¡Bienvenido/a!

Pareces nuevo por aquí. Si quieres participar, ¡pulsa uno de estos botones!

Joshua Grant: 1 cap: Serie: Solitude Wolf (por Star Elder mas conocido como The Elder)

The ElderThe Elder Anónimo s.XI
editado septiembre 2014 en Fantástica
Joshua Saphoski Grant

El Ruido ¿Qué era el ruido para Joshua Grant? Pues el Ruido básicamente para Joshua aparte de algo molesto era algo que indicaba peligro. Nunca le había gustado el Ruido, pues siempre tenia que ver con algo malo. Una nave silenciosa funcionando en los mares de vacío del espacio era algo relajante casi extasió, pero una nave estruendosa lanzando mil y un alertas sumado esto al ruido de los rugidos de los motores de plasma y las ondas de choque de los proyectiles que te alcanzaban era algo sin duda mortal. Por eso Joshua odiaba los puertos orbitales.

En verdad Joshua odiaba cualquier cosa (excepto su nave de la que hacía de artillero) que fuera un cumulo de caras distintas y ruidos desconocidos. Pero lo que disgusta hasta extremos sofocantes era el comportamiento de la raza humana. Como el del tipo calvo de metro ochenta y cara burro que no dejaba en paz a la camarera del Bar de Joe Botton también conocido como Joey El Cuervo por sus constantes trapicheos en el mercado negro.

Joshua dejo de mirar alrededor y se centró en su vaso de plástico reciclado medio lleno de licor barato. El licor estaba tan turbio que casi parecía aceite de motor y el liquido marron palido se movia en ondas como si tuviera vida a causa del enorme barullo del bar, donde el pirata se cruzaba con el mercader y el mercenario con el segurata. Había docenas de tipos con cicatrices, acentos extraños, de todos colores e incluso de razas alienígenas tan dispares como Xi´an y los Banu (estos últimos mucho mas abundantes). Joshua levanto la vista de nuevo, aburrido de mirar su bebida sin saber que hacer hasta que lo llamaran para otra misión en un lugar alejado de la mano de Dios. De casualidad se fijó en el espejo mugriento que tenia el bar y observo de forma difusa su aspecto físico. No era ningún prototipo de hombre. Ni siquiera de persona.

Joshua era un hombre delgado con músculos nervudos aunque acostumbrados al trabajo duro. Su pelo era como un paño negro de fregar, desaliñado y caída hacia abajo en medianas cascadas de hilos negros como el azabache. Tenia un rostro ligeramente pálido, una nariz rota, barba de tres meses y unos llorosos ojos grises como la plata más pura. Vestía una chaqueta sucia y marrón con el símbolo del Aquila (la nave en la que trabajaba como artillero) de un color azul claro con estrellas de pintura de plata. Llevaba puesto un gorro de faena al estilo marinero y unos viejos pantalones de sudadera holgada cosa que llevaba puesto debajo de la chaqueta. Parecía verdaderamente un vagabundo.

Un golpe de pronto le sobresalto y se giro hacia la procedencia del ruido. Al tipo calvo de cara de perro no le había correspondido la camarera con su puerco intento de atracción sexual. Este se cabreo y la agarro mientras le llamaba puta y le salpicaba de saliva mientras gritaba a pleno pulmón que nadie dejaba en mal lugar a Arnold Kane. Nadie se movía para ayudar a la aterrorizada muchacha, pues cada uno estaba muy metido ya en sus problemas o simplemente no le importaba una mierda si la mataban o la violaban o simplemente le destrozada la cara contra el reposabrazos del bar. Esto de hecho fue lo que hizo a continuación. La cara de la muchacha se inundó de sangre cuando donde estaba su nariz surgía un torrente de sangre, huesos rotos y carne aplastada. Los gritos y el llanto de la muchacha no emblandecieron el corazón de los presentes ni el alma del agresor que se limito a darle un segundo puñetazo esta vez directamente a la mandíbula para luego tirarla al suelo y derramarle encima todo del alcohol de su vaso. El colega de Kane Cara Perro intervino y lo agarro por detrás intentando calmarlo diciéndole que no valía la pena malgastar el tiempo con esa furcia. Este pareció tranquilizarse y cogió camino para marcharse no sin antes patearle el vientre a la ``zorra frigida´´.

Joshua espero a que se fueran los dos, para acercarse a la barra del bar y depositar en ella unos cinco créditos por el cajero automático de pago. Después se dio la vuelta y ni se giro a ver como estaba la muchacha. Despues de todo el tenia sus propios problemas y cada cual debía cuidar de su propio barco.
Joshua se interno en la oscuridad y se perdió entre el trafico nocturno de la eternamente negra estación.
Accede o Regístrate para comentar.


Para entrar en contacto con nosotros escríbenos a informa (arroba) forodeliteratura.com