentar el capítulo 5. Dayana se compone de 38 capítulos, de momento, pues aún está sin acabar.

    A su vez, esos capítulos están repartidos del siguiente modo.

    Parte I: Prólogo y 9 capítulos
    Parte II: 9 capítulos
    Parte III: 9 capítulos
    Parte IV: 11 capítulos

    Los capítulos son muy cortos y rara vez llegan a 1500 palabras


  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII

    Iramesoj

    En realidad, nada tengo que añadir en este momento, solo uso este espacio para colocar preferentemente tu " Dayana Parte I Capítulo 5" .



  • Creo que voy a usar tu historia como inspiración para escribir la mía.

    En todo caso, no recuerdo la última vez que leí la palabra «espetó». Creí que estaba en desuso.

    En todo caso, es aquí donde Dayana va a empezar a sacar su casta de heroína y ciertamente va a ser un placer ver el devenir de esta historia. Yo he leído varios capítulos en su día y mencioné lo mucho que me había gustado. Ahora, tendré el gusto de evaluar los capítulos individualmente.
  • editado septiembre 2020
    Gracias Gary.

    Yo nunca he oido en la vida real el verbo espetar, pero lo leo en novelas. Yo lo uso por evitar ser repetitivo. Si pusiera siempre “le dijo”, quedaría mal.

    Y lo de usar mi historia para escribir la tuya, ¿En qué cosa de mi historia te vas a inspirar? Es que me ha sorprendido mucho.
  • @Iramesoj

    Lo escribo por lo de hacer capítulos cortos. A ti te sale fácil; pero a mí me cuesta. 
  • Ah ok, ahora lo entiendo, gracias por aclarar. Me alegro si esa faceta mía te puede ayudar.

    Me sorprendió porque pensé que te referías a la historia en sí, y mi narración es muy diferente de la tuya. La mía es más simple, mientras que la tuya está repleta de datos sociopolíticos, tanto aquellos que has inventado tú para ambientarlo en el futuro, como a datos reales a los que se hacen menciones como cosas del pasado.

    De nuevo, muchas gracias por pasaros y comentar a los dos, Antonio y Gary.
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
    @Iramesoj

    Lo escribo por lo de hacer capítulos cortos. A ti te sale fácil; pero a mí me cuesta. 

    Se me ocurre pensar que puedes acortar el capítulo que insertes por la parte que tenga menos conexión una situación otra (un punto y seguido), y añadas al final: "continúa en mi próximo turno", o algo así. No sé, solo es una idea...



  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


    ¡Vaya con mis errores de concentración!

    Esto quise decir...

    Se me ocurre pensar que puedes acortar el capítulo que insertes por la parte que tenga menos conexión una situación con otra (un punto y seguido), y añadas al final: "continúa este capítulo en mi próximo turno", o algo así. No sé, solo es una idea...


  • Estoy empezando a leer Dayana y el inicio me entretuvo mucho. Luego cuando llegue a este capítulo te cuento más. Por lo pronto, más allá de algunos errores que seguro ya te han marcado, me pasó con esta historia que las partes que por lo general me aburren en otras historias, no sé por qué, en esta se me hicieron muy livianas de leer. De todos modos no empecé el segundo capítulo, así que no sé muy bien por dónde va la cosa, pero me encantó que Dayana no sea la típica niña bonita estereotipada. 
    Espero ver un poco más de este personaje y de los dos ex soldados. 
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


    Vamos a darle paso a la LISTA


  • JanoJano Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    No se porqué, pero intuyo que Dayana acabará convirtiendose en una Red Sonja de campeonato. Espero leer más sobre esta chica.

    Me gusta como describes los personajes y lo rápido que pasas a la acción.

    Un estlo fluido y un buen equilibrio entre descripciones y diálogos. 
    Seguré con atención esta saga.
  • Buenas @Iramesoj

    Ya leída toda la historia sigo sosteniendo lo mismo: se me hace muy liviano leer la historia. Algo que sí cambiaría es el cómo escribes algunos diálogos; ojo, los diálogos en sí son muy buenos, están bien construidos, pero a veces me hace falta alguna descripción entre ellos, algo así como "dijo mientras llenaba una jarra del barril", no se si me explico.
    Por lo demás, generas saber más sobre la historia, ya que no creo ser el único que está imaginando qué pasará con Dayana y cuál será su papel con los exsoldados.

    pero el desprecio con el que le acababan de tratar no era algo a lo que estuviera acostumbrada. No estaba dispuesta a permitir ese ultraje.

    ¿No estaba acostumbrada porque no dejaba pasar una o porque nadie en el pueblo la trataba así?
    Te lo pregunto porque me quedé con la duda, si es lo segundo creo que es muy difícil que no haya alguien que se burle de ella en todo el pueblo, por más querida que sea.

    —Aquí nadie traerá bebida a nadie mientras no se me pida perdón por el desprecio —se mantuvo tajante.

    Me sonó raro "desprecio". Tal vez sea cómo hablan ahí,  pero si es un localismo tuyo, deberías buscar algo como "insulto". De todos modos en lo personal me llamó la atención, para bien. Es decir, es algo que le dio cierta cualidad exótica.

    Aquel hombre parecía estar entre la espada y la pared. Había dicho que no quería problemas, pero no podía ceder delante de sus compañeros, a los que parecía liderar y era probable que le perdieran respeto si le veían ceder en esta ocasión.

    Repetiste "ceder", pero a mí no me sonó mal para nada. De todo modos te lo señalo por las dudas.

     Entonces una ola de murmullos inundó la taberna.

    Los murmullos serían de los mismos integrantes de la banda, ya que habían quedado solo ellos, o casi, ¿no?


    Bueno, eso es todo. Lo que te había señalado sobre los diálogos aquí lo mejoras mucho. Se ve que me confundí con capítulos anteriores, en donde escribes un diálogo detrás del otro y a veces te pierdes en saber quien está hablando. Si lo encuentro te lo señalo por aquí.

    Eso nomás, espero que te haya podido ayudar en algo. Espero con ganas ver qué pasa en el siguiente capítulo.

  • Gracias a los nuevos comentaristas.

    Muad, celebro que de momento te esté gustando. Quizá no lo sepas, pero las normas de la lista permiten comentar textos de turnos anteriores. Lo digo porque si me hubieras comentado esas confusiones que has tenido en los capítulos anteriores, me hubiera ayudado. Si ya no recuerdas esas confusiones y las tendrías que buscar no te preocupes, ya has hecho bastante.

    Lo de “desprecio”, si se te hace raro, será que no eres español.

    Dayana no estaba acostumbrada a que la trataran así. La historia comienza con ella con 23 años, siendo habitante de un pueblo pequeño y tranquilo donde se conocen y, dado que Dayana trabaja en una taberna de ese pueblo apacible, es normal que no esté acostumbrada a que se burlen de ella, al tener trato casi unicamente con adultos poco problemáticos.

    Cuando era pequeña, sí debieron de burlarse bastante de su físico, como nos muestra que la conocen en su pueblo como “cocodrilo” por tener una dentadura horrible. Sin embargo, al pasar a la edad adulta, el ánimo de burla hacia ella fue desapareciendo, aunque algunos (como Jairo) la sigan llamando con ese mote por la fuerza de la costumbre, pero lo hacen sin maldad.

    Y aunque pueda escuchar un comentario desafortunado por su fealdad, es la primera vez que alguien va a la taberna, pide que no le sirva ella “porque necesita una bolsa en la cabeza” y le pregunta si lo entiende o además de fea es tonta. Eso es mucho más que una simple burla.

    Sí, los murmullos vienen de los miembros de la banda.
  • Esta parte de Dayana ya la había leído en el otro foto, sin embargo, no había tenido la oportunidad de comentarla. Primero, me gustaría felicitarte por la habilidad que tienes de escribir capítulos cortos pero a su vez dinámicos, entretenidos y con acción. A mi se me haría imposible. El capítulo me ha gustado y me la he pasado bien leyendo. Poco nuevo tengo para agregar, no quiero repetir cosas que he comentado en otras oportunidades y sonar repetitivo.

    "El aire de la taberna se impregnó de un hedor profundo que hizo que las dos camareras no pudieran evitar sentir una nausea"

    Creo que aquí quisiste poner "sentir náuseas"

    "dijo uno de esos hombres, que lucía una barba pelirroja con manchas oscuras de mugre, señalando a Esther"

    Tal vez quedaría mejor si esta aclaración estuviese escrita de otra manera: uno de esos hombres, que lucía una barba pelirroja con manchas oscuras de mugre, señaló a Esther al hablar (o algo por el estilo).

    "Los guardias comenzaron a atar a aquellos hombres, cuya resistencia fue inútil y algunos incluso se orinaron encima al verse acorralados."

    La reacción de los bandidos aquí me resultan algo extraña. ¿No pelean? ¿No intentan escapar? Tal vez cuando dices "cuya resistencia fue inútil" te refieres a que intentaron pelear y perdieron, pero no queda del todo claro cual fue su reacción. Por cierto, eso de que se orinaron encima, ¿es en sentido figurativo o es literal?

    "Sus padres ya se habían acostado, por lo que fue directa a la cama."

    Creo que aquí sería "directo a la cama"

    Por cierto, ¿cuánto te queda para terminar la obra? ¿Que planeas hacer con ella cuando acabes? Me da curiosidad saber cuantos de aquí escriben para algún día poder publicar o si escriben solo a gusto personal (esta es una falsa dicotomía, esta claro jaja todos escribimos por gusto personal, pero ya saben a lo que me refiero)


  • Gracias Kantos.

    En Fantasitura, ¿leiste este capítulo en el dragón lector o en mi bitácora? En mi bitácora está tal como aquí, pero en el Dragón este capítulo cambia bastante, porque debido a las críticas recibidas minimicé la paliza que recibe Dayana, para lo cual metí el diálogo entre el bandido que quiere pegarle y el que no.

    Pensé que los bandidos se asustarían al no poder huir, porque están dentro de una taberna en cuya puerta están los soldados. Tampoco podrían ofrecer mucha resistencia ya que cuando Esther haya ido a avisarles habrá dicho cuantos bandidos eran, y habrán ido suficientes soldados para poder detenerlos y rescatar a Dayana. Los soldados llevan espadas, lanzas y ballestas y los bandidos no habían acudido armados a la taberna para disimular lo que realmente son (aunque probablemente llevaran algún cuchillo escondido). Debido a todo eso, encontré verosímil que se asustaran. He leido en periodicos sobre terroristas que se han orinado/defecado al ser arrestados, así que no me pareció exagerado ese detalle.

    Directa a la cama está bien, pues quien va directa a la cama es Dayana, personaje femenino.

    Me queda mucho para acabar la obra. Por varias cosas veo dificil que me publiquen Dayana cuando la acabe, pero no importa. Es mi primera novela, y estoy aprendiendo mucho. Escribo más por placer que con la intención de ganar dinero con mis novelas algún día. No me cierro puertas, pero para mí lo importante es disfrutar con el proceso creativo, y poder leer mi propia novela al acabarla y disfrutar haciendolo

  • Lo subo porque quedó muy abajo, obvio, ¿no?


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