El porqué Manu acabó tan mal, es algo que sigue conmocionando a mucha gente, sobretodo a
su familia como es lógico. El motivo de aquel repentino suicidio, sigue siendo un interrogante que
va adquiriendo tintes de leyenda urbana a medida que se extiende a oídos muy ajenos a su
entorno, pero para quienes le conocían, a todos les parece una tragedia excepto a mi. A mí no
me dio ninguna pena. Que se joda es lo que pensé y pienso. Para entender la historia de Manu
con todos sus matices hay que remontarse a lo que pasó hace alrededor de un año. Por
entonces aunque cueste creer yo era un tipo de lo más tranquilo y pacífico. En serio. Trabajaba
en una compañía de seguros, flirteaba con una chica del trabajo, tenia mis amigos mi familia y
cuando me aburría veía la tele. Un tipo como cualquier hijo de vecino, más o menos conforme
son su estilo de vida. Un día vinieron a cenar unos amigos y alguien invitó a Manu un tipo al que
conocía poco, pero que me caía fatal lo que tampoco me parece motivo para regocijarse de su
suicidio pero no estaba de más indicarlo. Al despedirme de la gente y aborreciendo a Manu más
que a Hitler me conformaba con no volver a verle ya que ni siquiera le había invitado. Poco
después empecé a encontrarme fatal y a tener alucinaciones. Todo a mi alrededor cambiaba de
forma y de color, a ratos era incluso agradable pero a veces las distancias se hacían enormes y
resultaba desconcertante. Así que como pude me fui a la cama y al dormirme tuve una pesadilla
muy extraña. Estaba en una llanura nevada pero no hacía frío. Al fondo se veían unos árboles
deshojados oscuros, todo parecía estar en penumbra. De repente tuve mucha sed y rápidamente
se me apareció una limonada en una jarra de plástico como las que se veden en cualquier
supermercado. Me la bebí y caminé un poco más hasta toparme con una especie de tribu de
siluetas negras que estaba alrededor de un fuego. Uno de ellos se acercó hacia mí con una
lanza en la mano y a pesar de tenerlo cada vez más cerca seguía siendo una silueta negra, ante
semejante panorama di media vuelta y me topé con un pantano repleto de unos insectos
gigantes que parecían tener las vísceras por fuera, pues no hice otra cosa más original que pisar
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despertando al resto, medían como dos metros cada bicho y el zumbido que provocaban en
conjunto era repugnante, imagínate unos moscardones como armarios batiendo las alas como
un enjambre de aberraciones vivientes. Como pude salí del barro y me fui corriendo de ahí pero
la silueta negra venía a por mi con una lanza con intención de matarme y en aquel momento me
desperté. Las alucinaciones eran menos intensas pero podía sentir en mis entrañas el frescor de
la limonada que me había bebido. Me preparé una infusión y me fui a dormir.
Al día siguiente el trabajo fue más duro de lo normal todavía coleaba la nochecita que pasé.
Algunos de mis compañeros hacían bromas al respecto y yo me escondía de Laura, esa chica
que me gusta y con la que flirteo, pues no quería que me viera en ese estado.
Tuve una visita con el psiquiatra y me dijo que eso eran síntomas de un nuevo tipo de droga que
se llama durexilecromina un nuevo alucinógeno que se ha puesto de moda y que en dosis
elevadas puede ser muy peligrosa. Fue Manu. Ese engendro que no llega ni a persona y que se
vanagloria de hacer “buying” de pequeño con los que podía. El me puso la sustancia en el vino
que bebí aquella noche.
Le hice una visita. Lo primero que le di fue un puñetazo en toda la cara el se rebotó y me dió
otro a mí y puesto que estábamos en un bar con sus amigos, estos nos separaron y me
aconsejaron que me marchara.
- Te acordarás de esto imbécil ! - fue lo último que le dije. Y me marché.
El morado que lucía en el ojo hizo que otra vez se cachondearan de mí en el curro, otra vez
Manu ocupaba en mi vida un espacio que no le correspondía. Pero yo no iba a quedarme en un
rincón llorando. Algo haría al respecto.
tuve se veía todo oscuro y unas marcas blancas. Cuando desperté veía más o menos lo mismo.
Me levanté y encendí la luz. Ahí había un niño. Y ese niño no era humano. Iba vestido de blanco
oscurecido. Pero lo que daba pánico de aquel niño eran sus ojos. Lo blanco de sus ojos no era
un blanco cualquiera, era un blanco nuclear entonces comprendí que lo que vi en el sueño y al
despertarme, esas marcas que flotaban en el aire eran en verdad, el blanco de sus ojos que
contrastaban con lo oscuro de su iris. Me pidió un euro. Yo dije a pesar del miedo que para qué
lo quería. Me dijo que era por la limonada que me bebí. Se lo di. Desapareció. Y otra vez me
costó dormir.
Al día siguiente otra vez el cachondeo sobre mí. Me costó mucho más que de costumbre
alcanzar un grado de concentración mínimo en lo que hacía. Pero lo que paso no fue un sueño.
Algo en mí me decía que no se trataba de una alucinación. Era como lo de la limonada me la
bebí en un sueño pero después la notaba de verdad. Y el euro se lo llevó el niño de verdad. No
me pareció buena idea ir al psiquiatra puesto que me advirtió que algo así iba a pasar si no
dejaba de consumir esa droga y que si era necesario me ingresarían. Pero el niño volvió. Y otra
vez me pidió un euro. Le pregunté que porqué si ya le había pagado. Y me respondió que no
había pagado toda la limonada, que faltaba todavía mucho más. Y le pregunté si no podía
decirme cuanto valía el total y se lo pagaba de una vez. Me respondió que el precio lo pone el
segundo diablo y que el solo hace el recado. El no puede ver al segundo diablo solo le deja las
monedas por una ranura. Entonces yo le dije: ¿Tú eres el primer diablo ?, me dijo que sí. Y no
puedo hablar yo con el segundo diablo ? no, me dijo el y añadió: yo soy de la orden de los siete
diablos y cada uno es diez veces mayor que el anterior. Así que resignado le di el euro que me
pedía y me fui a dormir aunque me costó lo mío.
En el trabajo no daban crédito de la mala racha que estaba pasando. Algunos incluso
abandonaron la broma y empezaron a preocuparse por mí. Laura se dio cuenta de que me
escondía de ella y me preguntó si me estaba pasando algo en concreto, le dije que me sentía un
poco enfermo y que tenía hora para el médico. Aquel niño me obsesionaba. Ya no era el solo
hecho que me interrumpiera a horas intempestivas era aquel blanco de sus ojos y el negro de
corrosivo en mi como si la limonada se estuviera vengando de mi furtiva apropiación. ¿A quén se
lo explicaba ? cualquiera me tildaría de loco o drogadicto.
Pero los euros desaparecían de verdad. Cada noche igual. Me compré una cámara para
comprobar aunque fuese solo para mí, aunque no se lo enseñara a nadie si ese niño, ese diablo
entraba de verdad en mi dormitorio. Pero siempre pasaba algo, o se caía la cámara o se veía
todo en negro, hiciera lo que hiciera algo impedía que yo pudiera demostrar nada, lo cual me
ponía cada vez más nervioso puesto que mi cabeza no encontraba explicación posible a lo que
me estaba pasando, era una batalla que libraba yo solo contra un enemigo injustamente
superior.
Por otro lado cabía la posibilidad de que sí fuese todo un conjunto de alucinaciones. Quizá yo me
despertaba sonámbulo y me deshacía de los euros o me encargaba yo en estado de trance de
impedir que la cámara registrase nada de lo que ocurría. Estaba perdido. Ya no sabía que podía
ser real o pura paranoia.
Busqué por internet todo lo relacionado con la orden de los siete diablos. Encontré una
referencia del “necronomicón” un libro escrito con sangre que poca gente dice haber encontrado
aunque muchos creen que completo no se lo a leído nadie. Decía coincidiendo con el primer
diablo que cada uno es diez veces más poderoso que el de abajo y que si se encontraran el
diablo que esté más alto según el estatus tiene como obligación matar al diablo inferior. Dice que
viven en una dimensión donde las leyes de la física son muy relativas y que quién lo ha visto
suele ser un paisaje nevado con árboles deshojados en el horizonte donde viven monstruos y
seres sobrenaturales que hacen magia negra o adoración a satán y que algunas sustancias
pueden abrir la puerta a ese mundo, sustancias que tienen la capacidad de estimular zonas del
cerebro que están preparadas especialmente para percibir este mundo, aunque hay mucha
controversia respecto a si la dimensión existe o sencillamente se trata de un delirio. El primer
diablo tiene forma de niño, el segundo diablo es mucho más grande, que mata e indulta a sus
ninguna referencia porque nadie que lo haya visto ha sobrevivido.
Aquello me puso todavía más nervioso. No fue casualidad que yo soñara con aquel paisaje.
Entré en contacto con la dimensión y con un mundo al que yo no pertenecía, toqué lo que no
tenía que tocar y desde entonces estoy endeudado con unos peculiares acreedores. Sigo
creyendo que aquel niño aparecía de verdad, sigo creyendo que no lo soñaba, pero mi parte
racional me dice que eso es imposible que me he vuelto loco del todo. Mi estado de ánimo
bastante maltrecho se vino todavía más abajo.
Y seguía rindiendo mal en el trabajo, y pensando día y noche en aquellos ojos, ojos diabólicos
que solo eran del primer diablo imagínate el segundo o el tercero...
Así que tomé una decisión. No pagar.
tomé. Y llegó la noche. Vi las marcas como de costumbre. Encendí la luz, me pidió el euro. Le
dije no. El me dijo dame el euro, pero con una voz diferente. No de niño pero tampoco de adulto
y muy siniestra. Le dije estoy cansado ya no te pagaré, intentando disimular el miedo a sus ojos
cosa que el parecía percibir. Dame el euro me dijo y la luz de la bombilla del techo empezó a
hacerse más y más intensa hasta explotar, durante un rato nos quedamos a oscuras, pero
después empezó a iluminarse todo y la luz parecía venir del diablo, dame el euro me dijo
mientras su contorno de ojos se hacia más negro y la piel más pálida, los objetos empezaron a
moverse, los lápices el portátil etc... se caían y se rompían dame el euro repitió esta vez con más
intensidad. Yo grité NO ! NOTE LO DARE !... la luz cesó completamente, los objetos dejaron de
moverse y viendo nada más que las marcas en la oscuridad se pudo escuchar: Te acordarás de
esto.
Te acordarás de esto... no me había salido con la mía pensé. Otra vez iba a trabajar medio
muerto. Pero entendí a que se refería a una hora temprana. Estaba en mi mesa gestionando una
levanté la vista vi que era una navaja empuñada por una mano y un brazo alrededor del cuello
de Laura, era el diablo que se proponía matarla, cuando lo vi me levanté y le dije NO! NO LO
HAGAS! y acto seguido desapareció y yo me quedé de pie con todo el mundo mirándome y
Laura muerta de vergüenza ajena. Algunos se reían. Las miradas en general eran de estupor y el
jefe que también estaba me llamó para ira a su despacho. Este jefe solía gastar muy mala baba
pero al verme tan mal le di pena. Me dijo que quizás no estaba preparado para trabajar bajo
presión puesto que el volumen de trabajo había aumentado y que si era necesario que fuera al
doctor para que me arreglaran la baja por depresión o lo que haga falta pero que mientras
estuviera en la oficina que diera la talla como había hecho hasta hace unas semanas durante los
últimos años. Después del rapapolvo, algunos compañeros me preguntaron que qué pasó y yo
les dije que me sentía un poco estresado, excusas baratas y salidas por la tangente excepto con
Laura por que puso distancia de por medio.
Al ir en autobús para hacer un recado miré por un momento a una abuela que me recordaba a la
mía. Y vi como el diablo le rodeaba el cuello con la navaja. Tuve que reprimirme como pude las
ganas de gritar, y lo siguiente fue clavarle la navaja en la yugular provocando un chorro de
sangre que hizo un charco en el suelo del autobús, me froté los ojos y al abrirlos la abuelita
estaba perfectamente sin ninguna herida y sin el diablo alrededor. A mi me daban ganas de
prender fuego a todo. Aquello no podía continuar. Le daba el euro cada día. Pero yo no me
resigné tracé un plan. Una mierda de plan según como se mire, con muchas lagunas y pocas
probabilidades de éxito. Pero me daría por lo menos una oportunidad.
El plan era visitar la dimensión de los diablos.
país conseguir drogas es relativamente fácil. Me tomé una dosis considerable y en seguida noté
los efectos alucinógenos que me causó la primera vez, cambios de color ensanchamiento y
Me acerqué a la cocina para prepararme una infusión, al abrir la puerta horizontal de la despensa
que tiene el tamaño de un armario resultó que no había nada. Reinaba una oscuridad total. Pero
no solo la comida y otros productos sino que ni siquiera había estanterías. Me decidí a entrar.
Notaba con las manos las paredes laterales y parecía ser un pasillo sin fondo durante un buen
rato hasta que se vislumbraba un hueco por el que salir. Y en efecto ahí estaba el paisaje nevado
con con los árboles deshojados al fondo, primer objetivo cumplido. Había un ruido espantoso
provocado por los insectos gigantes que se mantenían suspendidos en el aire aleteando con
violencia y en actitud hostil. Empecé a caminar hacia delante bastante cohibido por aquel
panorama y me encontré con la tribu de siluetas negras otra vez. Empecé correr pero al girarme
vi que el suelo se hundía y que la silueta retrocedía para que no le alcanzara la brecha el
derrumbe me alcanzó pero no caí de modo violento sino que la tierra parecía tenerme en cuenta
para que yo no me hiciera daño.
Aterricé en el techo de un vagón de tren, a los lados todo estaba oscuro, no podía saber si al
bajarme caería al vacío, así que me mantuve donde estaba. Se puso en marcha todo recto hacia
un túnel que demasiado bajo como para que yo pudiera pasar por ahí. Bajarse en aquella
oscuridad y con esa velocidad no era una opción me puse a cuatro patas para ganar algo de
estabilidad y cuando pensaba que iba a morir aquel túnel empezó a ensancharse, dejándome
espacio de sobra, tomando las dimensiones de una cúpula y empezó a detenerse en un andén
lleno de cajas de madera vacías amontonadas unas encima de otras. Cuando el tren aminoró la
velocidad y paró del todo descendí por las cajas y topé con unas paredes azules y en una de
ellas una puerta la abrí, entré, y todo estaba oscuro. Intenté volver pero la puerta había
desaparecido Todo estaba oscuro Empecé a caminar y vi las marcas de los ojos en medio de las
tinieblas. se deslizaban hacia la izquierda o derecha y desaparecían. Iban moviéndose y
despareciendo. El primer diablo estaba presente y me lo hacía saber de un modo que parecía
que quería intimidarme y si te digo la verdad lo conseguía. Merodeaba a mi alrededor y cada vez
pinchara lo agarré con los dos brazos. Aquel niño tenía una fuerza sobrehumana fué un milagro
que no me matara en primera instancia. Me precipité contra el suelo haciéndole caer conmigo
me tumbé boca arriba con intención de levantarme pero se me echó encima y me mordió un
brazo verle mordiéndome con pequeños colmillos de vampiro y con esos ojos llenos de rabia me
confundió, me hizo sentir un pánico sobrehumano y advertí que se le había caído la navaja y que
esta, estaba a mi al alcance. Agarré la navaja y se la clave en un ojo. Dejó de morderme se puso
a gritar y a decir te mataré hijo de puta te voy a matar ! Le salia sangre negra del ojo y finalmente
cayó muerto. Yo me sentí liberado del estrés me tumbé en el suelo.
Una vez tranquilo, y sosegado pensando que todo había acabado noté unos grilletes que me
atrapaban ambos brazos. Dichos grilletes salieron del suelo y después de los brazos me
atraparon las piernas y después por la frente. El suelo empezó a elevarse pero no todo el suelo,
solo la parte que me rodeaba. Alcancé mucha altura hasta que empezó a detenerse justo cuando
me parecía ver un pájaro rojo. Al acercarse vi que no era un pájaro sino un demonio pequeño
con orejas y nariz puntiagudas la boca y las mejillas se estiraban hacia atrás se acercaba hacia
mí se reía y me decía humano humano “ja, ja, ja” vas a morir humano estúpido humano jajaja... al
poco rato eran cientos y todos volaban alrededor de mí y me decían humano humano jajaja
humano tonto te mataremos humano estúpido “ja,ja,ja” humano humano “ja,ja,ja” entonces se hizo una
luz a mi derecha me pareció que se abría una puerta... entró una especie de gorila o de yeti
peludo y de color rojo que tenia unas alas inmensas, unos cuernos, se acercó a mi y me dijo
- Quien eres tu ?
- no dije nada
- Quien eres tu ?!!
- Un humano.- Fue lo único que se me ocurrió
- “JA,JA,JA”, sabes que hacemos aquí con los humanos ?
- Nos los comemos !
- “Ja,ja,ja,ja”- rieron todos los demonios al unísono.
- Me han dicho que mataste al primer diablo !
- Sí. - Dije con un hilo de voz
- Has demostrado mucho valor... creo que por eso te voy a indultar esta vez.- Se hizo un silencio
- Es broma ! - Dijo y los demás se rieron otra vez alborotados y diciendo: - Humano estúpido vas
a morir “ja,ja,ja,ja,” !!
- Pero sí te diré quien soy yo y lo que ha pasado aquí para que tu muerte sea aún más dolorosa.
Ya conoces al primer diablo. Yo soy el segundo. Y los diablos inferiores tienen prohibido ver sus
superiores. - Mientras iba hablando la columna en cuya punta estaba yo en aquella especie de
camilla iba descendiendo y todos aquellos seres me acompañaban en dirección al suelo. Al
llegar al final el segundo diablo me dijo: - El primer diablo tenía afición a la limonada. Y solía
poner cebos a los humanos que contactan con esta dimensión, a pardillos como tú patético
humano. Yo le vendía las limonadas él me dejaba un euro a través de una ranura y yo le daba lo
que quería a través de una rendija.
- Entonces me di cuenta que al haber bajado a mi alrededor ya no había oscuridad sino un
montón de cajas de madera pero esta vez llenas de jarras de limonada. Unos demonios traían el
cuerpo sin vida del primer diablo. El segundo diablo se entusiasmó con aquel cadáver sacó un
cuchillo inmenso y lo descuartizó empezando por la cabeza sin quitarle la navaja del ojo. Al lado
había una olla gigante en la que estaban preparando los ingredientes que servirían para
cocinarme a mí. -Prepárate humano - me dijo mientras los demonios se alborotaban diciendo
humano estúpido humano humano “ja,ja” vas a morir humano. El segundo diablo puso el filo de
aquel cuchillo en mi cuello para que sintiera el frío del metal. Lo alzó y sus ojos entraron en una
especie de espiral que me hipnotizó haciendo que deseara yo terminar con aquello cuanto antes.
Y así bajó el cuchillo hasta que noté el tajo en el cuello y lo siguiente fué despertarme en mi
tenía ningún rasguño pero sí tenía heridas en los brazos. Lo que me pareció más raro aún fué
que no recordaba haberme dormido en ningún momento pero fuera lo que fuera, ya me sentía a
salvo. Sabía sin necesidad de que nadie me diera una explicación que todo había terminado.
a encontrarme otra vez con esos ojos, ni con el segundo diablo. Incluso llegué a proponerle una
cita a Laura que ella aceptó. Tenía una teoría: Había dos yo. Uno vivía en la dimensión real.
Otro vivía en la dimensión de los diablos Al morir el yo de la otra dimensión la abandoné para
siempre. La droga creaba interferencias entre ambos mundos. ¿Pero es posible que existiera
esa dimensión ? Lo más probable es que todo estuviera en mi cabeza. No creo que haya manera
de saberlo. Y francamente me da igual. Lo más importante para mí es que ya soy libre otra vez.
Y que pasó con Manu ? Cogí la droga que me quedaba que era mucha y no fué difícil encontrar
a un amigo de Manu que se vendiera por poco dinero. Su misión era inyectar tres veces la dosis
razonable de durexilecromina en su tetra-bric de zumo de naranja. Después de eso todos dicen
que se volvió loco. Se vendió todo lo que tenía y acabó en un psiquiátrico con compañeros como
uno que había matado a toda su familia. Uno de los celadores se lo encontró muerto en su
habitación. Se había tragado la lengua. Y hasta poco antes de morir no paraba de hablar de un
cuarto diablo. A ti te da pena ? A mi no. Que se joda.
Entretenido cuento:)