Si al final leíste al maestro Quino, ahora estarías saliendo del asilo de ancianos, por ser demasiado menor para estar ya allí. Estarías a punto de descomenzar tu vida laboral y posiblemente tramitando tu divorcio para después casarte con ella. Yo, un día después de que los hechos que celebran los que te quieren hayan ya sucedido, me uno a felicitarte aunque sea a destiempo. A pesar de que me dejes por flaca, en busca de volúmenes que compensan un cerebro plano, al que te sientes irremediablemente atraído, aún así, sabes que te aprecio por razones que, aparte de carentes de sentido, no voy a confesarte nunca. Y no voy a hacerlo porque me daría envidia. Me da envidia de todo lo que adoras, porque me parece adorable, excluídas ya lo sabes, las dos razones de peso que te apartan cada noche de mí. Y ahora, querido pero poco amante de las rasas amigo, como nunca cumplo lo prometido ni guardo un secreto, acumulo pecados capitales en espera de que un día aprecies la belleza de lo sutil y en vez de este cuento chino, pueda regalarte lo que yo sé que deseas: que me vuelva tonta.
En eso ando.
Feliz cumpleaños, y adelantándome a los futuros, en los que posiblemente ya no tendré oportunidad de hacer el tonto contigo teniendo en cuenta la fragilidad del medio y que no pienso ponerme pechos, feliz vida.
Un fuerte abrazo.
Comentarios
Buen tema y buena forma de tratarlo. Me resultó ameno e interesante.Hay frases plenas de contenido, que comparto contigo, como esa de:
" A pesar de que me dejes por flaca, en busca de volúmenes que compensan un cerebro plano, al que te sientes irremediablemente atraído, aún así, sabes que te aprecio por razones que, aparte de carentes de sentido, no voy a confesarte nunca."
Espero que, aun con el riesgo de no recuperarlo, no te vuelvas tonta. Otra cosa distinta es "tontear" que, si se sabe hacer, es un juego divertido que descubre muchas cosas de las personas.
Me gusta cómo escribes.Te seguiré leyendo.
Un abrazo.
Si te ha dejado ahora tienes la oportunidad de que te quieran más... o no?