Imagen del primer ilustrador de Lewis Carrol (Jhon Tenniel)
EL REGALO DE BALTASAR
Me llamo Alicia, tengo siete años y vivo en una calle muy larga. En una punta está el cuartel de Artillería y en la otra la Iglesia de San Francisco, y en el medio la tienda de mis padres. Todas las tardes desfila el piquete por mi calle a las seis en punto, que es cuando mi madre nos da la merienda, y nos sentamos con los bocadillos en la acera a ver pasar el desfile. El que más nos gusta es el de la legión porque tienen una cabra disfrazada de legionario con su gorra y todo. La chica que vive enfrente a veces cruza la calle y hace perder el paso a los soldados que en vez de enfadarse le dicen ¡Guaaapaaa!. Una vez crucé yo y sólo me dijeron ¡Quitaaa coooño!.
Yo creía que desfilaban porque en el pueblo hay pocas distracciones y así nos entretenían, pero una vez escuché decir a un militar con el uniforme lleno de medallas y el fajín encarnado en bandolera, un Capitán General por lo menos, lo de la medida disuasoria para que los nativos observaran el despliegue de fuerzas del invencible Ejército en el Sahara occidental Español. Le pregunté a mi listísimopadre que me explicara lo de la medida, me contestó que una niña no podría entenderlo y que lo olvidara. Como mejor se olvidan las cosas es haciendo fuerza y apretando fuerte los ojos, claro que la pregunta no se dejó enredar por las pestañas y se quedó para siempre en mi colección de no me olvides.
En la tienda de mi madre se vende de todo, hasta juguetes, bicicletas, patines y patinetas, también máquinas de coser con su pedal que no veas como corren, a veces hasta se traganla ropa, en vez de agujas parece que tuvieran dientes; mantelerías caladas con agujero pequeños colocados en orden, no entiendo para que le ponen agujeros a los manteles; mixtos para las pistolas de los chiquillos; cadenillas de plomo para que el vuelto de las faldas no se levante, el siroco del Sahara levanta todo ¡Una peseta al viento! gritaban los soldados cuando pasaban las muchachas agarrándose las volanderas faldas. Si me pongo a contar todo lo que se vendía en la tienda se acabaría enseguida las hojas de éste diario.
La señorita Teresa, mi maestra, me aconseja que procure contar sobre los asuntos del alma. ¿Cómo se escribirá sobre las cosas del alma? Monseñor pregona desde el púlpito que el cuerpo miserable se lo han de comer los gusanos pero que el alma nunca muere. Me gustaría mucho contar sobre las cosas del alma pero no sé cómo hacerlo. El perro de los curas se llama Merengue y es más negro que el carbón, ¿tendrá alma el perro de los curas?, ¿de qué color será el alma de Merengue?
Anoche, nada más cerrar la tienda despuésde acabar la cabalgata, se nos apareció Baltasar, ¡plof! ahí delante de nuestros ojos, sonriendo con su turbante torcido y los guantes blancos. ¡Baltasar, nada más y nada menos!, solo de pensarlo me entra esa cosa por dentro que mi padre dice que se llama emoción. A mí la emoción me da muchas ganas de ir al baño.
Me acerqué a él y tirándole de su capa real le dije con mi voz chiquita:
—Baltasar Baltasar… ¿me regalas la bici esta noche?
—¿Qué dices niña? —Preguntó Baltasar
— Que si me echas esa la bici.
— Sí, sí, claro —contestó con algo de prisa, luego sefue a la trastienda con mi padre. Mi madre nos dijo que no nos hiciéramos muchas ilusiones, que la bici era para una niña que estaba muy malita. Yo estaba loca por la bici estupenda con su cartel de reservado, soñaba con ella, pero claro,l o de la pobre niña enferma me partía el alma, la que nunca sé dónde la tengo ni que de qué color es.
Cuando Baltasar salió del almacén de mi padre cargado de juguetes con el turbante más torcido todavía y la piel resbalándosele de la cara, le dije bajito que no hacía falta que me regalara la bici, y entonces él contestó que de eso nada, que la bici era para mí, bien claro me lo dijo. Dos veces. Así que no pegué ojo en toda la noche. Ya me veía paseando con mi bici nueva. Me puse a pensar que le iba a poner unas cintas de raso de colores al manillar, las que se vendían por metros en la tienda, aunque mi madre no lo necesita, ella mide con los codos.
Por la mañana me levanté muy temprano y fui corriendo a la sala a por mi promesa, pero mi bici ni estaba en ella, ni en el patio, ni en el garaje donde mi padre guarda la furgoneta de repartir las neveras y las máquinas de coser. Mis padres estaban preocupados porque no miraba ningún regalo, ni siquiera éste diario en el que estoy escribiendo ahora.
A media mañana me conformé y después de llorar un buen rato me lavé la cara con agua fría, miré la muñeca de mi hermana, mis cuentos, el estuche de colores, y estrené la falda escocesa de tablas , la blusa de nido de abeja tan linda y los zapatos de charol, y con la patineta que me regalaron los reyes salí a la calle. Una patineta feísima, en mi vida he visto nada más horrible. No pienso ponerle ninguna cinta.
Patinando con mi patineta sin ningunas ganas de patinar, ¡pero claro que iba a hacer! , la vi, vi mi preciosa bici reluciente y a Mariuchi, la niña gorda hija del Almirante subida en ella aplastando las ruedas. Entonces fui, la agarré y empecé a darle de cachetadas a la Mariuchi hasta que unos mayores nos separaron y fueron a hablar con mi padre, y ahora estoy aquí castigada en el día de Reyes, con éste diario que pone en la primera página con letra de redondilla.
Regalo para Alicia de tu Rey Mago preferido, Baltasar.
Comentarios
Cuando alguien toma como referencia a la Alicia de Carroll casi nunca se tiene en cuenta qué es lo que le fascinaba a Carroll de todo aquello. Quizá porque siempre tendemos a intentar interpretar de una forma superficial y amable aquello que es demasiado complicado y oscuro. No es lo mismo leer el libro de Carroll conociendo su vida y sus secretos que leerlo creyendo que es una inocente historia para niños...:rolleyes:
Es lo mágico de la literatura, sirve para sublimar deseos inconfesables (al menos eso escribió nuestro Antonio Muñoz Molina... y yo lo suscribo)
¡Buen alegato!
pero como que no te he agradecido tu relato dedicado, mira te copio lo que te dije en él:
No, me refería a otro relato que te dediqué después.:D Pero da igual. Mientras me hayas inspirado algunos buenos relatos no importa si al final no los has leído. Además, no quiero ponerme pesado. Un abrazo.:o
Lo consigues de una manera sorprendentemente fácil. Es vivaz, ensoñador e infantil, pero abre la puerta a tantas preguntas que parece que nuestra Alicia crecerá pronto como un árbol de sabiduría.
Por cierto que eso de que "no miraba ningún regalo" te ha quedado muy muy de Vigo... ¿Será casualidad? :-D
Buenas letras!
Yo creo que tiene un final feliz, pero a largo plazo, mejor Cortázar que Indurain...
No sé a que te refieres Quino, con lo de muy de Vigo, no lo pillo, si me lo explicas igual sí
A demasiado largo plazo me temo.
Gracias JLFRIAS, me gustó mucho tu cuento...ya te diré.
Gracias a todos chicos, ando como las locas, prometo este finde comentarles, pero queria decir que esta Alicia mia, nada que ver con la Alicia de Carrol, salvo el estupendo dibujo que me recordó al rey coronado a Baltasar.
Muchísimas gracias a todos, y repito, pueden desguazar mis cuentos, ponerles faltas, mirar los dobladillos, en suma...ayudarme a mejorar, que es de lo que se trata.
Esta sí que sería una Alicia al estilo de Carrol, esta sí que sí:
http://www.forodeliteratura.com/showthread.php/27000-Los-viajes-de-Alicia
No creo que haya nada de malo en cuestionarse el tema de Carroll. Si no nos cuestionáramos las cosas aún estaríamos en la época de las cavernas.:D Lo que comentas de la época y la reina Victoria no lo entiendo muy bien...precisamente en la época de Carroll (sobre todo al finales del siglo XIX) se pusieron tristemente de moda las niñas prostitutas de Londres, de repente los caballeros victorianos solicitaban bastante niñas de alrededor de diez años a las que se las veía pasear por las calles de mala muerte...en una época en la que ser niño era ser ciudadano de tercera clase (la mujer era la ciudadana de segunda, claro) y que se sacaban leyes tan "piadosas" como prohibir emplear en las fábricas a menores de nueve años (los de diez años eran legalmente empleados en trabajos duros hasta para los adultos)
Creo que no se puede comparar el asunto de Wilde (la homosexualidad entre hombres era mucho más escandaloso e intolerable que el tener tratos con chicas menores) con lo que hablamos de Carroll. Nadie ha dicho que Carroll haya abusado de ninguna niña, de hecho no hay pruebas de ello como tú bien dices. Simplemente hay, eso sí, muchas evidencias de que seguramente fuera pedófilo (cuando a Nabokov le preguntaron sobre si le gustaban las niñas por escribir Lolita él respondió "Al que le gustan las niñas es a Carroll"). En mi opinión lo sería no ya por el asunto de las fotos de niñas desnudas sino por sus diarios íntimos que incluían listas de cientos de niñas que conocía y a las que describía y puntuaba (aunque se especula que las páginas arrancadas de sus diarios, arrancadas por sus familiares tras su muerte, contenían lo más escandaloso de su vida secreta).
Carroll repetía constantemente en sus diarios guardar un pecado terrible que ni él mismo se atrevía a confesar, esa continua tortura en los apuntes de sus diarios se mezclaban con las apasionadas citas con sus amiguitas (las niñas). Describe en ellos cenas, paseos y rituales propios del hombre que intenta conquistar a una dama (enla costumbre de la época) que de lo que se considera una mera amistad. De hecho en cartas a ciertos amigos podemos leer a Carroll en pleno delirio fetichista compartiendo su devoción por los pies de las niñas (a la propia Alicia la fotografió varias veces descalza) y sobre todo disertando sobre la belleza infantil (que no tiene nada de malo si no le añadimos todos lo demás que sabemos de Carroll).
Carroll es el típico personaje más interesante por su vida que por su obra, al menos para mí. Y de su obra, sobre todo los dos libros sobre Alicia, se han hechos analisis desde perspectivas psicoanalíticas (algunos consideran que las aventuras de Alicia son una metáfora del despertar sexual de una niña...) Pero claro, nunca sabremos de qué iba realmente la historia. Como tantos secretos Carroll se lo llevó a la tumba.
Recomiendo la lectura de la estupenda biografia de Morton sobre Carroll (un tocho de 600 páginas que devoré con pasión, que se considera definitivo a la espera del análisis exhaustivo de todos los diarios manuscritos de Carroll, de los que aquí se resumen todos) o el curioso libro Alicia en el Lado Oscuro.
Yo una vez le dije a alguien que intentaba empezar a leer a Rimbaud que antes leyera sobre su vida para comprender ciertas cosas. Si uno sabe que Rimbaud se lo montaba con Verlaine y que éste acabó disparándole de puros celos se entiende su poesía de otra manera...:rolleyes::D
De todas formas en España tuvimos a nuestro propio Carroll...es decir Antonio Machado...quien busque trapos sucios que escarbe en su vida...:D
Bueno, por la respuesta ya deduzco que no acerté (y debí deducirlo antes por algún comentario que creo recordar). Vigo es una ciudad de Galicia que tiene una particularidad linguística curiosa y es que suelen utilizar el verbo "mirar" con el significado de "ver", tanto si hablan en gallego como en castellano. Así que es fácil oír cosas del tipo "Hace tiempo que no te miraba!" cuando se quiere decir "... que no te veía!".
Total, que no pareces tener que ver con esa ciudad. Fin del misterio.
Bueno...por aquí por Canarias también decimos mucho mirar en vez de ver.
¡Qué buen lugar Vigo! pero qué húmedo y lluvioso es compadre!
Yo si creo que Carrol probablemente fuera pedófilo, ( además de un artista incomparable en otras artes y disciplinas), y disiento contigo Nestor, porque justamente en la época Victoriana, donde a las mesas se las tapaba con telas para no mostrar la similitud de sus patas con las piernas de las señoras, se daba ese tipo de "perversiones" sobre todo en la alta sociedad, tan hipócrita y de doble moral. Los desnudos femeninos se pintaban sin vello púbico, y la adoración por la mujer-niña era una constante de la época. Cuanto más se prohibía, más se pecaba.
Es un tema interesante para debatir, tengo algo escrito sobre esa época, a ver si lo encuentro.
No moralizo nunca con los personajes de literatura, pero si tengo cierto curiosidad curiosa del por qué el autor escribe así o asao, y de Carrol me interesa mucho su vida personal, no para juzgarlo, sino para entenderlo.
Repito que la Alicia de este cuento nada que ver con la de Carrol, y de verdad que me gustaria que leyeran la Alicia que escribí con voluntad y conciencia absoluta de que fuera Alicia ( la que crece, o decrece)...como dice Carlitos, me haría mucha ilusión que me leyeran. Pongo un enlace de nuevo, a ver si ahora viene a verme:
http://www.forodeliteratura.com/showthread.php/27000-Los-viajes-de-Alicia
El tema Carroll-Alicia da para unos cuantos libros... ¿Sabías por ejemplo que la tal Alicia Lidell no solo fue pretendida por Carroll sino que el escritor y poeta John Ruskin también se encaprichó de ella? Ruskin por lo visto era otro fan de las niñas...de hecho se casó con su mujer Rose La Tounche a la que conoció cuando ella tenía solo diez años...al igual que Carroll también pontificaba sobre la belleza de las niñas...
En mi caso, el Siroco se llamaba Terral pero fastidiaba igual,igual.
Me gustas cuando eres divertida, maliciosilla y traviesa.
En cuanto a tu estilo, a tu manera de escribir, me encanta y ya quisiera yo escribir como tú.
Viví en el Sahara mucho tiempo, y en Fuerteventura estuvo la legión hasta no hace demasiados años, así que hasta el gorro de verlos desfilar, pero de chica me encantaban.
Yo tengo un amigo legionario (de los tiempos del instituto) y de hecho estuvo unos años destinado allí...se vino algo amargado, decía que allí el nivel de vida es muy alto y para un militar el sueldo no llegaba para nada...:rolleyes::D
Nunca olvidaré a mi padre ( un comunista comprometido en tiempos de Franco), cantando "Soy el novio de la muerte" y desfilando por mi calle bajo los efectos del alcohol. Él nunca bebía y se pasó de la rosca en la comunión de mi primo.
Bromas aparte, ¡niña, te chorrea magia de los dedos!