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Nuestra primera vez

PlantogenetPlantogenet Anónimo s.XI
editado octubre 2012 en Terror
Espero críticas constructivas, y gracias tan sólo por leer :)
Nuestra primera vez
Qué pasaría si nosotros alguna vez decidiéramos acabar con todo y con todo, así de simple acabar con todos cuando nosotros queramos, que tal si el mundo es tan sólo una idea en nosotros, que en realidad nosotros existimos pero el mundo no, si tan sólo es una idea en nuestra mente, al igual que nosotros, incluso podría sólo existir nuestra mente y nosotros ser un producto de ella.
Si decidiéramos esto, cómo preferirías hacerlo, estudiar ciencia y detonar una bomba en una ciudad poblada, o ser cruel con cada persona que encuentres y hacerla sufrir a tal punto que te suplique quitarle la vida.
Bueno, algo parecido le paso a la protagonista de esta historia, aquella chica llamada Daniela, donde ella entre la locura en la que vivía, sólo era chistosa con sus amigos y compañeros de clase para hacerlos “felices” a ellos, pero en realidad ella no era feliz, tan sólo era una máscara para que no vieran lo que en verdad sufría, hasta que algún día encontró en aquél salón de clase un chico que le llamó la atención, y no se la llamó de forma molesta, simplemente como si le gustase.

A lo que ella decidió interesarse en aquél chico, tomando así la iniciativa frente a él, claro que en aquél salón de ese colegio, ella era conocido por ser “fácil” para los hombres y acceder rápidamente, entonces el chico ya la conocía, él no era de gustos hacia mujeres como esa.
Además este chico en sí era callado, observador y siempre miraba qué era lo que pasaba a su alrededor para al final transmitir todas las consecuencias en un acto o en alguna palabra que él hiciera, pasó el tiempo y alguna vez bajo presión se dieron un beso, algo así como un simple roce de labios entre los dos, la chica se enamoró cada vez más, mientras que el chico cegado por el amor de otra prefirió alejarse, pero no podía ella estaba siempre ahí, en los puestos de clase ella estaba ubicada al lado de su escritorio, entonces era casi imposible que no le dijera ella nada.
Tan cansado estaba él que decidió decirle la verdad, frente a frente de que ella no le gustaba, se lo dijo cortésmente, él no era una persona despreciable y le dijo en realidad quién le gustaba, ella no lo tomó al parecer muy bien y tan sólo se fue, esa noche el chico quedó pensativo, creyó que había lastimado los sentimientos de Daniela, pero ella sólo había confirmado lo que sospechaba.
Algo que no saben es que Daniela es caprichosa y siempre quiere tener lo que desea, entonces esa noche juro algo: “Si él no es mío no lo será de nadie”
A lo que después de algunas lágrimas de impotencia por parte de Daniela, se quedó dormida. La próxima vez que se vieron, ella lo ignoró completamente, pero ya ustedes saben con ese no sé qué por parte de él que la atraía, estaba furiosa por el hecho de no poder dejar mirarlo y decidió actuar, fue y le pegó una cachetada, el chico asombrado le gritó ¡Qué te pasa! Y ella con lágrimas en los ojos lo vio irse del salón.
Aunque supo que lo que hizo estaba mal, por alguna razón se sintió aliviada, claro había golpeado alguien que la rechazó hace poco, pero el chico no era muy olvidadizo que digamos, aquella cachetada generó rencor en él. También hizo un juramento: “Si tanto me quiere, me verá más seguido”…

Vivían muy cerca el uno al otro, el chico simplemente se acercó a la casa de ella, la invitó a salir y ella enamorada claro que acepto, aunque un poco extraña no puedo negarlo, aquella noche él la había invitado a ver una película en el cine, algo que la convenció de inmediato, al llegar al cine, sólo quedaba una función para lo que querían ver, era la de las 12:00 pm acordaron verla, no había problema, al Daniela decir que sí él sonrió sospechosamente.
Terminada la función con uno que otro beso durante, el chico resolvió llevarla a la casa (eso creía Daniela), fueron al parqueadero tomaron el carro y arrancaron, el chico conduciendo tomó camino para el norte de Bogotá, iban por toda la séptima a media luz en la oscuridad y a una velocidad de unos 80-90km/h la chica iba feliz, claro pensaba que serían novios al fin, pero el chico estaba decidido a llevarla a su “lugar feliz” al acercarse por la séptima a la Mansión Donoso, el chico se detuvo y Daniela se perturbó un poco, pero él le dijo no pasa nada es que se averió el coche, ella preocupada le dijo “tranquilo, no pasa nada”.
Unos 20 minutos estaba el chico afuera intentando arreglar el carro, Daniela se preocupó, llegaría tarde a casa y salió a ayudarle, cuando se asomó a preguntarle qué pasaba, él saco la varilla del carro aquella para sostener el capó, y le pegó en la cabeza dejándola inmediatamente inconsciente y la metió en la parte de atrás del carro, siguió derecho y no tan lejos nada más en Torca, aquél colegio en frente de Compensar, se asomó al barranco, aquella noche tan hermosa, el viento soplando como siempre en esa zona, lleno de árboles poblados de frutos, y la noche era la única acompañante además de la luna.

Al asomarse sintió dentro como un “es demasiado fácil, esfuérzate más” a lo que decidió seguir su camino, acercándose al peaje de Chía se desvió y fue para Bima, algo que mucha gente no sabía es que él era pudiente puesto que su familia era la dueña de aquél lugar, y él obviamente tenía libre acceso allí cuando quisiera, entró con ella en sus brazos al campo de paintball, donde él acostumbraba estar con sus amigos y allí guardaba sus cosas para el carro, andaba mucho en fiestas cerca de allí, siempre andaba en carro entonces guardaba su herramienta allí.

Tomó a Daniela, la colocó sobre un barril de esos que usamos de escudo para jugar, la amarró, pero no con sogas, tomó su taladro con una broca decente y la clavo al barril algo así como a Jesús, con la diferencia de que el pelo se lo pegó con bóxer a la superficie del barril por si intentaba escaparse, así Daniela tan sólo podría ver la luna, aquella que la acompañaría aquella noche.
Cortésmente él sacó un vino algo modesto de el coche, lo sirvió en dos copas, le ofreció pero ella no quiso, sólo gritaba; quien sabe por qué, estaba con su enamorado a solas en una noche hermosa, donde él era el anfitrión y además el que tomó la iniciativa para eso, al ella no querer él se fue a caminar por el lugar a conseguir dos platos y obviamente los cubiertos, al llegar ella estaba intentándose escapar, el barril obviamente se dio vuelta y ella se cayo pero seguía atornillada y pegada a él, pero en una posición más incomoda, Esteban se molestó un poco, pensaba que siempre habría querido estar con él, al verla ir se enfureció tanto que le lanzó un plato a la cara, al romperlo en la cara de ella obviamente empezó a sangrar, algo así desde la ceja hasta la boca, Esteban se acercó volteó el barril colocó su plato en el piso, acompañado del vino y por supuesto aquella noche hermosa, y le dijo “Hoy será nuestra añorada velada, espero la disfrutes Dani” con una sonrisa en su boca, ella asustada gritaba y le escupió en la cara, se sintió frustrado y le dijo “tranquila pronto la saliva no te servirá de nada, sólo observa y siente” sintió un cosquilleo en las piernas, eran las manos de Esteban, estaban cubiertas por unos guantes hacía mucho frío esa noche, le cortó el pantalón con un cortafríos que tenía a la mano, ella en tanga empezó a temblar del frío que hacía, asombrado empezó a pasar su lengua sobre ella, pero no sensualmente, pareciera que la saboreara, tomó el plato roto y le cortó las piernas, entre la rodilla y el tobillo una herida profunda y larga, acabo el vino sirvió su sangre como sobremesa, para el plato que pronto vendría. Al cortarla ella gritó de una forma inimaginable, algo que lo extasió mucho más, y lo impulsó a llevar la copa a la boca de Daniela y dale algo de su sangre, la negó obviamente y le cayó en la cara toda la sangre, molestó por haber desperdiciado su sobremesa le cortó la blusa, era de flores colores entre blanco y azul, su abdomen quedó al descubierto en plena noche, sintió algo de excitación por ver que más tenía Daniela, después de observarla bien no era tan fea como parecía, cortó su ombligo, en sí no era nada malo al final tan sólo es un pedazo de nuestro cordón umbilical que quedó y no lo quitaron, así que estorba. Esa sangre la dejo ahí, brillante a la luz de la luna, se sintió mucho más emocionado y subió a sus senos, saboreándolos mientras sacaba la segueta de su mochila, ella lo veía con unos ojos inundados en dolor y pánico, mirando de reojo pues el bóxer no la dejaba levantarse totalmente, la segueta la usó para cortar sus senos, ella era natural así que salió un brote de sangre enorme y claro carne la cual sirvió en su plato, después de todo este banquete Daniela moribunda no podía nada mas que verlo a los ojos con desprecio y un odio profundo, él con su cepillo de madera, empezó a pasárselo por la piel, suavemente, mientras colocaba unos recipientes alrededor del barril para recoger la sangre, terminada esta noche fue donde un amigo que hacía tatuajes, pero no los normales algo más artesanal y en parte él practicaba el ocultismo, entonces no era tan normal que digamos, y Esteban le pidió algo. Recuerdan la sangre que recogió, bueno le pidió un tatuaje especial, algo en su pierna derecha, que fuera desde la rodilla hasta el tobillo y dijera “Nuestra primera vez”.

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