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Ensayo. La listeza - la inteligencia

antonio chavezantonio chavez Miguel de Cervantes s.XVII
editado julio 2013 en Ensayo
Reconozco que a veces me enredo con los significados de los términos Listeza e Inteligencia; como tienen tantas similitudes es fácil caer en error. Incluso ni en el propio DRAE constan unas definiciones netamente específicas. Además, hace poco he leído un Tratado del eminente profesor y sicólogo Howard Gardner, de la Universidad de Harvard –Massachusetts-, especialista en esta materia, y, no obstante, no acabo de desenredarme. Es por ello que si mi lector interpreta que las denominaciones que expongo no se corresponden, que las rechace. Pero, en todo caso, aun mi evidente confusionismo, así lo veo yo, de ahí mi particular punto de vista.

Ahondando en el tema, creo que “el listo es más torpe que el inteligente, y que el inteligente es más listo que el listo porque posee la Inteligencia, de la que carece el listo, y porque se permite ceder la Listeza al listo precisamente, por su calidad de inteligente”. Parece un trabalenguas, pero no resulta difícil de entender. Si no, vuelve a leerlo. Y si necesitas ayuda, escríbelo, que así harás más bueno el dicho: “escribir es como leer dos veces”.

Según mi óptica, el listo es intuitivo, capacitado para lo más difícil, por enrevesado que sea o parezca; retentivo, de rápidas reacciones, brillante en las concepciones y certero en las soluciones, más todo lo relacionado con esta línea y las deducibles. Y el inteligente es, además de todo eso, estudioso, estratega, hábil, previsor del cuándo, cómo y por qué, y no es necesario que se prepare un guión, pues a su llegada a lo que sea, incluso en el peor de los momentos, se percata de todo lo que se esté tramando, sin temor a confundirse en su apreciación; amén del poco esfuerzo que necesita para ejercer sus magnánimas virtudes, que para una persona normal puede representar un mundo, sencillamente, por no estar a ese nivel. A bote pronto se puede decir que el listo es quien causa el problema y el inteligente lo resuelve.

El inteligente que además sea listo, debe ser "el no va más", pues poseer estos dos tesoros es un privilegio, por ser letales en el difícil caminar. No es frecuente hallar personas así, pero haberlas hayla, que, por lógica, deben ocupar cargos brillantes y recibir remuneraciones sabrosas, dentro de un círculo mercantil o técnico. Pero de la oficialidad y de lo crematístico no voy a hablar, habidas cuentas de que sólo lo voy a analizar conceptualmente, en evitación de injerencias que puedan provocar que me extrapole.

Pero es obligado que haga saber que hay que tener precaución con el Poder con este doble don, porque si lo utiliza para hacer el bien, altruistamente, bienvenido sea, pero si hay uso, abuso y malas intenciones, aviados vamos Aunque no se sabe de ningún mandatario con esta dualidad en el panorama actual mundial, sino más bien mediocridad. Y llegado a este punto debo decir que omito voluntariamente a los dictadores, por ser objeto de un más amplio comentario en mi artículo. Pero es importante tener presente que sería fatal toparse con alguien que posea poder y malvado corazón.

Aunque suene a incongruencia, no es bueno, ni siquiera estético, que se auto asigne algún mandatario ese doblete, para un mismo fin. Es más, seguro estoy de la conveniencia de que sólo haya uno, pues lo contrario es el mayor obstáculo para lo que se quiera lograr. Al igual que hay una jerarquía para todo en la vida, en esto no debe haber excepción, ya que se evitarían enfrentamientos de consecuencias imprevisibles, que se producirían. sobre todo, por las convicciones e intereses personales de todos y cada uno de los que se erijan, con conceptos contrapuestos. Y, como siempre, faltaría más, el único perjudicado sería el sufrido ciudadano de a pie.

Básicamente debe imperar un canon según conocimientos y capacidades para ocupar una cabeza rectora. Porque los que actúan a su libre albedrío no hacen sino evidenciar una carencia de masa gris. Por consiguiente es obligado que haya “uno que mande y los demás que remen”. Pero, ojo, en favor de la misma corriente, para así fortalecer decisiones que sólo redunden en beneficio general. Y en este lote se entiende que están incluidos los fatuos sabelotodo, que creen que por enmendar plana son más aptos. “Curiosamente”, los mismos suficientes patéticos que al final se “sorprenden” de los resultados negativos.

La Inteligencia está por encima de vicisitudes encontradas. Me explico. La Inteligencia sabe emular a la Listeza en igual medida que lo hace ésta; es decir, desempeña un auténtico cometido de inteligente, consistente en no pasarse de las cualidades reconocidas en la Listeza, porque si se pasa puede originar confusionismo, que es el que equivocaría a ambas virtudes juntas, incluso por separado. Es por ello que el inteligente tiene un rol doblemente vital: por tanta excepcionalidad junta y por el exhaustivo control, con mejor final, de situaciones concretas de casos previstos y de situaciones surgentes pero siempre desde la perspectiva de saberse superior.

La Inteligencia es más valiosa que la riqueza y aunque a veces se vea relegada por ésta, por la deslumbrante aureola que conlleva, y sobrelleva, tarde o temprano ocupará el puesto que le corresponde, que no es otro que el primero. Es obvio que lo material se puede perder, pero la Inteligencia no. Naturalmente, me refiero a gente en uso de sus facultades mentales.

De siempre, el inteligente ha tenido más en cuenta a los intelectuales que a los capitalistas. Y aunque sabe que la riqueza material es la gran demoledora, no se le pasa por alto que, además de eso, es torpe. La riqueza puede comprar personas. Cierto. Pero la Inteligencia puede persuadir, que no es menos cierto. Es decir, doctrinar hasta el punto de hacer ver que lo material no es lo único, sino sólo eso: material. La Inteligencia pretende demostrar con esto que mientras se le profese fe, sin presión y con convencimiento, nos dispondríamos a fortalecer una de las grandes piedras filosofales de la vida.

En todo caso, símiles rocambolescos aparte, en la escala de valores durante la travesía de la vida, siempre será lícito un afán de superación en todo, en todas las personas y en todos los ámbitos, siendo además justo, humano e incluso necesario, pero es imposible de lograr la exención de inteligente o listo, o ambas cosas, porque esta gracia no se obtiene ni se mantiene por constancia, esfuerzo y trabajo, sino por Otorgación Divina, y no a todos, a la vista está, nos concedió Dios este don o dones.

La listeza es de vivos, que siempre llegan antes, y sus destrezas
y sus tinos son sus dotes más brillantes

La Inteligencia es una enorme luz que sólo poseen algunos cerebros,
y es tanta su magnitud, que deslumbra en todo momento

La Listeza y la Inteligencia apuntan que son la mayor de las proezas,
y como actúen las dos, y juntas, sólo Dios puede parar su fuerza

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