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incertidumbre

pessoapessoa Gonzalo de Berceo s.XIII
editado julio 2015 en Narrativa
Algo estaba fallando. Su terca obstinación en que ella le estaba engañando le había jugado una mala pasada pero ahora ya reaccionó y confiaba en ella. Lo malo es que quedó una sombra o una duda vacilando en cada pensamiento que iba dirigido a ella estas últimas semanas. No le valía. No le valía ella. Ya no la quería.
Se duchó al llegar a casa después de un intenso día de vigilancia en el metro. Cuando notó el agua en su cuerpo, pareció liberarse por unos instantes de ese pensamiento maldito que le recorría estos días: ya no la quería. Y parecía que todo iba encarrilado para que vivieran juntos los tres: ella, con su alegría de chica agradecida al mundo por poder trabajar en El Corte Inglés vendiendo perfumes y el chico, ese chico medio tonto, medio pícaro que todo lo enredaba. Pero no la quería ya y ese sentimiento no dejaba de machacarle el cerebro con insistencia, no dejaba de dejarle en ningún momento hasta configurar una obsesión que lo hacía culpable de toda la historia. Y tendría que decírselo. Cuanto antes. Para librarse de la obsesión que no le dejaba parar.
Ella, Violeta, salía a las 8 del Corte Inglés. Pensó que a las 9 estaría en el autobús todavía pero a las 9 y media recorría una calle que la dirigía a su piso y en ese intervalo le diría que no la quería.
Esperó jugando solitarios hasta las 9 y media. Llamó. ¿Violeta? Hola, te tengo que decir una cosa. Ya no te quiero. Lo siento. No vengas a casa. No, no vengas por favor. Que no vengas. Mi decisión es definitiva. No te quiero. Sí, has oído bien. No sé por qué. Pero no te quiero. Solo sé que no te quiero. No vengas. No voy a hablar contigo. No te desprecio. El caso es que no te quiero. No, no es eso. Es que no te quiero. Yo tampoco lo entiendo. No hay que entender nada. Es que no te quiero. No llores mujer. Si yo pudiera hacer algo lo haría pero no te quiero. Adiós.
Al apagar el móvil, su obsesión desapareció como por ensalmo. Se puso muy contento pero pensó: qué solo estoy.

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