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"El Velo" 3ª parte.

Victoria VegaVictoria Vega Pedro Abad s.XII
editado marzo 2013 en Romántica
Cuando las doncellas acabaron de arreglar a Sherezade y alabaron su belleza, ella les pidió como último favor que la dejaran sola un momento para meditar. La puerta quedó cerrada sin llave y Sherezade lo más rápido que pudo, se deshizo de su vestido de novia para disfrazarse de doncella, vestimenta que días atrás le había facilitado Dina y había escondido debajo de la cama. Allí también escondía una mochila con unas pocas pertenencias que preparó el día que decidió escapar. Le dolía dejar su familia, su hogar, su país... Le dolía dejar a Dina, pero no tenía opción. Era eso o atarse en matrimonio a Ismael y vivir esclavizada a él por el resto de su vida, amando en secreto a Jason. Huiría a un lugar donde su amor no fuera un pecado, ni un delito, ni algo prohibido de lo que tuviera que avergonzarse. Un lugar donde pudiera abrir su corazón en libertad.

Sherezade, vestida de doncella y cubierta por un velo, salió de la casa sin ser vista. Todos andaban demasiado ocupados con los últimos detalles del enlace. Para cuando las doncellas la fueron a buscar a la habitación ella ya estaba muy lejos de la casa. Ismael se quedó plantado, y se convirtió de la burla de todos los hombres y en el rechazo de todas las mujeres. Abdul, crispado de ira maldijo a Jason y a Sherezade. Ordenó a sus mejores hombres buscar a su hija y al extranjero, y a disparar si era necesario. Prefería ver a su hija muerta antes que con aquel individuo.

Sherezade volvió a cambiarse de ropa en un centro comercial. Esta vez se vistió de chico. Una sudadera y una gorra le ayudaron a pasar desapercibida. Esperó a Jason en el parque donde él le había citado. Esperó... y siguió esperando. Se retrasaba y ella tenía miedo. Temía que su historia acabara igual que la de la princesa Latifah. Temía que Jason no la amara como ella creía o que no le conociera tanto como pensaba. Recordó las sabias palabras de la costurera: "Hay tres cosas en la vida en las que no puedes confiar: el destino, la suerte y el amor, sobre todo cuando te están sonriendo."

Al fin Jason consiguió salir de la base y se apresuró a encontrarse con Sherezade. Temía que se hubiera cansado de esperarle, hubiera vuelto a casa, y la hubiera perdido para siempre. Le había costado muchos favores y demasiado poder de convencimiento lograr que su superior, el alto mando John Stone, accediera, arriesgando su puesto, a hacer un salvoconducto para Sherezade.

Ella estaba allí, esperándole, tal y como le había prometido. Nunca se cansaría de esperarle si al final él apareciera. Juntos fueron a coger el avión que les llevaría a empezar una vida mejor, aunque a Sherezade se le desgarrara el alma por desprenderse de su hogar. Pero ahora tenía a Jason, el mejor hombre que el destino le podía haber regalado, y junto a él, no tenía, ni tendría miedo nunca más.

España, año 2011. Jason acababa de llegar a su nuevo destino militar. Llevaba dos años casado con Sherezade, por la que había luchado incansablemente por hacerla su esposa, y había tenido una hija con ella, a la que llamaron Shamira, que significaba "Alegría".
Su vida era plena y amaba a su esposa y a su hija por encima de todo.

Abdul jamás les encontró ni supo nada de ellos, a pesar de haber movido cielo y tierra y haber usado todas sus influencias y su dinero para buscarles. Nunca perdonó a su hija ni se dio por vencido en su búsqueda. Su alma nunca quedó en paz, y vivió siempre poseído por el odio y el rencor. Alía obtuvo suficiente dinero ahorrado y escapó a Reino Unido a empezar una nueva vida. Sin embargo las cosas no fueron como había imaginado y allí siguió trabajando como bailarina en un night club, sólo que esta vez no tenía que esconderse ni que fingir ser otra persona durante el día. Triunfó y se convirtió en una estrella pero jamás pudo olvidar a Jason ni arrancarse el despecho de su corazón, y este fue su castigo. Ismael nunca volvió a casarse, ya que ninguna mujer quiso contraer matrimonio con él, y se quedó solo, mientras todos a su alrededor se reían recordándole que fue plantado por una mujer.

Jason y Sherezade lograron romper la maldición y cambiar su destino.

Fin.

Por Victoria Vega.

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