Wendoline está pero no está. Batalla en las alturas, entre un mal aire y una brisa perfumada, envuelta en música de mp-4 y tacones tan altos como la luna. Cuando aterriza saluda al mundo bajando del más allá, desciende del nirvana si no queda otra. Volatinera sujeta del aire sortea la vida justo por donde los pájaros tiemblan.
La mayoría de las veces está drogada.
Todos estamos preocupados por ella,doliéndonos por ella, en especial su padre que, como en otras ocasiones, la rescata de su cárcel blanca y, durante un tiempo Wen afirma que sí, que lo intentará de nuevo, de verdad que sí, seguro que sí, que sí, estoy en ello —promete una vez más.
No valen con ella las terapias alternativas, ni la cognitiva-conductual, ni conceptual, ni el tratamiento individual, ni el grupal, menos aún el cambio de conciencia radical, ni por supuesto, ningún tratamiento que termine en “al”. Se relaja algo al fumar haxis, cuando cultiva el huerto de coles, de lechugas, o de naranjas de la China China China, y todo se lo toma a la risa, o a la pena, mientras las venas reclaman su dosis de metadona medida, ya que otra cosa no hay.
Su padre es un ángel sin vértigo de flamígera espada que sabe blandir si toca, aunque casi siempre pierda las batallas. Equilibrista de la cuerda floja, aconseja a su hija como debe planear, pero nada...Wendoline va a su bola, siempre vuela demasiado alto.
Dédalo se llama el padre, Ícaro la hija, aunque le decimos Wen. Ahora navega Navega Wen por estancadas ciénagas
—Si desciendes demasiado la humedad del agua hinchará tus alas, si te elevas el calor te abrasará. Ten equilibrio Ícaro.
—Padre, este pegote que me haceescorar no es barro, se llama dolor, asco, o miedo, no sé.
Una dama blanca asfixia a Wen y suena su risa a Crac.
También lo intenta el padre con la religión.
—¿Dónde vive Dios papá?
—En la luz. Ahí arriba, en el sol. Se llama Atón.
—¿Y cuándo es de noche?
—En la penumbra, esperando que amanezca. Se llama Amón.
—Es lo mismo. Casi todo es lo mismo.
—No Ícaro, no es lo mismo la luz que la sombra.
Al inicio del vuelo , las palomas mensajeras picotean las alas de papel y cera de Wendoline. Son taquígrafas, sus picos suenan a preguntas.
Las aves agujerean el endeble material. Escora entre una montaña y una duda, solo lleva una mañana de viaje y ya añora aquella esquina donde vendían alas a tanto el gramo, ¡pobre gaviota de papel!
—¿Quieres curarte Wendoline? —le pregunta el terapeuta.
—Sí quiero.
—Pues repite conmigo: soy drogadicta soy una enferma.
—Soy funambulista, vuelo como puedo, a medio gesto, con el ala vencida, no quiero llegar más allá de la cuerda en la que levito.Ya sé que ustedes no quieren que me acerque a las constelaciones de la Osa, ni a la del Boyero, ni a la de Orión. Ya sé que es peligroso volar cerca de ellas.
El padre planea equilibrado, Ícaro haciendo piruetas. A su izquierda dejan la isla de Samos y a la derecha la de Delos, la que abunda en miel.
El incauto Ícaro se eleva más allá de sus fuerzas sobre su pértiga y clama: — ¡Estoy llegando, mira siento el calor, mira siento el calor! ¡Qué delirio!
Dédalo grita aterrorizado: ¡Hija mía! ¿Dónde vas?
Las alas retorcidas flotan sobre e lmar, una mancha casi negra, o casi blanca.
Dédalo detestó mil veces su inventado diseño de cera. Llora el padre amargas lágrimas, siempre se latermina pegando la inexperta alada. No sabe ¡Pobre hija mía!, no sabe volar.
El padre reclama la vida de su hija y tiene una pregunta para Theós. Dios reposa bajo palio, le da un taconazo a una estrella, y se encoje de hombros con un ¡y a mí que me cuentas!
Je,je...desde tu regreso me han sorprendido cada uno de tus nuevos textos...aparentemente no tienen nada que ver con los que leí en su momento con ese fuerte sabor estético que les imprimías (estos siguen siendo estéticos pero de otra manera). Dejando aparte que soy alérgico (como ante tantas cosas, tengos demasiados prejuicios, lo sé) a la mitología (porque me parece algo ya tan sobado y visto que me aburre...más aún porque no tengo ni idea de mitología, griega o no) y no sé quién era Prometeo, aunque Kafka escribió unas breves líneas sobre la leyenda que son pura ambrosía (rescatadas alguna vez por Borges, de ahí lo conocía)
En fin, volviendo al relato de Suina, a mí me gusta que me sorprendas y me gusta que pases del realismo de una yonqui a las alas de Ícaro (si, de este me sé la historia...o eso creo, quemó sus alas acercándose demasiado al Sol...me encanta la canción Flight Of The Icarus de Iron Maiden...que alguien me rectifique si me equivoco!). Eso es lo bueno del relato, que sorprende y que a un alérgico de la mitología como yo le acabe gustando. Si, prefiero a la Suina más esteticista (¿y romántica?), más modernista, más fin de siecle...será, también, que ahora estoy leyendo una biografía de Alejandro Sawa...pionero del Modernismo en España (incluso inspiró a su amigo Rubén Dario) y que era un forofo de Alphonse Daudet (hasta se peinaba igual!) personaje que Suina me descubrió (ya le debo tantas cosas a Suina...sobre todo leerme y comentarme, eso sobre todo):rolleyes:
Bueno, voy a ser egoista y pedir a Suina que cuando pueda me regale algo de esteticismo suyo que tanto me encanta...ya sé que no tengo derecho, que estoy quebrando la libertad del autor...pero soy demasiado egoista...:D
A ver, tampoco a mí se me da bien la mitología, vergüenza da decir que tengo la osadía de escribir sin haber sido nunca un gran lector.
Muchas veces reflexiono sobre lo fácil que sería todo si fuésemos capaces de liberarnos de nuestras (inevitables) implicaciones emocionales. Creo que entonces tendríamos una impresión parecida a la que deja este texto. Todo sería una amable locura que trata de locuras poco amables. Ojalá fuera así de fácil.
Por cierto... necesito saber por dónde tiemblan los pajaritos... Uno no puede andar por la vida sin saber esas cosas, carajo... :-D
Buenas letras!
Comienzo contestandote Carlitos porque has nombrado a RubénDarío y al modernismo, que no es otra cosa que una estética artificial hecha de manera deliberada, con voluntad de que así sea. De Ruben Darío admiro la poesía, su prosa se me atraganta( si,ya sé, es un crimen lo que he dicho). Leí, no me acuerdo donde, sobre otro modernista con un estilo muy diferente, Lorca, y que este escuchando recitar a Darío con su rebuscada, profunda, riquísima y complicada manera de hacerlo, y que decía una frase que aprendí de memoria por su rareza, que a veces recito con voz engolada sobre todo si me he tomado dos o más copitas de vino “ Que púberes canéforas te ofrendan el acanto...”, a la que Lorca contestó que solo había entendido el “que”…y a mí me ocurre lomismo con la prosa enjoyada. Prefiero la sencillez, la naturalidad, o al menos que el esfuerzo realizado apenas se note. No creo ser modernista, aún no sé lo que soy, por eso voy dando bandazos de un estilo a otro ( lo has notado bandido), procurando ser lo menos artificiosa posible, aunque en este de Wendoline se me ha ido la mano. J
Tanto Rubén Darío, como Federico Lorca, ( hablando otra vez de los modernistas), son influencias desaconsejables para imitarlos porque conservan siempre la denominación de origen inevitable, lo que comentaba en un post anterior, la impronta, la sombra. Tú, Carlos, defiendes la imitación como medio de aprendizaje, como homenaje también a tus divos, y como ejercicio está bien, pero si no se sienten las incidencias de la vida “por medios propios”, sino a través de la literatura de otros, no harás que me crea tus personajes, y a tus vivencias has de “improntarlas” tú ( acabo de inventar un término nuevo, mejor diría “acuñarlas”).
No es exceso de orgullo, ni siquiera orgullo. Los maestros son maestros, ( si no fuera por ellos no escribiriamos), pero hasta de los genios, o sobre todo de ellos, hay que evitar su aplastante sombra a la hora de escribir para ser personales. Creo que no nos pondremos de acuerdo en esto, pero no importa, me gusta mucho hablar de estas grandes cosillas contigo.
Y gracias por leerme, comentarme, rebatirme y aguantarme.
necesito saber por dónde tiemblan los pajaritos... Uno no puede andar por la vida sin saber esas cosas, carajo... :-D
Buenas letras!
Los pájaros tiemblan fuera del nido
Tiemblan cuando sin saber volar aún, emprenden el vuelo
Tiemblan si son pequeños e inmaduros, si en vez de plumas tienen plumones que no les proteje del frío.
Y es que volar requiere tiempo, además de alas...digo yo :rolleyes:
Los cuentos son también un ejercicio mental para quien los lee. En tu cuento vi reflejada a una sobrina que esta presa en el alcohol, se escapa a ratos y es maravillosa.
El surrealismo se toma en pequeñas dosis, porque te puede matar. En tu cuento hay pequeñas dosis surrealistas, es lo que creo y es lo que pienso. Para ser surrealista tienes que ser como esos cocineros japoneses que sacan licencia para preparar pez globo.
Aquí en el Perú somos surrealistas en todo, en la política, en el trabajo, en vida domestica, en el transito. Recuerdo aquello que escribió mi paisano “Sofocleto”:
"El Perú es una pesadilla.
Pronto despertaremos y descubriremos que somos suizos”
Esto no tiene que ver con tu cuento, sin darme cuenta me salí.
Me gusta este cuento más que el de Alicia, el de Alicia se lo contaría a mi hija, ella lo adaptaría a su mundo. El mundo de un niño está lleno de fantasía y las cosas bellas son más adaptables a la fantasía. Las cosas de un adulto son mas moldeables al surrealismo es lo que creo y es lo pienso.
Es probable que fulanito aparezca y me cite a quinientos muertos que dicen lo contrario no me importa.
Comienzo contestandote Carlitos porque has nombrado a RubénDarío y al modernismo, que no es otra cosa que una estética artificial hecha de manera deliberada, con voluntad de que así sea. De Ruben Darío admiro la poesía, su prosa se me atraganta( si,ya sé, es un crimen lo que he dicho). Leí, no me acuerdo donde, sobre otro modernista con un estilo muy diferente, Lorca, y que este escuchando recitar a Darío con su rebuscada, profunda, riquísima y complicada manera de hacerlo, y que decía una frase que aprendí de memoria por su rareza, que a veces recito con voz engolada sobre todo si me he tomado dos o más copitas de vino “ Que púberes canéforas te ofrendan el acanto...”, a la que Lorca contestó que solo había entendido el “que”…y a mí me ocurre lomismo con la prosa enjoyada. Prefiero la sencillez, la naturalidad, o al menos que el esfuerzo realizado apenas se note. No creo ser modernista, aún no sé lo que soy, por eso voy dando bandazos de un estilo a otro ( lo has notado bandido), procurando ser lo menos artificiosa posible, aunque en este de Wendoline se me ha ido la mano. J
Tanto Rubén Darío, como Federico Lorca, ( hablando otra vez de los modernistas), son influencias desaconsejables para imitarlos porque conservan siempre la denominación de origen inevitable, lo que comentaba en un post anterior, la impronta, la sombra. Tú, Carlos, defiendes la imitación como medio de aprendizaje, como homenaje también a tus divos, y como ejercicio está bien, pero si no se sienten las incidencias de la vida “por medios propios”, sino a través de la literatura de otros, no harás que me crea tus personajes, y a tus vivencias has de “improntarlas” tú ( acabo de inventar un término nuevo, mejor diría “acuñarlas”).
No es exceso de orgullo, ni siquiera orgullo. Los maestros son maestros, ( si no fuera por ellos no escribiriamos), pero hasta de los genios, o sobre todo de ellos, hay que evitar su aplastante sombra a la hora de escribir para ser personales. Creo que no nos pondremos de acuerdo en esto, pero no importa, me gusta mucho hablar de estas grandes cosillas contigo.
Y gracias por leerme, comentarme, rebatirme y aguantarme.
Bueno, yo no creo que haya que elegir. Dos de las novelas que más me han fascinado en mi vida son El Placer de D'Anunnzio y El Amante de la China del Norte de Marguerite Duras; la primera era pura placer estético en plena fiebre del simbolismo (lo que aquí se llamó modernismo), esa página en que se describe como el protgonista besa las manos de su amada es una de las páginas que más me han marcado. Seguro que tu lo encontrarías recargado, a mí ese arte para decir lo mismo de mil formas diferentes me parece eso: arte. SIn embargo la segunda novela es el colmo de la sencillez, con la prosa seca y entrecortada de la Duras. Esas frases crudas y sin embargo tan poéticas. Ideales para retratar los sentimientos de una quinceañera enamorada de su amante chino...ambas son novelas románticas y eróticas, les separa un siglo pero les separa más el estilo y no podría elegir entre las dos, son dos obras maestras cada una en su estilo (si es que el estilo sirve para dividir, prefiero pensar que en la variedad stá el gusto).
Que a mí me guste el Modernismo no quiere decir que sea un fanático o no vea otra cosa, al contrario, cada vez que publico mi lista de lecturas del mes se puede ver que leo gran cantidad de cosas y que me influyen muchos estilos y escritores.
No creo haber dicho nunca que la imitación sea para mí una forma de aprendizaje. Prefiero la influencia no la copia, que es distinto. Yo quiero ser honesto. Nadie escribe sin haber aprendido de otros. Nadie es escritor por generación espontánea. SIn embargo alguien dijo que copiar no es malo, más que nada porque se copia lo que nos gusta mucho, es una forma de admiración.
Del Modernismo me atrae y mucho su rebeldía, lo que en su momento fue una protesta contra la literatura naturalista, clásica, adocenada, obligatoria y burguesa. Para muchos el modernismo fue puro delirio, para otros un grito de libertad. Saltarse las reglas, utilizar mil adjetivos porque si, porque me da la gana.
Pero si nos quedáramos en un estilo la cosa sería muy aburrida y triste. Yo he pasado por muchos estilos, algunos incluso inconscientemente. Y no hay nada como la libertad. Hay quien piensa que repetirse, escribir siempre lo mismo o sobre lo mismo es tener personalidad. Luego está el que de tanto variar lo llaman veleta. Muchos de los grandes escritores cambiaron de estilo varias veces porque se aburrían, otros siempre escribían de lo mismo.
No hay reglas. Antonio Machado promulgaba la libertad, que cada uno escribiera lo que lediera la gana porque esa era su personalidad. Cortázar decía algo parecido: insiste en tus errores porque esa es tu personalidad. Borges prefería honrar la literatura clásica porque de ahí venimos todos y la originalidad no existe. Todo lo que escribimos ya ha sido escrito y probablemente mejor por otro hace mucho tiempo (la literatura, como todo, también es cíclica, decía Borges)
Yo ya no aspiro ni a ser original ni a dejar de serlo ni imitar ni dejar de imitar. Aspiro a contar las historias que más me gustan en cada momento, ser honesto conmimgo mismo (si no la cosa no funciona) y darle al texto lo que necesita (si necesita sinceridad íntima se la doy, si necesita un toque de Modernismo se lo doy, si necesita una cita de Borges desde luego que se la doy)
Y ya que tanto me gusta Borges decir que el maestro se dedicó toda su vida a escribir relatos de menos de diez páginas, ensayos de cuatro todo lleno de citas, imitaciones, homenajes, reciclar obras anteriores...y ha pasado a la historia como uno de los más originales y extraños escritores. Sus conferencias eran multitudinarias y en un país tan difícil como USA le reverenciaban pese a escribir en castellano (si, hemos sido siempre muy maltratados por allí) y triunfó con sus libros estando aún vivo. Mucho mérito tenía Borges que se paso media vida ignorado y recibiendo críticas por su forma de escribir (tan extraña, con tantas referencias al pasado) pero él no podía hacerlo de otra forma. Nunca escribió una novela ni nada mínimamente comercial. Y a pesar de su sencillez teórica (siempre pregonaba ejercer la sencillez) sus escritos eran realmente vueltas de tuerca imposibles de imitar. Escribía como hablaba...
Y a pesar de mi fascinación por Borges aún nadie me ha dicho que lo imito.:D Y es que a pesar de todo creo que cada uno estamos condenados a ser nosotros mismos. Lo único que hay que hacer es atreverse a serlo, claro.:rolleyes2::rolleyes:
Pues claro que tanto escribir cuentos como leerlos es un ejercicio mental...pero también es mucho más que eso. Es una necesidad emocional, además de intelectual (una palabra de la que no me fío demasiado...me refiero al concepto intelectual).
Cuando afirmas que "El surrealismo se toma en pequeñas dosis, porque te puede matar" no puedo estar más de acuerdo contigo Juancho, es muy fácil a quienes somos propensos a él que se nos vaya la mano, surrealista es el proceso kafkiano, surralista es ira a una oficina estatal que te reclama un papel por enésima vez, que ya conserva en sus archivos informatizados; surrealista por supuesto es la frase de tu paisano al que no tengo el gusto de conocer:
"El Perú es una pesadilla. Pronto despertaremos y descubriremos que somos suizos”
¿Y en que se diferencia en los cuentos el formato surrealista del fantástico?, tu lo has explicado, y muy bien, con otras palabras: tu hija entenderá mejor el mundo de la fantasía porque los niños simplemente son fantásticos. El surrrealismo es de adultos, casi siempre desencantados de la realidad...esto no lo he leído en ningún sitio, que recuerde, es una impresión personal.
Otro abrazo cálido para tí Juancho.
Yo tampoco creo que haya que elegir, esto no es a quien quieres más si a papá, o a mamá, aunque a mi ya no me da maldita verguenza decir cuando un autor consagrado no es de mi gusto (pese a lo bien que escriba), tengo la capacidad no solo de elección, sino la libertad de sentirme fascinada o no. Pero claro, primero hay que leerlos. Te pongo el ejemplo de cuando en los primeros años de carrera de Bellas Artes nos hacian copiar copiar copiar y copiar a los maestros, copiar bodegones, copiar naturalezas muertas, copiar líneas y curvas, copiar orejas, manos, pies, sombras, luces...para soltarnos la mano. Tampoco es absolutamente necesario, hay autores y sobre todo artistas plásticos innatos, aunque en literatura un soporte de lectura es una maleta cargada de posibilidades.
En fin, no soy rígida en mis lecturas, no en coceptos literarios, solo sé que escribo porque me encanta hacerlo, como muchos de los que estamos por aquí. Así de sencillo.
Lo que si que es apasionante es que podamos hablar sobre esto, que no sea un foro de cero patatero de respuestas, o de me gusta, muy bonito y punto pelota.
Me quedo sobre todo con tu frase final Carlitos, la de que a pesar de todo creo que cada uno estamos condenados a ser nosotros mismos. Lo único que hay que hacer es atreverse a serlo, claro.:rolleyes:
Yo tampoco creo que haya que elegir, esto no es a quien quieres más si a papá, o a mamá, aunque a mi ya no me da maldita verguenza decir cuando un autor consagrado no es de mi gusto (pese a lo bien que escriba), tengo la capacidad no solo de elección, sino la libertad de sentirme fascinada o no. Pero claro, primero hay que leerlos. Te pongo el ejemplo de cuando en los primeros años de carrera de Bellas Artes nos hacian copiar copiar copiar y copiar a los maestros, copiar bodegones, copiar naturalezas muertas, copiar líneas y curvas, copiar orejas, manos, pies, sombras, luces...para soltarnos la mano. Tampoco es absolutamente necesario, hay autores y sobre todo artistas plásticos innatos, aunque en literatura un soporte de lectura es una maleta cargada de posibilidades.
En fin, no soy rígida en mis lecturas, no en coceptos literarios, solo sé que escribo porque me encanta hacerlo, como muchos de los que estamos por aquí. Así de sencillo.
Lo que si que es apasionante es que podamos hablar sobre esto, que no sea un foro de cero patatero de respuestas, o de me gusta, muy bonito y punto pelota.
Me quedo sobre todo con tu frase final Carlitos, la de que a pesar de todo creo que cada uno estamos condenados a ser nosotros mismos. Lo único que hay que hacer es atreverse a serlo, claro.:rolleyes:
En la música jazz se tiene la costumbre de aprender todos los clásicos para después crear tu propio camino...pero primero aprender todo lo anterior para seguir abriendo camino...supongo que es un método ya clásico. Yo de adolescente cometí el error de querer leer los clásicos y todos aquellos libros y autores recomendados por la crítica y con prestigio. Eso me hizo perder mucho tiempo y aburrirme un montón y llegar a pensar que la literatura en realidad era un mundo muy aburrido...aprendí pronto la lección y cuando me negué a leer El Quijote (libro que no he leído y creo que no leeré nunca, aunque solo sea por pura rebeldía cabezona) empecé a seguir mi camino: me puse a leer a Henry Miller, Bukowski, Sade, Villena y un montón de autores que me aportaban morbo sexual y realismo vital. Así aprendí a elegir mis lecturas por los temas y no por el prestigio o la fama. Es decir empecé a fijarme en los argumentos. Así leí mucha novela poco conocida pero que me aportaba muchas cosas (como por ejemplo Historia Particular de un Muchacho de Edmund White o los delirios de Dennis Cooper, curiosamente ambos autores gays militantes), me metí en cosas como el feminismo radical (adoro a Valerie Solanas), la literatura gay, la filosofía trascendental y todo aquello de lo que se hablaba muy poco en la literatura más mainstream y comercial. Autores oscuros, raros, difíciles de encontrar o saber de ellos...así llegué al Modernismo y Simbolismo (de la mano de Villena) y descubrir las vidas, más que las obras (pues sus vidas eran más interesantes) de Byron (como precursor de muchas cosas), Rimbaud y Verlaine (su romance carnal es más interesante que sus poemas), Sawa, Valle-Inclán, etc...Porque el Modernismo además de ser la respuesta rebelde e izquierdista al Naturalismo y toda la literatura antigua y usada (en palabras de Manuel Machado) por fin contenía sexo y erotismo sin prejuicios y los autores empezaban a decir lo que les daba la gana (y además a llevar un estilo de vida acorde con lo que escribían, ya sabes, la bohemia, el libertinaje, el exotismo estético...)
Me encanta el Modernismo por esa libertad, ese amor por el arte ("la dicha artificial que es la dicha verdadera"), dicen que el Simbolismo convirtió al Arte en religión, o sea que el Simbolismo (y el Modernismo) es la religión del arte y de las letras. Quien ame la literatura no puede dejar de amar aquella época tan radical y revolucionaria (que hizo de la literatura algo más real y vivo, aunque pueda sonar paradójico), pero hay quién luchó y sigue luchando (y escandalizándose) por todo lo que pasó entonces...
De ahí las consecuencias (autores como Henry Miller, sobre todo su etapa parisina, no existirían sin el Simbolismo y sus sacudidas). Pero claro, la literatura no empieza y acaba con el Simbolismo y sus ramificaciones (muy abundantes) y de hecho prefiero elegir autores a estilos y más aún libros específicos a autores (ya que pocos escritores valen más de dos libros).
Leí a Borges a principios de este Milenio y me encantó aunque muchas cosas no las entendía y sus referencias no eran las mías: el año pasado volví a leer sus libros y lo entendí todo y me fascinó aún más (en diez años pude leer todos los autores y libros que él tanto refería en sus escritos). Borges me parece todo un maestro no solo porque escribía en castellano (si algo aprendí es que en las traducciones se pierde mucho) sino porque tenía personalidad, que es lo que importa (de nada sirve escribir muy bien y tener mucha fama, sino aportas algo te quedas en nada, al menos para mí). Hay escritores que escribían como el culo que han pasado a la historia reivindicados por los lectores...y escritores de brillante estilo que han sido olvidados. De todo hay.
Lo mejor es sorprender pero también ser auténtico. De mi ídolo Villena puedo criticar que al final siempre acaba por escribir lo mismo una y otra vez, aunque lo haga brillantemente. Pero bueno, creo que es mejor escribir y leer que teorizar demasiado. Teorizar es bueno como entretenimiento...pero cuando me pongo a escribir simplemente dejo salir lo que tengo dentro e inconscientemente voy creando...es difícil definir esto de escribir: es como intentar definir por qué comemos, dormimos, follamos...supongo que porque lo necesitamos pero si nos preguntan por una razón trascendental, yo al menos, quizá no sepamos dar una buena respuesta o al menos coherente...:rolleyes:
Deberías leer mis últimos relatos y decirme algo, me haría mucha ilusión.:rolleyes2::D
Suina, ¿Lorca es modernista? Supongo que lo dieces por su "poeta en Nueva York" y porque su poesía de entonces es muy esteticista. La estética de la generación del 27 se apartó de Darío y de Jiménez, para acercarse más , tal vez, al culteranismo de Góngora.
A ti no te entusiasma el Rubén prosista y a mí no me encanta el Lorca poeta. Admiro más al dramaturgo y especialmente Yerma me pone la carne de gallina.
Mis predilectos del 27 son Salinas y Cernuda y el chiquitín del grupo, el epígono Miguel Hernández.
De Darío, sólo me tocan el corazón sus poemas de "Lo Fatal", como aquel que comienza diciendo "Dichoso el árbol , que es apenas sensitivo/ y la piedra dura porque ésa ya no siente..."
Suina, ¿Lorca es modernista? Supongo que lo dieces por su "poeta en Nueva York" y porque su poesía de entonces es muy esteticista. La estética de la generación del 27 se apartó de Darío y de Jiménez, para acercarse más , tal vez, al culteranismo de Góngora.
A ti no te entusiasma el Rubén prosista y a mí no me encanta el Lorca poeta. Admiro más al dramaturgo y especialmente Yerma me pone la carne de gallina.
Mis predilectos del 27 son Salinas y Cernuda y el chiquitín del grupo, el epígono Miguel Hernández.
De Darío, sólo me tocan el corazón sus poemas de "Lo Fatal", como aquel que comienza diciendo "Dichoso el árbol , que es apenas sensitivo/ y la piedra dura porque ésa ya no siente..."
Tu cuento, lo comentaré más tarde.
Ciao, Compi!
Qué alegría verte de nuevo por aquí Francesca! Ay, me encanta que nos acompañes reivindicando la prosa de Darío. Ya sabes que me fascina...:rolleyes:
Me ha recordado a las greguerías de Ramón. Es muy notable esa abstracción de un tema que siempre se suele tratar de un modo trágico, siniestro. Tienes una habilidad grande para volver lo estereotipado en una gran narración lírica.
La Mitología griega ( como otras) no es más que un intento de explicar las verdades de la vida. Cada civilización las explica a su manera.
Creo que el tuyo es un relato alegórico.
Disfruté , siendo niña, de las historias, de los mitos griegos. Después conocí otras, e otros países y también, las diferentes cosmogonía. Me parecen historias fascinantes que enseñan y que te ayudan a conocer la mente de las gentes de otras épocas y de otras naciones.
Me ha recordado a las greguerías de Ramón. Es muy notable esa abstracción de un tema que siempre se suele tratar de un modo trágico, siniestro. Tienes una habilidad grande para volver lo estereotipado en una gran narración lírica.
Gracias Pessoa...eso intento, sacar mis propias conclusiones de un tema trillado. Gracias por saber verlo.
Francesca, no se si Lorca era modernista, supongo que en alguna etapa de su vida lo fue, como todos sus coétaneos, incluido sobre todo el admirado por Carlos y por tí, Rubén Darío ( yo, sin duda, prefiero a Manuel Machado, o a Valle Inclán). Supongo que todos tocaron este palo alguna vez, incluido Lorca. También me gusta de él la prosa, ¡cómo no! la casa de Bernarda Alba, y tuve la suerte de ver represetnada Yerma por la Gran Nuria Spert. De su poesía, me gusta muchísimo cuando la recita un hombre que sepa recitar, y si es andaluz mejor que mejor, sobre todo "La casada infiel", que me se de memoria, o el poema de la guardia civil que te pone los pelos de punta.
Besosssssssssssss
Comentarios
En fin, volviendo al relato de Suina, a mí me gusta que me sorprendas y me gusta que pases del realismo de una yonqui a las alas de Ícaro (si, de este me sé la historia...o eso creo, quemó sus alas acercándose demasiado al Sol...me encanta la canción Flight Of The Icarus de Iron Maiden...que alguien me rectifique si me equivoco!). Eso es lo bueno del relato, que sorprende y que a un alérgico de la mitología como yo le acabe gustando. Si, prefiero a la Suina más esteticista (¿y romántica?), más modernista, más fin de siecle...será, también, que ahora estoy leyendo una biografía de Alejandro Sawa...pionero del Modernismo en España (incluso inspiró a su amigo Rubén Dario) y que era un forofo de Alphonse Daudet (hasta se peinaba igual!) personaje que Suina me descubrió (ya le debo tantas cosas a Suina...sobre todo leerme y comentarme, eso sobre todo):rolleyes:
Bueno, voy a ser egoista y pedir a Suina que cuando pueda me regale algo de esteticismo suyo que tanto me encanta...ya sé que no tengo derecho, que estoy quebrando la libertad del autor...pero soy demasiado egoista...:D
Muchas veces reflexiono sobre lo fácil que sería todo si fuésemos capaces de liberarnos de nuestras (inevitables) implicaciones emocionales. Creo que entonces tendríamos una impresión parecida a la que deja este texto. Todo sería una amable locura que trata de locuras poco amables. Ojalá fuera así de fácil.
Por cierto... necesito saber por dónde tiemblan los pajaritos... Uno no puede andar por la vida sin saber esas cosas, carajo... :-D
Buenas letras!
:-D:o
Tanto Rubén Darío, como Federico Lorca, ( hablando otra vez de los modernistas), son influencias desaconsejables para imitarlos porque conservan siempre la denominación de origen inevitable, lo que comentaba en un post anterior, la impronta, la sombra. Tú, Carlos, defiendes la imitación como medio de aprendizaje, como homenaje también a tus divos, y como ejercicio está bien, pero si no se sienten las incidencias de la vida “por medios propios”, sino a través de la literatura de otros, no harás que me crea tus personajes, y a tus vivencias has de “improntarlas” tú ( acabo de inventar un término nuevo, mejor diría “acuñarlas”).
No es exceso de orgullo, ni siquiera orgullo. Los maestros son maestros, ( si no fuera por ellos no escribiriamos), pero hasta de los genios, o sobre todo de ellos, hay que evitar su aplastante sombra a la hora de escribir para ser personales. Creo que no nos pondremos de acuerdo en esto, pero no importa, me gusta mucho hablar de estas grandes cosillas contigo.
Y gracias por leerme, comentarme, rebatirme y aguantarme.
Los pájaros tiemblan fuera del nido
Tiemblan cuando sin saber volar aún, emprenden el vuelo
Tiemblan si son pequeños e inmaduros, si en vez de plumas tienen plumones que no les proteje del frío.
Y es que volar requiere tiempo, además de alas...digo yo :rolleyes:
Gracias por leerme Quino
Escribir es un ejercicio mental.
Los cuentos son también un ejercicio mental para quien los lee. En tu cuento vi reflejada a una sobrina que esta presa en el alcohol, se escapa a ratos y es maravillosa.
El surrealismo se toma en pequeñas dosis, porque te puede matar. En tu cuento hay pequeñas dosis surrealistas, es lo que creo y es lo que pienso. Para ser surrealista tienes que ser como esos cocineros japoneses que sacan licencia para preparar pez globo.
Aquí en el Perú somos surrealistas en todo, en la política, en el trabajo, en vida domestica, en el transito. Recuerdo aquello que escribió mi paisano “Sofocleto”:
"El Perú es una pesadilla.
Pronto despertaremos y descubriremos que somos suizos”
Esto no tiene que ver con tu cuento, sin darme cuenta me salí.
Me gusta este cuento más que el de Alicia, el de Alicia se lo contaría a mi hija, ella lo adaptaría a su mundo. El mundo de un niño está lleno de fantasía y las cosas bellas son más adaptables a la fantasía. Las cosas de un adulto son mas moldeables al surrealismo es lo que creo y es lo pienso.
Es probable que fulanito aparezca y me cite a quinientos muertos que dicen lo contrario no me importa.
Un abrazo desde mi salvavidas.
Bueno, yo no creo que haya que elegir. Dos de las novelas que más me han fascinado en mi vida son El Placer de D'Anunnzio y El Amante de la China del Norte de Marguerite Duras; la primera era pura placer estético en plena fiebre del simbolismo (lo que aquí se llamó modernismo), esa página en que se describe como el protgonista besa las manos de su amada es una de las páginas que más me han marcado. Seguro que tu lo encontrarías recargado, a mí ese arte para decir lo mismo de mil formas diferentes me parece eso: arte. SIn embargo la segunda novela es el colmo de la sencillez, con la prosa seca y entrecortada de la Duras. Esas frases crudas y sin embargo tan poéticas. Ideales para retratar los sentimientos de una quinceañera enamorada de su amante chino...ambas son novelas románticas y eróticas, les separa un siglo pero les separa más el estilo y no podría elegir entre las dos, son dos obras maestras cada una en su estilo (si es que el estilo sirve para dividir, prefiero pensar que en la variedad stá el gusto).
Que a mí me guste el Modernismo no quiere decir que sea un fanático o no vea otra cosa, al contrario, cada vez que publico mi lista de lecturas del mes se puede ver que leo gran cantidad de cosas y que me influyen muchos estilos y escritores.
No creo haber dicho nunca que la imitación sea para mí una forma de aprendizaje. Prefiero la influencia no la copia, que es distinto. Yo quiero ser honesto. Nadie escribe sin haber aprendido de otros. Nadie es escritor por generación espontánea. SIn embargo alguien dijo que copiar no es malo, más que nada porque se copia lo que nos gusta mucho, es una forma de admiración.
Del Modernismo me atrae y mucho su rebeldía, lo que en su momento fue una protesta contra la literatura naturalista, clásica, adocenada, obligatoria y burguesa. Para muchos el modernismo fue puro delirio, para otros un grito de libertad. Saltarse las reglas, utilizar mil adjetivos porque si, porque me da la gana.
Pero si nos quedáramos en un estilo la cosa sería muy aburrida y triste. Yo he pasado por muchos estilos, algunos incluso inconscientemente. Y no hay nada como la libertad. Hay quien piensa que repetirse, escribir siempre lo mismo o sobre lo mismo es tener personalidad. Luego está el que de tanto variar lo llaman veleta. Muchos de los grandes escritores cambiaron de estilo varias veces porque se aburrían, otros siempre escribían de lo mismo.
No hay reglas. Antonio Machado promulgaba la libertad, que cada uno escribiera lo que lediera la gana porque esa era su personalidad. Cortázar decía algo parecido: insiste en tus errores porque esa es tu personalidad. Borges prefería honrar la literatura clásica porque de ahí venimos todos y la originalidad no existe. Todo lo que escribimos ya ha sido escrito y probablemente mejor por otro hace mucho tiempo (la literatura, como todo, también es cíclica, decía Borges)
Yo ya no aspiro ni a ser original ni a dejar de serlo ni imitar ni dejar de imitar. Aspiro a contar las historias que más me gustan en cada momento, ser honesto conmimgo mismo (si no la cosa no funciona) y darle al texto lo que necesita (si necesita sinceridad íntima se la doy, si necesita un toque de Modernismo se lo doy, si necesita una cita de Borges desde luego que se la doy)
Y ya que tanto me gusta Borges decir que el maestro se dedicó toda su vida a escribir relatos de menos de diez páginas, ensayos de cuatro todo lleno de citas, imitaciones, homenajes, reciclar obras anteriores...y ha pasado a la historia como uno de los más originales y extraños escritores. Sus conferencias eran multitudinarias y en un país tan difícil como USA le reverenciaban pese a escribir en castellano (si, hemos sido siempre muy maltratados por allí) y triunfó con sus libros estando aún vivo. Mucho mérito tenía Borges que se paso media vida ignorado y recibiendo críticas por su forma de escribir (tan extraña, con tantas referencias al pasado) pero él no podía hacerlo de otra forma. Nunca escribió una novela ni nada mínimamente comercial. Y a pesar de su sencillez teórica (siempre pregonaba ejercer la sencillez) sus escritos eran realmente vueltas de tuerca imposibles de imitar. Escribía como hablaba...
Y a pesar de mi fascinación por Borges aún nadie me ha dicho que lo imito.:D Y es que a pesar de todo creo que cada uno estamos condenados a ser nosotros mismos. Lo único que hay que hacer es atreverse a serlo, claro.:rolleyes2::rolleyes:
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Claro que mejor aún tu magnífico relato "Desinterés", que aún no he tenido tiempo de comentar con calma.
Cuando afirmas que "El surrealismo se toma en pequeñas dosis, porque te puede matar" no puedo estar más de acuerdo contigo Juancho, es muy fácil a quienes somos propensos a él que se nos vaya la mano, surrealista es el proceso kafkiano, surralista es ira a una oficina estatal que te reclama un papel por enésima vez, que ya conserva en sus archivos informatizados; surrealista por supuesto es la frase de tu paisano al que no tengo el gusto de conocer:
"El Perú es una pesadilla.
Pronto despertaremos y descubriremos que somos suizos”
¿Y en que se diferencia en los cuentos el formato surrealista del fantástico?, tu lo has explicado, y muy bien, con otras palabras: tu hija entenderá mejor el mundo de la fantasía porque los niños simplemente son fantásticos. El surrrealismo es de adultos, casi siempre desencantados de la realidad...esto no lo he leído en ningún sitio, que recuerde, es una impresión personal.
Otro abrazo cálido para tí Juancho.
En fin, no soy rígida en mis lecturas, no en coceptos literarios, solo sé que escribo porque me encanta hacerlo, como muchos de los que estamos por aquí. Así de sencillo.
Lo que si que es apasionante es que podamos hablar sobre esto, que no sea un foro de cero patatero de respuestas, o de me gusta, muy bonito y punto pelota.
Me quedo sobre todo con tu frase final Carlitos, la de que a pesar de todo creo que cada uno estamos condenados a ser nosotros mismos. Lo único que hay que hacer es atreverse a serlo, claro.:rolleyes:
En la música jazz se tiene la costumbre de aprender todos los clásicos para después crear tu propio camino...pero primero aprender todo lo anterior para seguir abriendo camino...supongo que es un método ya clásico. Yo de adolescente cometí el error de querer leer los clásicos y todos aquellos libros y autores recomendados por la crítica y con prestigio. Eso me hizo perder mucho tiempo y aburrirme un montón y llegar a pensar que la literatura en realidad era un mundo muy aburrido...aprendí pronto la lección y cuando me negué a leer El Quijote (libro que no he leído y creo que no leeré nunca, aunque solo sea por pura rebeldía cabezona) empecé a seguir mi camino: me puse a leer a Henry Miller, Bukowski, Sade, Villena y un montón de autores que me aportaban morbo sexual y realismo vital. Así aprendí a elegir mis lecturas por los temas y no por el prestigio o la fama. Es decir empecé a fijarme en los argumentos. Así leí mucha novela poco conocida pero que me aportaba muchas cosas (como por ejemplo Historia Particular de un Muchacho de Edmund White o los delirios de Dennis Cooper, curiosamente ambos autores gays militantes), me metí en cosas como el feminismo radical (adoro a Valerie Solanas), la literatura gay, la filosofía trascendental y todo aquello de lo que se hablaba muy poco en la literatura más mainstream y comercial. Autores oscuros, raros, difíciles de encontrar o saber de ellos...así llegué al Modernismo y Simbolismo (de la mano de Villena) y descubrir las vidas, más que las obras (pues sus vidas eran más interesantes) de Byron (como precursor de muchas cosas), Rimbaud y Verlaine (su romance carnal es más interesante que sus poemas), Sawa, Valle-Inclán, etc...Porque el Modernismo además de ser la respuesta rebelde e izquierdista al Naturalismo y toda la literatura antigua y usada (en palabras de Manuel Machado) por fin contenía sexo y erotismo sin prejuicios y los autores empezaban a decir lo que les daba la gana (y además a llevar un estilo de vida acorde con lo que escribían, ya sabes, la bohemia, el libertinaje, el exotismo estético...)
Me encanta el Modernismo por esa libertad, ese amor por el arte ("la dicha artificial que es la dicha verdadera"), dicen que el Simbolismo convirtió al Arte en religión, o sea que el Simbolismo (y el Modernismo) es la religión del arte y de las letras. Quien ame la literatura no puede dejar de amar aquella época tan radical y revolucionaria (que hizo de la literatura algo más real y vivo, aunque pueda sonar paradójico), pero hay quién luchó y sigue luchando (y escandalizándose) por todo lo que pasó entonces...
De ahí las consecuencias (autores como Henry Miller, sobre todo su etapa parisina, no existirían sin el Simbolismo y sus sacudidas). Pero claro, la literatura no empieza y acaba con el Simbolismo y sus ramificaciones (muy abundantes) y de hecho prefiero elegir autores a estilos y más aún libros específicos a autores (ya que pocos escritores valen más de dos libros).
Leí a Borges a principios de este Milenio y me encantó aunque muchas cosas no las entendía y sus referencias no eran las mías: el año pasado volví a leer sus libros y lo entendí todo y me fascinó aún más (en diez años pude leer todos los autores y libros que él tanto refería en sus escritos). Borges me parece todo un maestro no solo porque escribía en castellano (si algo aprendí es que en las traducciones se pierde mucho) sino porque tenía personalidad, que es lo que importa (de nada sirve escribir muy bien y tener mucha fama, sino aportas algo te quedas en nada, al menos para mí). Hay escritores que escribían como el culo que han pasado a la historia reivindicados por los lectores...y escritores de brillante estilo que han sido olvidados. De todo hay.
Lo mejor es sorprender pero también ser auténtico. De mi ídolo Villena puedo criticar que al final siempre acaba por escribir lo mismo una y otra vez, aunque lo haga brillantemente. Pero bueno, creo que es mejor escribir y leer que teorizar demasiado. Teorizar es bueno como entretenimiento...pero cuando me pongo a escribir simplemente dejo salir lo que tengo dentro e inconscientemente voy creando...es difícil definir esto de escribir: es como intentar definir por qué comemos, dormimos, follamos...supongo que porque lo necesitamos pero si nos preguntan por una razón trascendental, yo al menos, quizá no sepamos dar una buena respuesta o al menos coherente...:rolleyes:
Deberías leer mis últimos relatos y decirme algo, me haría mucha ilusión.:rolleyes2::D
A ti no te entusiasma el Rubén prosista y a mí no me encanta el Lorca poeta. Admiro más al dramaturgo y especialmente Yerma me pone la carne de gallina.
Mis predilectos del 27 son Salinas y Cernuda y el chiquitín del grupo, el epígono Miguel Hernández.
De Darío, sólo me tocan el corazón sus poemas de "Lo Fatal", como aquel que comienza diciendo "Dichoso el árbol , que es apenas sensitivo/ y la piedra dura porque ésa ya no siente..."
Tu cuento, lo comentaré más tarde.
Ciao, Compi!
Qué alegría verte de nuevo por aquí Francesca! Ay, me encanta que nos acompañes reivindicando la prosa de Darío. Ya sabes que me fascina...:rolleyes:
Creo que el tuyo es un relato alegórico.
Disfruté , siendo niña, de las historias, de los mitos griegos. Después conocí otras, e otros países y también, las diferentes cosmogonía. Me parecen historias fascinantes que enseñan y que te ayudan a conocer la mente de las gentes de otras épocas y de otras naciones.
Me he sentido, de nuevo, una niña fascinada.
Gracias Pessoa...eso intento, sacar mis propias conclusiones de un tema trillado. Gracias por saber verlo.
Besosssssssssssss