Te conozco (Relato corto)

Haskoz

Aquí va uno de mis primeros relatos. Éste es de hace tres o cuatro años. Espero que os guste.

Te conozco desde hace muchos años. Eres joven, y eso se nota en tu vitalidad, en tus ganas de vivir intensamente, como si cada segundo fuese el último.
Eres un buen estudiante. Sacas buenas notas y tu novia te quiere. Tus amigos no hacen más que hablar de tí y de cómo los cuidas.
Sabes que son tu bien más preciado.
Gracias a ellos sabes cómo eres tú. Te puedes ver reflejado en sus ojos, en su forma de hablar de tí. Cuando paseas por el pueblo, la gente te mira y se enorgullece de saber que los suyos están en buena compañía. Pero no es oro todo lo que reluce.
Al llegar el fin de semana te transformas. Los vasos, llenos de bebidas alcohólicas, bajan por tu garganta uno tras otro. Pero tú eres diferente. La bebida no parece alterar tu personalidad. Te comportas igual que siempre.
Eres tú mismo.
El fin de semana pasada tuviste suerte de que yo estuviese cerca. Apenas te tenías en pie cuando desapareciste de mis vista. Cuando te encontré estabas tirado en el baño, pálido, con los ojos mirando a ninguna parte. Conocía perfectamente los síntomas que tu cuerpo estaba sufriendo. La gente pasaba a tu lado sin hacer nada por ayudarte. No querían saber nada de un borracho.
Sin pensármelo dos veces, me acerqué a ti e introduje mis dedos en tu garganta intentando que vomitaras. Pero fue inútil.
Recuerdo que me miraste y sonreíste. Supe que me estabas dando las gracias.
Minutos más tarde llamé a una ambulancia y te trasladaron al hospital.
Nunca entenderé por qué la gente hace lo que hace.
En el pueblo nadie creía que fueras tú el que se encontraba en el hospital. Decían que era imposible que un chico como tú acabase de aquella manera.
Sé que no bebes por moda, que no lo haces por integrarte en el grupo, pues no necesitas el alcohol para conseguir eso.
Tu personalidad te hace único.
La gente echa la culpa a las malas compañías, pero yo no creo que sea por eso. Tienes demasiada fuerza de voluntad.
Por más que lo intento no consigo saber por qué bebes. Quizá es porque, en nuestra sociedad, estamos tan acostumbrados a ver esta actitud en jóvenes de nuestra edad, que bebes alcohol se convierte en algo tan básico como aprender a caminar.
Dos semanas más tarde de lo sucedido aquel fin de semana te dieron el alta.
Tuviste la muerte ante tu cara y te enfrentaste a ella.
Ganaste la batalla, pero, ¿cuánto crees que puedes aguantar?