Se enciende la cara del viejo en rojo y verde intermitente, las arrugas parecen que bailen según el color eléctrico que toque.
—¿Por qué no te gusta el árbol abuelo?
Se mira María reflejada deMaría en las bolas de cristal moteadas de copos de nieve. El círculo deforma sus mofletes rosados, huye su frente, vuelve ahora la carita completa y abombada.
Una esfera cae al suelo y se rompe en cien pedazos.
—Demonio de chiquilla. Quita, no te vayas acortar, alcánzame el recogedor antes de que se entere tu madre, anda.
—¿Pero por qué no te gusta yayo?
—Prefiero el árbol del Garoé.
El abuelo espera que ponga su nieta los ojos de escuchar historias.
—¿El Garoé es más bonito que nuestro árbol de navidad?
Hace una pausa, el abuelo sabe mimar un silencio como nadie.
—Mucho más bonito, ¡dónde va aparar!.
Frunce el ceño María, el ceño de no creérselo.
— Pues como te iba diciendo... resulta que el padre de mi padre del padre de mi padre…
Ondula la mano de contar historias, árboles y siglos. Vuela el gesto sobre la vertiente que recibe el viento que sopla sobre el Garoé. Las ramas del árbol beben el agua prestada por la niebla, el monte se cubre de gasas blancas y todo parece un misterio.
—La niebla es una nube llena de agua que toca el suelo —le explica a su nieta.
—Ya lo sé yayo —y pone cara María deque sí que lo sabe, como si toda la vida hubiera vivido entre brumas y no a la orilla de una playa.
Continúa el abuelo con su historia:
—Pues resulta que bajo las raíces del Garoé existía una pequeña laguna del agua más dulce del mundo, tan dulce tan dulce como mi niña, tan dulce que ni te imaginas lo dulce que era, un dulce consuelo que apagaba la sed de todos los habitantes del lugar y saciaba hasta el hambre y daba fuerzas para luchar contra los invasores que querían conquistar la isla del Hierro.
—¿Cómo eran esos invasores yayo?
—Hombres con trajes de metal y lanzas tan largas que dos metros antes de llegar al corazón de los herreños ya estaban muertos y ensartados. Llegaron a la isla en barcos de velas desde muy lejos, mucho más lejos que la plaza donde juegas, mucho más lejos que la raya del horizonte de la playa donde te bañas. ¿Por qué cierras los ojos María?
—Imagino algo muy lejos. ¿Y qué pasó después?
—Pues que llegaron y dijeron aquí estamos, y esto es nuestro. Imagina ahora que una niña que no conoces, viene de otro pueblo del que no sabes ni el nombre, y te dice que tu cuarto es su cuarto y tu casa la suya, y entra en ella , y tus juguetes y toda tu ropa son sus juguetes y su ropa ahora, y ni tu madre, ni tu padre, ni tus cosas son ya tuyas, sino de ella, porque paseando por tu calle, la suya ahora, las ha descubierto, así que tendrás que irte a otro sitio porque ya nada tienes.
—Pues le daría de cachetadas a la chiquilla.
Sonríe el abuelo y le cuenta mientras adornan el abeto de plástico con adornos de plástico, como los isleños se escondieron en el monte y resistieron durante largo tiempo reconfortados por el agua milagrosa del Garoé.
—¿Para siempre de los siempres?
—No, para siempre no. Todo se acaba,como las bolas de cristal que rompes cada año. Pero los árboles del Garoé aún existen, aunque ahora son arbustos, y las raíces de otros árboles extraños que han plantado se beben su agua y ya no lo llaman así , sino Ocote Foetens. Sí, ya sé, note gusta ese nombre nada, no arrugues la nariz. Un día, una tormenta muy muy fuerte, arrancó al árbol milagroso de su sitio y en su lugar han puesto un letrero de que dice aquí estuvo el Garoé y así es como duran las cosas que no queremos olvidar.
—Yo también voy a poner un letrero que ponga aquí estuvo la bola que rompí.
Sonríe el viejo de la bata de franela de cuadros rojos y verdes que se apagan y se encienden y mira de reojo al muñeco de algodón llamado Papá Noel que trepa por el balcón, parece una rana roja con un saco verde, o al revés.
Este relato si que me ha encantado, una delicia. Y por curiosidad quiero preguntarte porque lo has publicado en "Otros":rolleyes::rolleyes2:
Me alegro de tu vuelta y de disfrutar de nuevo de cosas como esta. Yo también soy anti-Navidad (quizá por una mezcla de que ya no me hace tanta ilusión como cuando era niño y la mayoria de mis más queridos parientes ya no están vivos) pero eso no me influye si un relato navideño es excelente...de todas formas ahora con mi sobrina de 4 añitos quizá estoy empezando a volver a ver la Navidad de otra manera...(aunque siga odiando la orgía consumista de estos días):D
Comentarios
Pues eso, felices fiestas, y que se muera el plástico.
No tan edulcorado: me gustó, excepto porque soy anti-navideño.
Me alegro de tu vuelta y de disfrutar de nuevo de cosas como esta. Yo también soy anti-Navidad (quizá por una mezcla de que ya no me hace tanta ilusión como cuando era niño y la mayoria de mis más queridos parientes ya no están vivos) pero eso no me influye si un relato navideño es excelente...de todas formas ahora con mi sobrina de 4 añitos quizá estoy empezando a volver a ver la Navidad de otra manera...(aunque siga odiando la orgía consumista de estos días):D
Soy pro-garoé ( acabo de acuñar el término).
Gracias amigos.