El prado
Lo veo mientras camino por el litoral, muy cerca de la villa de Rinlo. Es un pequeño prado, sobrevolado por decenas de golondrinas y vencejos. Fascinado, salto el cercado y me siento sobre la hierba; los pájaros, sin inmutarse por mi presencia, hacen pasadas sobre mi cabeza, al alcance de mi mano. Están cazando las moscas que emprenden el vuelo desde las bostas de las vacas; sus picos suenan como tijeretazos de barbero. Puedo ver como, justo a mi lado, un insecto es atrapado en una centelleante pasada. Las aves trazan constantes giros y requiebros; resulta increíble que no se choquen entre ellas. Al cabo de un rato, como respondiendo a una señal, los pájaros se elevan hacia las alturas; el cielo va pintándose con los colores del ocaso. Aprovechando la ocasión, un moscón emprende la huida.
Comentarios
Que buena imagen que es esa, muy buena.
No sé porqué me imaginé un lugar cálido, y el personaje sentado ahí sudando viéndo todo lo que describe, el personaje todo pegajoso del calor.:eek:
¡Gracias por compartir!
Me gusta esta forma de narrar Alantar.
La imagen de los picos de los vencejos sonando como tijeras de barbero es muy buena, cierto, aunque no es original mía. Creo haberla leído en algún lado, diría que en una obra de Patrick Leigh Fermor.
Saludos.
Un saludo.
¿Qué documental es ese?:D