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Relato: El ataúd

FabrizzioFabrizzio Juan Boscán s.XVI
editado marzo 2013 en Terror
Allí estaban, postrados frente al ataúd lúgubre de Esteban, quien había muerto hace dos días. No hubo funeral, pues querían mantener el secreto. Ellos eran cinco; los que estuvieron con él hasta el final. Después de haber muerto, lo llevaron a una funeraria, y a un constructor de ataúdes. No deseaban algo público con mucha gente viendo el ataúd en el cual yacería el cadáver. Por lo tanto decidieron ordenar la construcción de un magnífico ataúd de aspecto renacentista, bellamente decorado y sumamente suntuoso. En él, introdujeron el rígido cadáver de Esteban.

Los cinco testigos de su triste muerte, lo acompañaron, es decir, acompañaron al ataúd hasta llevarlo a su casa. De hecho, era una inmensa y estrafalaria mansión, gótica pero afable en cierto sentido. Una vez allí, dejaron el ataúd en su cuarto, y se dispusieron a vagar deliberadamente por la mansión.

Descubrieron una cocina repleta de comidas exquisitas, y sin andarse con miramientos, prepararon una cena digna de los mejores restaurantes; engulleron hasta no poder más. Posteriormente inspeccionaron el garaje, donde se hallaban dos majestuosos carros: un Ferrari Módena y un Lamborghini Diablo.

Dieron paseos en ambos carros, en una demostración de rebeldía e irrespeto hacia su antiguo dueño.

Volvieron a la mansión en horas de madrugada, ebrios. Hallaron el ataúd, abierto de par en par; los invadió un horror súbito y turbulento. Querían vociferar para liberar así su miedo, mas no lo hicieron, pues sentían que enmudecían, sentían como si estuviesen atados y petrificados.

Esteban no se encontraba; pero el ataúd, de algún modo, los incitaba a acercarse. Uno por uno se fue encaminando al ataúd, y se insertaron en él. El ataúd se los tragaba, los devoraba, corroyendo sus esencias sustanciales.

El ataúd tragó a Esteban, pues era un monstruo, y ahora tragaba a los demás.

El último de ellos, Juan, sintió la presión producida por el ataúd. Caminó con paso lento, mientras un ruido amedrentador, como un rugido fantasmal, brotaba del mismísimo ataúd.

Aunque tenía miedo, y sollozaba mentalmente, no podía evitar acercarse, pues era como una succión; como el efecto de la gravedad.

El ataúd lo agarró y lo introdujo dentro de sí; Juan pudo ver los líquidos verdosos y nauseabundos que manaban de las puntas; sintió su hambre; olió sus gases intestinales; sufrió el dolor de que se clavasen sus dientes en su carne. Juan palideció, y finalmente, el ataúd lo devoró.

De él, no quedaron ni sus huesos; pues el ataúd ingiere todo, sin dejar vestigio…

Comentarios

  • MichelAngeloMichelAngelo Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado noviembre 2011
    La idea en torno a la que gira el argumento es casi digna del mismísimo Poe, y te felicito.
    Sin embargo, a mi opinión le falta un poco de magia al relato. No sé... veo demasiado claras las intenciones del ataúd... como si estuviera falto de misterio.
    El estilo, al margen, es algo muy personal. Yo hubiera optado por algo más oscuro, más visceral... que transmitiera más el dolor y se recreara en el sufrimiento en lugar de detallar tanto la imagen de la historia. En cualquier caso, me gusta cómo lo has resuelto.
    Yo sólo le pondría un poco más de misterio.
  • FabrizzioFabrizzio Juan Boscán s.XVI
    editado noviembre 2011
    MichelAngelo escribió : »
    La idea en torno a la que gira el argumento es casi digna del mismísimo Poe, y te felicito.
    Sin embargo, a mi opinión le falta un poco de magia al relato. No sé... veo demasiado claras las intenciones del ataúd... como si estuviera falto de misterio.
    El estilo, al margen, es algo muy personal. Yo hubiera optado por algo más oscuro, más visceral... que transmitiera más el dolor y se recreara en el sufrimiento en lugar de detallar tanto la imagen de la historia. En cualquier caso, me gusta cómo lo has resuelto.
    Yo sólo le pondría un poco más de misterio.

    Gracias por el consejo.

    Yo también considero al relato carente de más oscuridad y horror.

    Que pienses que es casi digno de Poe es un elogio inmenso para mí, pero no le llegó ni a los talones a Poe, sin embargo muchas gracias por tus consejos.

    Lo mejoraré otorgándole misterio, gracias.
  • ThanlleThanlle Pedro Abad s.XII
    editado noviembre 2011
    Me gustó mucho Fabriccio. Es lo primero que leo tuyo, por momentos me hizo acordar a lo poco que leí de Lovecraft por lo "indefinido" del horror.

    Un saludo
    Thanlle
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado noviembre 2011
    Uyyyyy que cosa tan tragona:eek::eek::eek::eek:

    Increible que dejara que contaran el cuento y no se tragara el cuaderno también;):):):p
  • NeloNelo Pedro Abad s.XII
    editado noviembre 2011
    perdón por irrumpir, daré una breve opinión.
    Espero no molestar.
    El relato carece de una lógica, falta explicación para que el lector se involucre o crea lo que el autor narra. Hay muchos cómo y por qué en el aire.
    la narración es otro tema a revisar. De momento,lo dejo aquí.
    Un saludo
    nelo
  • pablo2487pablo2487 Pedro Abad s.XII
    editado noviembre 2011
    El relato no está mal. Algunos fragmentos me recordaron vagamente a Lovecraft. En especial la parte final. Quizá, como humilde sugerencia, podrías probar a concentrarte en generar una atmósfera mas fuerte. A veces uno da demasiada atención al elemento principal del cuento, en este caso "el ataúd", y pasa un poco por alto lo demás. Ejemplos útiles se pueden ver en "La caja oblonga" de Edgar Allan Poe.
    ¡Un abrazo grande y adelante! Que tenes imaginación y eso no se aprende.
  • NefertitiNefertiti Fernando de Rojas s.XV
    editado enero 2012
    A mi que he sido antaño amante del género de terror, me ha encantado. Solo lamento haberlo leído después de cenar. Lo de las purulencias me puede, lo confieso. Soy de estómago delicado. Enhorabuena
  • Sandra PantocratorSandra Pantocrator Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado marzo 2013
    Estoy de acuerdo con Michel Angelo, a Poe le hubiese interesado un ataúd tan tétrico! Me ha gustado el tema escogido, sí! Pero un poco más de descripción, de centrarse en elementos grotescos y emociones... habría sido sublime!
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