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Lo prohibido, ese excitante natural.

editado noviembre 2014 en Romántica
Querido,
con estas líneas no pretendo declararte mi amor, pero tal vez lo haga. Aunque ¿qué puedo decirte que no sepas? ¿qué decirte que no intuyas? Si con una mirada me basta para decírtelo todo y morir en el intento de no sufrir perdiéndome en la tuya, tan clara pero tan oscura. Cada mañana me pregunto por qué no estás en mis sábanas y cada noche el viento me responde que deje de aguardarte, que ya me faltas. No sé qué me duele más si saber que nunca fuiste mío o saber que nunca lo serás. Un amor prohibido, escondido, no reconocido, doloroso, pero sobre todo puro, es el que yo siento por ti. No soy más que un ser débil a tu merced en este mundo, dónde la edad importa, al menos para el amor. Me brindas tu amistad, tus sonrisas, tu bondad, día a día, y de ella me alimento mientras que alguien lo suficiente mujer para ti te da la pasión que yo sólo puedo desearte.
Tu voz, tus manos, tu pelo, eres mi infinito, tenerte en todas partes, pero que no estés en ninguna para mí no es más que una tortura, tantas horas al día que mata.
Ya va siendo hora de que te lo diga, mi amor, llegué a una conclusión: disfruto agarrando el vicio de este dolor.

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