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Samuráis contra Negros Caníbales.

editado junio 2013 en Poesía Fantástica
Samuráis contra Negros Caníbales.

Con una gran matanza de Negros caníbales. Y que ganen los negros caníbales, con el último Samurai haciéndose el Hara Kiri. Vaya pedazo de Película. Si la hacen con muchos extras y mucho vestuario, espléndida. Y otra idea es Samuráis contra Vikingos. Y otra idea es Alien contra los Samuráis.

Ciento veinte Samuráis en el desierto.
Miran la tórrida arena de su Egipto.
Las espadas afiladas que cortan cuellos de cisne.
El ritual mágico. El barroco vestuario.

Las pirámides al fondo esconden las riquezas
De un Faraón muerto envenenado con cicuta.
Ellos descienden a la cripta silente
Donde mora la cobra de dientes ponzoñosos.

Se ve el tesoro de Rá y de Serapis, las furiosas esmeraldas,
El oro lascivo y brillante de la faraónica máscara,
El lapislázuli precioso y los anillos de granate,
Los vasos canopes de oro refulgente.

Roban cuánto pueden, roban hasta hartarse,
Pesa tanto lo robado que se inclinan de espaldas.
Y vuelven al desierto, ardiente y satánico,
Perseguidos por negros caníbales terribles.

En el oasis descansan bajo datileras palmeras,
Contemplan la belleza del botín sustraído,
Se pelean entre ellos por el rubí de fuego
Que estaba en la máscara del Pharaón Amenofis.

Los negros los atacan, matan a centenares,
Las espadas niponas relucen carmesíes,
Los caníbales muerden, y el sol es una araña
Con ocho patas brillantes de amarillo ruin.

Son valientes los negros, hambrientos y rabiosos,
No se rinden al protocolo del kami kaze sublime,
Y mueren como cucarachas a pisotones y a tajos,
Como gajos de naranjas negras en la espada asesina.

Van cayendo los Samuráis, uno tras otro,
El desierto es ahora rojo como la túnica de Cristo,
Y el último Samurai rodeado de negros
Se inmola con la espada en el vientre soberbio.

Pasan escorpiones y chacales hambrientos.
Los negros perfectos en torno de la hoguera
Saborean la carne propia y japonesa. Es la noche.
Sonríen macabros con dientes blanquísimos.
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Francisco Antonio Ruiz Caballero. ( es muy malo este poema, pero lo que Natura no da Salamanca no lo presta, jamás llegaré a ser académico de la lengua).
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