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Instrucciones para disfrutar de un sincero estornudo

TrigoTrigo Anónimo s.XI
editado diciembre 2012 en Humorística
Instrucciones para disfrutar de un sincero estornudo

Por alguna causalidad relacionada con la evolución, aparentemente, se dio que en nuestra cara se encuentran amontonados los principales órganos de los sentidos. Tal vez por una simple vaguedad de nuestro sistema nervioso, o porque en otro lado hubiesen sido poco funcionales. De que serviría una nariz ubicada a la altura de nuestras últimas lumbares sino para oler lo que ya sabemos cómo huele. Nadie dudaría que su ubicación ideal es junto a la boca, para darnos una idea de lo que estamos por meternos en ella, que junto con los ojos y los oídos, y si la suerte está un poco de nuestro lado, evitarán que nos traguemos una naranja azul blanda como una gelatina y oliendo a pescado sin refrigerar, aunque el gusto se rompe en géneros.
Pero volviendo a ese órgano de notable protuberancia facial, en algunos casos más que en otros, y que recibe nombres como Órgano del Olfato, Nariz, Napia, Napón, Ñata, Trompa, Picota y hasta Hocico (aunque generalmente solo a perros o gente con aires de perro), llama la atención cierto comportamiento en el que suele verse envuelta. Puede ser ocasionado espontáneamente, sin ninguna explicación aparente, o tal vez algunos más intrépidos puedan aventurarse a encontrarle alguna, como una pelusa, polvo, algún intruso microscópico, o una pluma que alguien roza delicadamente sobre ella. Cualquiera sea la causa, al instante sentiremos el comienzo de un proceso que de dejarlo fluir llevará a concretar una de sus funciones más importantes, y que hasta puede salvarnos la vida. Este proceso comienza con una ligera sensación de parálisis corporal acompañada de debilitamiento muscular generalizado. Las piernas pueden quedar semiflexionadas y sostenidas débilmente. El torso en algunas oportunidades se curva flexionándose también hacia el suelo no más de cuarenta y cinco grados. Los brazos y las manos tienden a cubrir veloces y desesperadas la zona del rostro, para evitar desastres conocidos como lluvia de sustancias mucoides en el ambiente, suelos sucios o comidas arruinadas, o más peligroso aún, embarres de estos fluidos en rostros ajenos y la necesidad de enfrentar una posible agresión consecuente. Se frunce el ceño con decisión y se tensa la frente. Los parpados cierran ligeros pero con cierta tensión, como preparándose para el evento (si todo sale bien se cerrarán por completo en el momento oportuno, inevitablemente). La boca se abre pero quedando como indefensa y con poco control de la voluntad, dejando escapar si el proceso es muy prolongado, algún hilo de cristalina baba, mientras va entrando aire a nuestros pulmones de a poco, a veces entrecortado, y a veces fluido, llenando cada cavidad, cada centímetro de tejido respiratorio donde quepa una minúscula porción de aire. Comprimiéndolo y acumulando energía, mientras nuestra cara sigue deformándose exponencialmente y dejándonos indefensos, sin estilo, totalmente vulnerable a bromas y ataques, desesperados por recordar si tendremos algún tipo de papel para cuando esto termine.
Finalmente, si no reprimimos este mecanismo de defensa brillante y elegante debido a nuestros prejuicios sociales, nuestros músculos dedicados a la expiración del aire se comprimirán todos juntos y con brusquedad, y lo que sea que originó el proceso se verá atacado como un brote por un temporal. Lo acumulado en los pulmones se concentrará en la tráquea, por donde correrá como una estampida de caballos salvajes hasta pasar por la nasofaringe, y luego un victorioso ¡Achís! (eso en español, ya que podemos encontrar su homologo en ingles: ¡Achoo!). El estornudo culmine. El elixir de placer nasal. El orgasmo respiratorio. Luego el vendito pañuelo, invento magistral del ser humano. Ante la escases una manga, la remera o la mano y luego el pantalón, son buenos sustitutos momentáneos. Eso sí, seamos precavidos para la próxima oportunidad, y tendremos estornudos libres, felices y saludables ¡Salud!

Comentarios

  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado octubre 2012
    Salud, dinero y amor, casi todos llegamos hasta el dinero, por que será?:):p
  • TrigoTrigo Anónimo s.XI
    editado octubre 2012
    La salud es un regalo que nos acompaña mal o bien toda la vida. La riqueza, una ilusión. Al amor lo vemos pasar a nuestro lado, pero cuando le queremos preguntar quien es, sale corriendo.
  • EduArdoREduArdoR San juan de la Cruz XVI
    editado noviembre 2012
    Entretenido de leer y gracioso. Seguro que me acordaré alguna vez que estornude :D

    ¿Los ingleses dicen "Acho"? No lo sabía, es una interjección muy usada en la provincia de Murcia.
  • InriInri Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado diciembre 2012
    Muy entretenido y en varias ocasiones me has robado una sonrisa, he llegado a reir incluso.
    Muy bueno, de veras. me ha gustado mucho.
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