En un rincón del callejón una guitarra suena; elevando su Quejió, que como una oración, saluda a la Lunallena que se despereza en silencio. Tras de una reja florida una Madre canta una Nana - Buleria para, a su pequeño, dormir. "Duérmete, mi vida, duerme, prenda mía; que las estrellas van a salir" A la tenue luz de unos farolillos las manos de unas niñas revolotean como palomas con las nubes bailando; mientras que unos chiquillos, que con palmas las jalean, de ellas se están enamorando. Callejones de mi Andalucía; mágicos rincones encantados donde cantan los gorriones; callejones pintados de blanca alegría; con sus patios encalados donde suspiran los corazones
"La guitarra... corazón malherido por cinco espadas". Tu poema tiene raíces, un poco Machado, un poco Lorca, un mucho Hyppyescritor. Y, además, me gusta. Tengo sangre andaluza, también (creo que tengo sangre del mundo entero, y va en serio). Saludos.
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