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Sensibilidad

Alhaken IIAlhaken II Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
editado abril 2013 en Prosa Poética
Nieva ahí fuera. El fuerte viento y el helado aguacero de anoche han traído un manto de espesa nieve que acapara todo lo visible del jardín. No hay flores en los arriates, una alfombra blanca tapiza el albero del camino y disfraza de helado de nata el pino del rincón. No hay gorriones que beban en la escarcha de la fuente y el cielo escurridizo es de un gris gélido implacable. Con sus manos y su nariz apoyadas en el cristal de la ventana, mira el otro lado añorando los días luminosos en que, mientras el sol tibio acariciaba sus pies descalzos, la lectura placentera, apenas interrumpida por alguna voz lejana o el aroma del café recién salido, ocupaba sus mañanas.

Su sonrisa encantadora de otros tiempos es ahora una mueca de su boca contraída, una breve firma, al borde del lienzo pálido de su cara, que autoriza el dramático cuadro de una mirada angustiosa. Aunque la llevo contemplando todo el día, la escena no puede serme indiferente. Sé que con las sombras de la noche su sentir se hará más crudo e intolerable. Debo, a mi pesar, superar nuestro mutismo y vencer la distancia que nos separa.

Me levanto y accedo, finalmente, a abrirle la puerta del jardín y permitir que entre.

Comentarios

  • ArroyoArroyo Juan Boscán s.XVI
    editado marzo 2013
    Alhaken II escribió : »
    Nieva ahí fuera. El fuerte viento y el helado aguacero de anoche han traído un manto de espesa nieve que acapara todo lo visible del jardín. No hay flores en los arriates, una alfombra blanca tapiza el albero del camino y disfraza de helado de nata el pino del rincón. No hay gorriones que beban en la escarcha de la fuente y el cielo escurridizo es de un gris gélido implacable. Con sus manos y su nariz apoyadas en el cristal de la ventana, mira el otro lado añorando los días luminosos en que, mientras el sol tibio acariciaba sus pies descalzos, la lectura placentera, apenas interrumpida por alguna voz lejana o el aroma del café recién salido, ocupaba sus mañanas.

    Su sonrisa encantadora de otros tiempos es ahora una mueca de su boca contraída, una breve firma, al borde del lienzo pálido de su cara, que autoriza el dramático cuadro de una mirada angustiosa. Aunque la llevo contemplando todo el día, la escena no puede serme indiferente. Sé que con las sombras de la noche su sentir se hará más crudo e intolerable. Debo, a mi pesar, superar nuestro mutismo y vencer la distancia que nos separa.

    Me levanto y accedo, finalmente, a abrirle la puerta del jardín y permitir que entre.

    Confieso que he debido leerlo más de una vez y, aun así, no tengo claro los dos sujetos: el que está dentro y el que está fuera en un paisaje inhóspito y se le ha congelado la sonrisa de otros tiempos, etc. Dos seres distanciados uno del otro por el silencio.
    Bueno, pues esa persona asomada a la ventana, intentando ver y hacerse ver, y que el otro contempla en silencio,intentando ignorarla, etc. puedo interpretarla de dos formas:

    -Que es una persona real que busca acercarse al él, pero que, en realidad no interesa o se prefiere evitar y no corresponder...

    -O no se trata de persona, sino de un sentimiento que le ronda por su mente,y trata de escapar de él; de no darle cabida en su vida sentimental.

    En ambos casos, hay un evidente deseo de frenar o eliminar esos elementos, porque cuando decide abrirle la puerta del jardín y permitirla entrar, lo hace "a su pesar", como un acto compasivo ante la insistente llamada.

    El final es muy frío; permite que el sentimiento o la persona entre en su jardín, pero nada nos indica el recibimiento y, si del jardín, la dejó pasar a su casa y la invitó a un café.

    No sé si he interpretado bien tus ideas.Resumiendo mucho, diría que tu personaje mantiene una lucha interior para conseguir deshacerse de una idea, un sentimiento, una persona, pero que, a veces,son más fuertes de él y las acepta momentáneamente.

    Un saludo, con afecto.
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado marzo 2013
    Parece que al permitirle entrar, se estuvieran despidiendo, yo con esta gripa y todos tan tristones:rolleyes:
  • SinrimaSinrima Miguel de Cervantes s.XVII
    editado marzo 2013
    Alhaken II escribió : »
    Nieva ahí fuera. El fuerte viento y el helado aguacero de anoche han traído un manto de espesa nieve que acapara todo lo visible del jardín. No hay flores en los arriates, una alfombra blanca tapiza el albero del camino y disfraza de helado de nata el pino del rincón. No hay gorriones que beban en la escarcha de la fuente y el cielo escurridizo es de un gris gélido implacable. Con sus manos y su nariz apoyadas en el cristal de la ventana, mira el otro lado añorando los días luminosos en que, mientras el sol tibio acariciaba sus pies descalzos, la lectura placentera, apenas interrumpida por alguna voz lejana o el aroma del café recién salido, ocupaba sus mañanas.

    Su sonrisa encantadora de otros tiempos es ahora una mueca de su boca contraída, una breve firma, al borde del lienzo pálido de su cara, que autoriza el dramático cuadro de una mirada angustiosa. Aunque la llevo contemplando todo el día, la escena no puede serme indiferente. Sé que con las sombras de la noche su sentir se hará más crudo e intolerable. Debo, a mi pesar, superar nuestro mutismo y vencer la distancia que nos separa.

    Me levanto y accedo, finalmente, a abrirle la puerta del jardín y permitir que entre.

    Esta prosa poética me inspira comentarios desde diferentes interpretaciones, como continuación de lo expuesto, pues provoca en mí diferentes emociones.
    Hoy , con tu permiso,escribo este comentario como continuación de tu prosa:

    A su pesar

    Él cuida celosamente su jardín. Es el espacio íntimo, inaccesible, cerrado a cal y canto, cuya llave guarda en secreto.Allí se entrega a plácidas lecturas, a la contemplación de los coloridos parterres,cuidados con esmero, a la música de la fuente y a sus meditaciones.

    Hace días que vigila la entrada; algo merodea tras la verja del jardín; algo que se oye cada día más cerca, que amenaza su tranquilidad, que no está en su programa cotidiano y, aunque trata de ignorarlo, avanza como el viento que apenas necesita una fina rendija para imponer su presencia.

    Muy a su pesar, él abre la puerta del jardín, cerrada con fornidos cerrojos y cadenas, y permite la entrada del intruso, movido entre el deber de la hospitalidad y su flaqueza.
    Ella, abre la puerta de su pecho y una bandada de pájaros vuela hacia la copa de nata del pino y, con su aleteo, le devuelven su verdor.

    Entra en tan esperado jardín, pero…¿qué quiere? ¿Qué busca en este lugar amurallado?...¿Una voz,un minúsculo rincón donde cultivar sus flores?...
    En realidad no busca nada. Le basta una silla en el jardín para sentarse entre los árboles cautivos y hablarles con voz queda, acariciar sus ramas, contemplar su fruto inalcanzable, consolar a las flores que lloran bajo la espesa capa de nieve, fundir la escarcha de la fuente, recobrar su melodía y poder disfrutar de su belleza.



    BESOS
  • LeosLeos Fernando de Rojas s.XV
    editado marzo 2013
    Alhaken II escribió : »
    Nieva ahí fuera. El fuerte viento y el helado aguacero de anoche han traído un manto de espesa nieve que acapara todo lo visible del jardín. No hay flores en los arriates, una alfombra blanca tapiza el albero del camino y disfraza de helado de nata el pino del rincón. No hay gorriones que beban en la escarcha de la fuente y el cielo escurridizo es de un gris gélido implacable. Con sus manos y su nariz apoyadas en el cristal de la ventana, mira el otro lado añorando los días luminosos en que, mientras el sol tibio acariciaba sus pies descalzos, la lectura placentera, apenas interrumpida por alguna voz lejana o el aroma del café recién salido, ocupaba sus mañanas.

    Su sonrisa encantadora de otros tiempos es ahora una mueca de su boca contraída, una breve firma, al borde del lienzo pálido de su cara, que autoriza el dramático cuadro de una mirada angustiosa. Aunque la llevo contemplando todo el día, la escena no puede serme indiferente. Sé que con las sombras de la noche su sentir se hará más crudo e intolerable. Debo, a mi pesar, superar nuestro mutismo y vencer la distancia que nos separa.

    Me levanto y accedo, finalmente, a abrirle la puerta del jardín y permitir que entre.


    Leí con interés esta prosa porque es intimista y, según mi interpretación,recrea un estado de ánimo muy humano.
    Este hombre parece ser que tiene todo lo que da bienestar en la vida y no necesita, ni quiere, que nadie vaya a alterarle su rutina ; pero no contaba con que el azar llevaría hasta su puerta a una persona que intenta acercarse a él.

    Él responde con el silencio, pero es un hombre sensible y acaba por sentir empatía con quien le da muestras de cariño y sufre por su desdén;finalmente, decide dar paso a un sentimiento que lleva tiempo runruneando en su interior a su pesar.

    Esta decisión está simbolizada en el texto en el abrir la puerta del jardín y permitir su entrada. Y el jardín es la metáfora de su alma, de su intimidad que tanto preserva frente a los desconocidos.

    Es, pues,el triunfo de la sensibilidad y de los sentimientos.

    Saludos.
  • SinrimaSinrima Miguel de Cervantes s.XVII
    editado marzo 2013
    Alhaken II escribió : »
    Nieva ahí fuera. El fuerte viento y el helado aguacero de anoche han traído un manto de espesa nieve que acapara todo lo visible del jardín. No hay flores en los arriates, una alfombra blanca tapiza el albero del camino y disfraza de helado de nata el pino del rincón. No hay gorriones que beban en la escarcha de la fuente y el cielo escurridizo es de un gris gélido implacable. Con sus manos y su nariz apoyadas en el cristal de la ventana, mira el otro lado añorando los días luminosos en que, mientras el sol tibio acariciaba sus pies descalzos, la lectura placentera, apenas interrumpida por alguna voz lejana o el aroma del café recién salido, ocupaba sus mañanas.

    Su sonrisa encantadora de otros tiempos es ahora una mueca de su boca contraída, una breve firma, al borde del lienzo pálido de su cara, que autoriza el dramático cuadro de una mirada angustiosa. Aunque la llevo contemplando todo el día, la escena no puede serme indiferente. Sé que con las sombras de la noche su sentir se hará más crudo e intolerable. Debo, a mi pesar, superar nuestro mutismo y vencer la distancia que nos separa.

    Me levanto y accedo, finalmente, a abrirle la puerta del jardín y permitir que entre.

    Desmenuzando tu enrevesado escrito y quedándome fuera de él y de interpretaciones poéticas, como en mi primer comentario, opino que...

    Es un texto “asexuado”. Igual podemos considerar que se trata de dos hombres, como de dos mujeres o de una mujer y un hombre separados por la distancia y la falta de comunicación deliberada.

    En el primer párrafo el narrador describe el frío paisaje exterior que alguien contempla a través de la ventana, añorando los días luminosos en los que pasaba las mañanas leyendo al aire libre .Pero él parece ajeno a la historia. Habla en tercera persona, mientras que en el segundo párrafo pasa a primera persona. Aquí noto un deliberado deseo de no revelar si es hombre o mujer.

    -Vuelves a la ambigüedad en el segundo párrafo: mientras se hace referencia al cambio del estado de ánimo , aún no descubres la identidad del personaje sufriente, pues si bien dices: La llevo contemplando…”, a continuación dices: “la escena”… manteniéndonos la duda de si esa persona es hombre o mujer y cuál de ellas es el narrador y cuál la persona triste, que se contempla fuera del jardín y a la que, finalmente se deja entrar.

    Lo único que me queda claro, creo yo, es el propósito de “superar el mutismo y vencer la distancia que los separa”, a pesar de que él o ella (no se sabe) preferiría ser menos sensible y sentimental y mantener la tranquilidad en su jardín amurallado.Pero tampoco se dice si la distancia es sentimental, espiritual o geográfica.
    ¿Es, pues, un propósito movido por “el deber” de corresponder, o por los sentimientos sinceros hacia la otra persona?. También aquí el texto es ambiguo.


    BESOS
  • TrasgoTrasgo Fernando de Rojas s.XV
    editado marzo 2013
    Siempre hay que dejar entrar los inviernos, asi se disfrutan mas los otros tiempos... Estar siempre anhelando las primaveras nos haría tremendamente infelices... Que entre!!! y a conversar con él o ella

    Saludos
  • Gracia GabrielGracia Gabriel Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado abril 2013
    Alhaken II escribió : »
    Nieva ahí fuera. El fuerte viento y el helado aguacero de anoche han traído un manto de espesa nieve que acapara todo lo visible del jardín. No hay flores en los arriates, una alfombra blanca tapiza el albero del camino y disfraza de helado de nata el pino del rincón. No hay gorriones que beban en la escarcha de la fuente y el cielo escurridizo es de un gris gélido implacable. Con sus manos y su nariz apoyadas en el cristal de la ventana, mira el otro lado añorando los días luminosos en que, mientras el sol tibio acariciaba sus pies descalzos, la lectura placentera, apenas interrumpida por alguna voz lejana o el aroma del café recién salido, ocupaba sus mañanas.

    Su sonrisa encantadora de otros tiempos es ahora una mueca de su boca contraída, una breve firma, al borde del lienzo pálido de su cara, que autoriza el dramático cuadro de una mirada angustiosa. Aunque la llevo contemplando todo el día, la escena no puede serme indiferente. Sé que con las sombras de la noche su sentir se hará más crudo e intolerable. Debo, a mi pesar, superar nuestro mutismo y vencer la distancia que nos separa.

    Me levanto y accedo, finalmente, a abrirle la puerta del jardín y permitir que entre.

    Alhaken,
    tocas con tus textos mi alma andalusí, siempre inclinada a la nostalgia y a la melancolía, tanto como a la alegría y al canto. Me siento bien escuchándote porque tu hermosa palabra me llena de sentimientos y de sensaciones.
    No te leo con la razón- ¡no puedo!i Me niego!- pues es mi corazón el que se hace el dueño, el que manda y se goza, con sencillez, de tanta belleza.

    Gracia- s
  • CalimaCalima Fernando de Rojas s.XV
    editado abril 2013
    Alhaken II escribió : »
    (...)
    Aunque la llevo contemplando todo el día, la escena no puede serme indiferente. Sé que con las sombras de la noche su sentir se hará más crudo e intolerable. Debo, a mi pesar, superar nuestro mutismo y vencer la distancia que nos separa.

    Me levanto y accedo, finalmente, a abrirle la puerta del jardín y permitir que entre.

    Como ya te han dicho en otro comentario,gana la batalla la sensibilidad. Aunque uno quiera ignorar los sentimientos, al final se imponen incluso a la razón, por eso considero que el título es muy acertado.

    Hace días que leí esta prosa y confieso que me resistía a comentarla( por motivos que no vienen a cuento ahora), pero, como en tu escrito,"finalmente accedí a dejarte" un comentario porque "no puede serme indiferente".

    Saludos
  • DragonDragon Lope de Vega s.XVII
    editado abril 2013
    Hay Alhaken, con tus letras, lo único que haces es que cada día me guste más leerte, por eso mismo, porque eres capaz de hacer con un sencillo texto, toda una obra de arte.

    Yo interpreto que al abrir la puerta, accedes a que tú mismo entres.
    Miras por la ventana tu invierno, tus recuerdos y tus ideas, de ahí, que tan sólo el olor a café te distraiga.
    Cuándo miras afuera, ves al niño, joven, adulto que uno vez fuiste y que tal vez, añoras.

    Quizás esté equivocada, pero es lo que yo interpreté y sentí con el relato, el cuál, sin duda alguna, me ha encantado.
  • SinrimaSinrima Miguel de Cervantes s.XVII
    editado abril 2013
    Te diviertes con nuestras interpretaciones.Escribiste un texto ambiguo como un juego de adivinanzas.

    ¿Puedes respondernos a todos globalmente y decirnos cuál fue tu idea?.

    No nos dejes con la intriga.

    Besos
  • Alhaken IIAlhaken II Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita s.XIV
    editado abril 2013
    Me provoca sonrojo la amable insistencia de Sinrima y sentimiento de culpa la sutil amonestación de Calima por mi aparente desprecio participativo. Creedme que me gustaría responder a vuestros interesantes comentarios como se merecen en tiempo y gratitud pero me resulta imposible; mi contribución a éste entrañable foro está condenado ha hacerse de forma irregular y discontinua debido a mi anárquica organización vital, pero deseo dejar constancia de mi consideración hacia vuestra atención y contribución, y mi afecto a todos vosotros, amigos virtuales.

    De veras me ha sorprendido, divertido y admirado todos y cada uno de los sentidos que habéis dado a mi enigmático escrito. Todos son posibles y plausibles, y debo deciros que algunos me han gustado más que el mío propio y me han sugerido otras ideas —gracias por eso—. Pero el que más se ha aproximado es el de Dragón.

    Se trata de algo parecido al hijo pródigo pero unipersonal. Son dos personalidades de un mismo individuo, que ocupan dos escenarios separados por el tiempo. Uno, el interior, es confortable, previsible, seguro..., y encierra al personaje en un entorno convencional; otro, el exterior, lleno de horizontes libres, de contactos naturales, de atrevimientos, de sorpresas... lo lleva de aventuras. El texto dibuja el momento de necesaria convergencia, de casar y aceptar la ambivalencia en esa persona. Cuando aparece la cara fea de la libertad, se añora y suplica la querencia y ésta, envidiosa antes y soberbia ahora, acepta la impepinable comunión.

    No se si os he decepcionado, pero es mi versión —aunque no sea la mejor—.

    Un abrazo a todas y todos. Sinrima, Arroyo, Amparo, Leos, Trasgo, Calima, Dragón y Gracia (gracias por tu pincelada entusiasta, paisana).
  • SinrimaSinrima Miguel de Cervantes s.XVII
    editado abril 2013
    Bueno, ya que me has provocado insomnio con tu aparición, te comento algo.

    Comprendo ahora esa dualidad del personaje -su faceta más o menos convencional que le da seguridad,bienestar,confort, y la otra, la exterior, más libre,soñadora,aventurera, en la que arriesga algo de la primera y por eso la mantiene con la puerta cerrada.

    Finalmente,se acepta a sí mismo con sus contradicciones, y abre la puerta del jardín a su otro yo.

    Bueno pues creo que el comentario más aproximado es el de Arroyo porque capta "una lucha interior del personaje para librarse de un sentimiento que altera su vida convencional".( no tengo a la vista el texto, pero decía algo así).

    Estoy pasando una agradable noche en vela.Lo siento por ti.

    Gracias por sacarnos de dudas. Y no te preocupes por mi insistencia; ya sabes que siempre vuelvo al escenario del crimen.

    Besos.
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