Los políticos que se encuentran en el poder, pero en todas las
naciones del mundo, toman decisiones o adoptan medidas que les propician un vertiginoso enriquecimiento a base de especulaciones financieras de
pésima administración, además de corrupciones y malversaciones, que, a la
postre, llevan su país a la ruina.
En lugar de tomar las medidas necesarias para juzgar a
los ladrones, defraudadores, especuladores y corruptos, se dedican enteramente,
sin ninguna clase de escrúpulos, a ejercer el oficio del bandolero, pero al
revés: solucionan los problemas que causan los de su especie, robando,
extorsionando y arrebatando los derechos adquiridos por el resto de los
ciudadanos, que nada tiene que ver con los enormes desaguisados que esta peste negra ocasiona
permanentemente.
Y lo peor de todo, para desgracia general, menos para ellos, claro está, es que no
han inventado un antídoto para esto y que con toda probabilidad nunca se inventará.
Comentarios
Muy bueno, digno de un genio como es Woody Allen