¡Bienvenido/a!

Pareces nuevo por aquí. Si quieres participar, ¡pulsa uno de estos botones!

(LISTA) Usted manda, jefe

antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


Usted manda, jefe 

Un buen día o un mal día (según se vea o lo quieran ver, si quieren verlo), el Cerebro llamó con urgencia a todos los órganos del cuerpo para reunirse con él en su oficina-mollera; y ya allí todos, enérgicamente les dijo: ¡Atención mis subalternos! ¡Por ser yo, y sólo yo quien da las órdenes y controla todos los sistemas orgánicos del cuerpo, exijo tanjantemente que a partir de ahora mismo, cuando se dirijáis a mí, me llaméis jefe!

Los pies, sorprendidos, protestaron:

- Diferimos. Somos nosotros, mi colega izquierdo y yo derecho, los únicos que soportamos el peso de todo el cuerpo y además lo trasladamos a todas partes; por tanto, la jefatura nos corresponde legalmente.

De igual forma, las diferentes partes del cuerpo expresaron su vital importancia dentro del sistema corporal: el corazón, los pulmones, el aparato digestivo los brazos, los codos, las manos, los dedos, los pelos... y hasta el mismísimo trasero reclamó su derecho a ser el jefe.

Todos, absolutamente todos, sin excepción alguna, al conocer las ilusas y a la vez deslavazadas pretensiones del culo se echaron a reír, pero con una desfachatez que sonaba a una animadversión de las más agudas.

¿Cómo osaba a pedir la jefatura de tan importante monopolio un órgano (si a ese cacho de carne con alguna redondez se le puede llamar órgano), que está tan desprestigiado y es tan insignificante?

A raíz de esas risas y burlas y herido en sus más íntimos sentimientos, el culo, como un buen pompis que es, se acomodó y decidió bloquear la salida de excrementos, pronunciando con rematado énfasis seis palabras, y dos de ellas en andaluz (que pa eso el autor de este texto es mi menda sevillana):

- ¡¡PO YA NO CAGO MÁS, EA!!

Al instante, y como consecuencia de aquella terrorífica actitud, el Cerebro comenzó a tener severísimos trastornos. Enviaba atropelladamente órdenes de fiebre alta a todo el cuerpo, pésimas digestiones, flojedad en músculos, huesos empezando a descalcificarse, las hormonas se iban de discotecas, las venas se ponían tan rígidas que parecían palos, alopecia prematura, ojos hinchados, y los pies inflamados y con tanto, tantísimo dolor que ya no podían soportar el peso del cuerpo...

El corazón y los pulmones luchaban con desespero día-noche-madrugada por sobrevivir. Tenían que remar a toda vela para barrer el mar de toxinas que los invadían. Todo aquello era un auténtico desastre, todo aquello era un auténtico caos, hasta que todos los órganos, salvo el Cerebro, lógicamente, se citaron a través del WhatSapp, y ya todos juntos y reunidos rogaron al Cerebro que el culo fuera el jefe, a lo que éste, cabreado pero reflexivo, finalmente accedió.

Enterado de lo ya decidido por sus hermanos órganos, el culo o pompis o trasero o retaguardia o fachada de atrás o… uf, vete tú a saber (podría citar por los menos una docena de apodos más), empezó a funcionar a marchas forzadas, largando mierda a diestra y siniestra imponiendo, orgulloso, su cargo de jefe universal por excelencia.

Una vez normalizado todo el organismo, y el culo cumpliendo a rajatablas su misión principal (cagar), éste, ya como jefe, envió un mail al Cerebro: 

Señor Cerebro. Para llegar a ser jefe no es necesario ser cerebro, ni ser más o menos inteligente, ni ser más o menos listo, ni ser imprescindible, sólo hay que ser un buen culo, como soy yo, y aprovechar el momento para cagar a los demás. Suyo afectísimo: el culo 

Con este maremágnum de contrariedades, al Cerebro se le olvidó comprar un cartucho de tinta (el día anterior se había agotado) para su vieja impresora, con lo cual no podía enviar al CuloJefe una fotocopia de un pacto sinequam de explícitas normas para un perfecto rendimiento del cuerpo, y además no le funcionaba el escáner, con lo que tampoco podía escanear veinte y pico de imprescindibles reglas; así que, resignado, pero muy contrariado, seguía sistemáticamente impartiendo órdenes, pero sin dejar de echar de cuando en cuando una miradita a la pestosa carga de inmundicias que arrastraba el pasillo alargado del aparato digestivo; sí, ese que se extiende desde el estómago hasta el ano.




 


Comentarios

  • Bueno, es un texto interesante porque no es solo humor escatológico, sino que se percibe cierta crítica social con respecto al tema de la cooperación y las funciones de cada miembro cooperante (cuando uno dice que es el mejor, pero queda demostrado que ese uno no es nadie sin el resto) y como a veces no se erige en jefe el más competente sino el más deseoso de serlo.

    El único fallo que veo es el uso de guión corto (-) en vez de raya (—) para las líneas de diálogo:

    http://lema.rae.es/dpd/?key=raya

    Un saludo.
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
    Iramesoj dijo:
    Bueno, es un texto interesante porque no es solo humor escatológico, sino que se percibe cierta crítica social con respecto al tema de la cooperación y las funciones de cada miembro cooperante (cuando uno dice que es el mejor, pero queda demostrado que ese uno no es nadie sin el resto) y como a veces no se erige en jefe el más competente sino el más deseoso de serlo.

    El único fallo que veo es el uso de guión corto (-) en vez de raya (—) para las líneas de diálogo:

    http://lema.rae.es/dpd/?key=raya

    Un saludo.

    Nunca raya, es más, ni siquiera sé dónde está ubicada en el teclado


  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII

    Nunca USË raya

  • https://www.literautas.com/es/blog/post-4003/recursos-para-escritores-el-guion-largo-y-las-comillas/

    Ese enlace te puede ser de interés. Te envío un fragmento de un e-mail que mandé el otro día al respecto de este tema:

    También puedes encontrar esos caracteres (la raya y las comillas latinas) en word/OpenOffice/LibreOffice con “insertar->símbolo” y buscándolos en la lista de símbolos que se despliega.

    Si tienes un texto con todo - y lo quieres reemplazar con — no es necesario que sustituyas cada guión uno por uno. En realidad, le das a buscar y reemplazar y en la barra que pone “buscar” escribes - y en la que pone “reemplazar por” escribes — y ya está.

  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII

    Buscaré. Gracias


  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
    cehi dijo:


    Usted manda, jefe 

    Un buen día o un mal día (según se vea o lo quieran ver, si quieren verlo), el Cerebro llamó con urgencia a todos los órganos del cuerpo para reunirse con él en su oficina-mollera; y ya allí todos, enérgicamente les dijo: ¡Atención mis subalternos! ¡Por ser yo, y sólo yo quien da las órdenes y controla todos los sistemas orgánicos del cuerpo, exijo tanjantemente que a partir de ahora mismo, cuando se dirijáis a mí, me llaméis jefe!

    Los pies, sorprendidos, protestaron:

    - Diferimos. Somos nosotros, mi colega izquierdo y yo derecho, los únicos que soportamos el peso de todo el cuerpo y además lo trasladamos a todas partes; por tanto, la jefatura nos corresponde legalmente.

    De igual forma, las diferentes partes del cuerpo expresaron su vital importancia dentro del sistema corporal: el corazón, los pulmones, el aparato digestivo los brazos, los codos, las manos, los dedos, los pelos... y hasta el mismísimo trasero reclamó su derecho a ser el jefe.

    Todos, absolutamente todos, sin excepción alguna, al conocer las ilusas y a la vez deslavazadas pretensiones del culo se echaron a reír, pero con una desfachatez que sonaba a una animadversión de las más agudas.

    ¿Cómo osaba a pedir la jefatura de tan importante monopolio un órgano (si a ese cacho de carne con alguna redondez se le puede llamar órgano), que está tan desprestigiado y es tan insignificante?

    A raíz de esas risas y burlas y herido en sus más íntimos sentimientos, el culo, como un buen pompis que es, se acomodó y decidió bloquear la salida de excrementos, pronunciando con rematado énfasis seis palabras, y dos de ellas en andaluz (que pa eso el autor de este texto es mi menda sevillana):

    - ¡¡PO YA NO CAGO MÁS, EA!!

    Al instante, y como consecuencia de aquella terrorífica actitud, el Cerebro comenzó a tener severísimos trastornos. Enviaba atropelladamente órdenes de fiebre alta a todo el cuerpo, pésimas digestiones, flojedad en músculos, huesos empezando a descalcificarse, las hormonas se iban de discotecas, las venas se ponían tan rígidas que parecían palos, alopecia prematura, ojos hinchados, y los pies inflamados y con tanto, tantísimo dolor que ya no podían soportar el peso del cuerpo...

    El corazón y los pulmones luchaban con desespero día-noche-madrugada por sobrevivir. Tenían que remar a toda vela para barrer el mar de toxinas que los invadían. Todo aquello era un auténtico desastre, todo aquello era un auténtico caos, hasta que todos los órganos, salvo el Cerebro, lógicamente, se citaron a través del WhatSapp, y ya todos juntos y reunidos rogaron al Cerebro que el culo fuera el jefe, a lo que éste, cabreado pero reflexivo, finalmente accedió.

    Enterado de lo ya decidido por sus hermanos órganos, el culo o pompis o trasero o retaguardia o fachada de atrás o… uf, vete tú a saber (podría citar por los menos una docena de apodos más), empezó a funcionar a marchas forzadas, largando mierda a diestra y siniestra imponiendo, orgulloso, su cargo de jefe universal por excelencia.

    Una vez normalizado todo el organismo, y el culo cumpliendo a rajatablas su misión principal (cagar), éste, ya como jefe, envió un mail al Cerebro: 

    Señor Cerebro. Para llegar a ser jefe no es necesario ser cerebro, ni ser más o menos inteligente, ni ser más o menos listo, ni ser imprescindible, sólo hay que ser un buen culo, como soy yo, y aprovechar el momento para cagar a los demás. Suyo afectísimo: el culo 

    Con este maremágnum de contrariedades, al Cerebro se le olvidó comprar un cartucho de tinta (el día anterior se había agotado) para su vieja impresora, con lo cual no podía enviar al CuloJefe una fotocopia de un pacto sinequam de explícitas normas para un perfecto rendimiento del cuerpo, y además no le funcionaba el escáner, con lo que tampoco podía escanear veinte y pico de imprescindibles reglas; así que, resignado, pero muy contrariado, seguía sistemáticamente impartiendo órdenes, pero sin dejar de echar de cuando en cuando una miradita a la pestosa carga de inmundicias que arrastraba el pasillo alargado del aparato digestivo; sí, ese que se extiende desde el estómago hasta el ano.




     



    Con permiso de Iramejoj...

    Un chistecito extra como un incentivo para que acuda más gente


    El Cu-Cu

     

    Anoche fui con mis amigas a una fiestecita. Le dije a mi marido que regresaría a casa a las 12 en punto. “Te lo prometo”, y juré

    Pero la fiesta estaba muy bien, copitas, bailecitos, más copitas... y se me fue la hora. Y llegué a casa a las 3 de la madrugada, completamente borracha.

    Al entrar, el reloj de cuco hizo Cu-Cu 3 veces. Al darme cuenta de que mi marido se iba a despertar por el ruido, como podía grité Cu-Cu otras 9 veces más. Me quedé tan orgullosa, y tan satisfecha por haber tenido de pronto, aun borracha, una idea tan genial y así evitar una pelea con mi marido, que me acosté tranquila pensando en lo inteligente y lista que es una. 

    Por la mañana, en el desayuno, mi marido me preguntó a qué hora había llegado y respondí a las 12 en punto, como le había prometido. Mi marido no dijo nada ni lo vi desconfiado. “¡Qué bien! ¡Salvada!”, pensé, eufórica.

    Pero de pronto me dijo: “por cierto, debemos cambiar nuestro reloj Cu-Cu”. 

    Le pregunté temblorosa: “¿Y eso, amor?” Y me respondió: “porque anoche el reloj hizo Cu-Cu 3 veces, a continuación, no sé cómo, gritó ¡hostia puta!, luego 4 Cu-Cu más, vomitó en el pasillo, dijo Cu-Cu otras 3 veces, se retorció de la risa, y otra vez hizo Cu-Cu, salió corriendo, pisó dos o tres al gato, destrozó la mesita de centro del salón, se acostó a mi lado dando el último Cu-Cu, tosió repetidas veces y se durmió.




  • editado enero 2020
    ¡Muy bueno como siempre! Me he reído como hace tiempo no me hacía reír un texto la verdad, con lo que me a mí me gustaba "Érase una vez el cuerpo humano" reconozco que, a día de hoy, lo cambiaría por las enseñanzas que encierras en esta creación tuya. La frase que pronuncia el trasero es, sin ninguna duda, uno de los momentazos de la historia.

    El chiste me ha gustado también, pero lo empequeñece que hubiera leído justo antes el texto...

    ¡Un saludo!
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
    ¡Muy bueno como siempre! Me he reído como hace tiempo no me hacía reír un texto la verdad, con lo que me a mí me gustaba "Érase una vez el cuerpo humano" reconozco que, a día de hoy, lo cambiaría por las enseñanzas que encierras en esta creación tuya. La frase que pronuncia el trasero es, sin ninguna duda, uno de los momentazos de la historia.

    El chiste me ha gustado también, pero lo empequeñece que hubiera leído justo antes el texto...

    ¡Un saludo!

    Gracias, muy amable.

    Ese texto del culo lo subí a la red hace como una década, poco más o menos (ya se lo dije a Iramejoj en el "Tablón de Anuncio"). Incluso lo tenía incluido en un blog, el cual está ya caduco. Pasa que aquél era demasiado corto y lo he ampliado en la misma línea de "cachondeo". Saludos afectuosos.


  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    Como siempre, el que manda, manda, aunque mande mal, muy divertido me pareció y el chistecito de la esposa borracha ni se diga.  :)
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII

    Como siempre, el que manda, manda, aunque mande mal, muy divertido me pareció y el chistecito de la esposa borracha ni se diga.  :)

    Gracias, jefa. Insertando cosas jocosas para tratar de alegrar al foro

    El chistecito resulta más divertido contándolo en persona (voces, gestos, poses...) y, modestia aparte, se me da medio bien contar chistes



  • Jajajajaja, este me hizo recordar a un chiste que me contó mi padre:

    Estaban los órganos reunidos para ver quién debía ser el presidente del cuerpo. Todos expusieron sus argumentos:  

    El cerebro dijo que debía ser el presidente, por ser quien daba las ordenes a las extremidades y que sin él, el cuerpo no sobreviviría.

    El estómago dijo que su función era indispensable, ya que él procesaba los alimentos y por ello, sin él, todos se morirían de hambre. Por ello debía ser el presidente.

    El corazón argumentó que él bombeaba sangre a todas partes y ya que él realizaba una acción tan vital, debía ser presidente.

    Cuando la campaña estaba reñida, en un rincón apartado, la mierda dijo "yo debo ser presidente" y todos se rieron en su cara. Esto no le gustó a la mierda y se declaró en huelga.

    La huelga resultó ser catastrófica para el cuerpo. Como la mierda no evacuaba, todo el cuerpo se estaba envenenado y los órganos dejaron de funcionar bien. 

    Pasaron pocos días y el cerebro, al borde de la desesperación declaró "¡No más! Que la mierda sea presidente!"

    Desde entonces, cualquier mierda es presidente.
  • antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII


    Desde entonces, cualquier mierda es presidente.

    Gracias por comentar mi texto. Me quedo con esa frase


  • cehi dijo:


    Desde entonces, cualquier mierda es presidente.

    Gracias por comentar mi texto. Me quedo con esa frase


    Jejeje, hágale.
Accede o Regístrate para comentar.


Para entrar en contacto con nosotros escríbenos a informa (arroba) forodeliteratura.com