Primera Víctima
Era un niño pálido
de dorado cabello.
Una sonrisa deliciosa
para un delicioso cuello.
Su sangre era dulce
como los besos de una enamorada.
Y saciando mi sed,
su muerte me saciaba.
Me he convertido en un monstruo
de sombras plateadas.
No estoy arrepentido
quiero más carne degollada.