No sé por qué, pero sonreí de repente,
como si todo fuera mentira,
en mi perfecta lejanía, amarga de una noche cegante.
Parece como si el Océano mordiese unas piedras partidas.
Estábamos apretadamente juntos y sin ojos tan siquiera.
Duerme el odio,
y lo recuerdo cuando apenas se oscurecía el viento.
El cielo pesa, aún tragando todo el oxígeno del mundo.
Eres, desde aquí, un humo inventado,
donde los pétalos de una rosa sin nada
comían el suelo hasta su frío.
Me goteaban aquellos pétalos desnudamente claros,
sin color perfume. Y allí,
donde gritando en un mar embravecido, vi la sangre retorcerse.
Pero había ya en el aire temblor de despedida.
He de hablarte del musgo y de la arena ahora.
Quiero humedecer mi aliento en tus entrañas;
sepultarme en mi sueño, y continuar viviendo.
Ya se ha hecho de noche en los espejos.
¿Dónde estarán las rosas que sufren y que callan?
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Comentarios
Eres, desde aquí, un humo inventado,
donde los pétalos de una rosa sin nada
comían el suelo hasta su frío.
Me goteaban aquellos pétalos desnudamente claros,
sin color perfume. Y allí,
donde gritando en un mar embravecido, vi la sangre retorcerse.
Pero había ya en el aire temblor de despedida.
He de hablarte del musgo y de la arena ahora.
Quiero humedecer mi aliento en tus entrañas;
sepultarme en mi sueño, y continuar viviendo."
Bueno, poeta, ¿qué puedo decir tras leer esto?
Poéticamente podría decir: "ha enmudecido mi escritura y mis labios ovacionan con silencio".
(:rolleyes:)