Hay cosas muy raras en el mundo, cosas que nunca llegaré a entender. Quizá sea por su sencillez, quizá porque el mundo aún no está preparado para entenderlas.
Si soy un loco más en un mundo de locos, entonces, ¿soy diferente? ¿Qué es lo que hace diferentes alas personas?
Es raro, todo es muy raro.
Cuanto más se más confundido me encuentro, por eso supongo que no es tan malo vivir ajeno a lo que pasa. Si no te enteras no sabes, y si no sabes no sufres. Sin embargo, las personas tenemos ese afán por querer saberlo todo, por saber cosas que nos parecen importantes o porque creemos que así lo son.
Un día te encuentras con un persona, la ves, la vas conociendo. Unos profundos ojos azules y una sonrisa permanente en la cara te muestran su felicidad, pero solo es una carcasa, no sabes que debajo de esa sonrisa y de esos ojos azules se oculta un sufrimiento que se convierte en lágrimas cada noche.
¿Por qué sonrie? ¿Por qué esos ojos azules me miran divertidos?
Con el paso del tiempo te das cuenta de que aquella sonrisa es una espada y aquellos ojos un escudo.
Espada contra la vida. Escudo contra los curiosos, contra aquellos que todo quieren saber y no se enteran de nada, un escudo contra los que saben y desearían no saberlo... un escudo contra ella misma.
Sin darte cuenta, su sonrisa y sus ojos te han absorvido tanto que ni siquiera te has fijado en el color morado que los rodea, en la marca de unos dedos plasmada en su cara, en los rasguños que cubren su cuerpo, en su labio hinchado.
Queremos saberlo todo, pero cuando tenemos la verdad delante no le hacemos caso, la esquivamos o simplemente no la queremos ver.
Hay cosas que nunca entenderé. ¿Quién va atribuir esas marcas al maltrato? Ella sonríe y si sonríe es feliz, ¿no?
Era algo que quería compartir con los demás lectores. Iré colgando más cada semana.
Muchas gracias!
Comentarios
Yeeh!! me gustan algunos puntos que tocas en tu reflexión-relato y tienes por ahí unas bonitas figuras armadas. Pero una vez más... el tema y cómo lo desarrollas no me acaban de convencer...
como sea, te dejo una carita feliz n_n
No haré observaciones, simplemente me gustó y gustó muchísimo. Pero te digo que tiene algunos errores ortográficos, pero no loe arrebatan la calidad al relato... Repito: me gustó y gustó muchísimo!!
He revisado el relato (ya iba siendo hora después de tantos años), y se nota que no lo revisé nada después de escribirlo, pero bueno, de los errores se aprende. Dejo aquí el relato corregido, y espero que os guste.
Hay cosas muy raras en el mundo, cosas que nunca llegaré a entender. Quizá sea por su sencillez. Quizá porque el mundo aún no está preparado para entenderlas.
Si soy un loco más en un mundo de locos, entonces, ¿soy diferente? ¿Qué es lo que hace diferentes alas personas?
Es raro, todo es muy raro.
Cuanto más se más confundido me encuentro, por eso supongo que no es tan malo vivir ajeno a lo que pasa. Si no te enteras no sabes, y si no sabes no sufres. Sin embargo, las personas tenemos ese afán por querer saberlo todo, por saber cosas que nos parecen importantes o porque creemos que así lo son.
Un día te encuentras con un persona, la ves, la vas conociendo. Unos profundos ojos azules y una sonrisa permanente en la cara te muestran su felicidad. Pero solo es una carcasa, no sabes que debajo de esa sonrisa y de esos ojos azules se oculta un sufrimiento que se convierte en lágrimas cada noche.
¿Por qué sonríe? ¿Por qué esos ojos azules me miran divertidos?
Con el paso del tiempo te das cuenta de que aquella sonrisa era una espada y aquellos ojos un escudo.
Espada contra la vida. Escudo contra los curiosos, contra aquellos que todo quieren saber y no se enteran de nada, un escudo contra los que saben y desearían no saberlo.
Un escudo contra ella misma.
Sin darte cuenta, su sonrisa y sus ojos te han absorbido tanto que ni siquiera te has fijado en el color morado que los rodea, en la marca de unos dedos plasmada en su cara, en los rasguños que cubren su cuerpo. En su labio hinchado.
Queremos saberlo todo, pero cuando tenemos la verdad delante no le hacemos caso, la esquivamos o simplemente no la queremos ver.
Hay cosas que nunca entenderé. ¿Quién va atribuir esas marcas al maltrato? Ella sonríe, y si sonríe es feliz, ¿no?