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La Última Puerta

naxxo3095naxxo3095 Anónimo s.XI
editado agosto 2011 en Terror
La última puerta

[OCULTAR]
Y aquí estoy sentado en la oscuridad, frente a una puerta que no se si deseo abrir, mientras “eso” me sigue buscando. Pero. ¿Cómo termine metido en esto?
Mi nombre es David ¿Mi apellido dices? No es importante… ya no es importante. Bueno todo comenzó con la muerte de mi padre hace algo así como medio año. La verdad yo nunca fui muy cercano a él, ya que, desde que se separó de mi madre no volvimos a hablar, de hecho, su muerte fue lo único que me indicó que en todos estos años él seguía con vida. En el funeral me enteré de que se había casado nuevamente y que tenia 2 hijos. Esto no me sorprendió, lo que sí me sorprendió fue que luego del funeral me dijeran que yo aparecía en su testamento. Él me dejó una caja de madera cerrada y una llave con una nota: “Eres libre de elegir”.
Una vez en mi casa comencé a cuestionarme de abrirla o no, por un lado tenia curiosidad, pero algo me decía que no debía, y además, este extraño mensaje. Finalmenteme fui a dormir.
Desperté más decidido que nunca. Abrí la caja y en su interior encontré un cuaderno. Éste estaba completamente en blanco, excepto por una nota escrita con la letra de mi padre: “¿Estas dispuesto a continuar?”.
En ese momento no lo pensé dos veces, pero si hubiera sabido lo que sucedería luego, mi respuesta habría quizás sido distinta. En la última página de la agenda había un sobre con una dirección.
El lugar que indicaba el sobre era una antigua librería, adentro me atendió un anciano bastante extraño. Le entregue el sobre, él me miró y me entregó un viejo libro, que al parecer era un diario de vida. Me fui a casa con el libro en mis manos y una vez allí lo comencé a leer, el diario parecía ser de una persona trastornada, éste hablaba de un lugar oscuro en el que escuchaba el hablar de los muros y que sus pasillos eran recorridos por los mismos demonios. La historia me pareció una locura, pero, no se porque, me pareció que no era mentira.
Al final del libro estaba escrito el nombre de R. Valentine. Y al indagar en internet encontré una noticia de 1978 que decía que un trabajador de una mina se volvió loco y asesinó a sus compañeros. El tipo fue juzgado y declarado como demente, por lo que fue encerrado en el asilo El Valle. Una vez allí pregunté en recepción por éste tipo y me encontré con mi primer obstáculo, el tipo se había suicidado hace un mes. Pregunté quien estaba a cargo de el paciente y me indicaron que era la doctora Martínez, fui a hablar con ella y me dijo que en un principio, lograron progresar mucho con su paranoia, pero que en los últimos meses su estado decayó drásticamente, lo que lo llevaría finalmente al suicidio.
En mi casa nuevamente tuve tiempo para pensar en cual seria mi siguiente movimiento, y en ese momento recordé el artículo del diario que encontré en internet y procedí a examinarlo con más detalle. En esto descubrí que el autor de la noticia fue Alonso Ramírez, lo que me dio nuevas esperanzas. Procedí a buscarlo en la guía telefónica y luego de un momento encontré su dirección.
Una vez en la dirección que saque de la guía toque el timbre y me abrió la puerta un hombre de unos 50 años. Le dije que quería hacerle unas preguntas y me invitó a pasar. Una vez en su sala procedí a preguntarle sobre lo ocurrido en la mina.
-Señor Ramírez dígame, ¿Qué sucedió con Valentine hace 30 años? – Pregunté.
- Bien, en la mina de Santa María, Richard Valentine y 8 compañeros más estaban encargados de excavar en una nueva zona, más profunda que las otras, ya que se estaban buscando nuevas fuentes de minerales. Según declaró el dueño de la mina a la segunda semana Valentine comenzó a enloquecer y a decir que no debían seguir excavando porque la mina estaba enojada con ellos, pero él no lo tomó en cuenta y Richard continuó trabajando. Entonces a la séptima semana de excavación sucedió la tragedia, Valentine asesinó a todos sus compañeros. Pero lo más curioso es que cuando lo entreviste él siempre negó el hecho del asesinato, él estaba seguro de que no había sido. Curiosamente después de este hecho la mina cerró - Declaró
- ¿Y usted nunca pensó que quizás él no los asesinó? – Pregunté yo.
- Esa misma interrogante no me ha dejado tranquilo los últimos 30 años – Me respondió.
Tras esto me despedí de Alonso y me dirigí a mi casa. Allí por primera vez relacioné todo esto con el diario de vida, por lo que ahora estaba seguro de que el lugar que describió Valentine en el diario era la mina. Me puse a leer el diario nuevamente pero, desgraciadamente el último cuarto del libro estaba ilegible, por lo que no pude saber que es lo que para Valentine sucedió allí abajo el día del asesinato. Entonces comencé a preguntarme “¿Qué sucedió realmente en esa Mina?”. Por lo que decidí finalmente entrar en la mina para averiguarlo por mi cuenta. Tome mis cosas y me dirigí a ésta.
Cuando llegue al lugar,éste parecía completamente deshabitado, ojalá hubiera estado en lo correcto.
En la entrada de la mina encontré un mapa en una pared y memoricé como alcanzar el sector al que debía llegar, encendí mi linterna y me introduje en las fauces del lobo.
Las minas eran bastante tétricas, pero en general no tuve ningún problema. Cuando llegue a la puerta del sector 8 tuve un escalofrío que me advertía que no siguiera, pero mi curiosidad era demasiada. Abrí la puerta y seguí mi camino. Una vez en el sector ocho comencé a sentir una extraña sensación, como si “algo” me estuviera mirando. Por fin llegue al final del túnel donde debieron haber estado excavando los mineros. Y en este lugar por primera vez comprendí de lo que hablaba Valentine en su diario, ya que en mi mente retumbaba la palabra “aléjate” y estoy seguro de que ésta no era la voz de mi conciencia. Me puse a mirar alrededor, como para darme una excusa a mí mismo de porqué no me atrevía a seguir, y en esto vi un cuaderno en el piso. Tome el cuaderno para leerlo y las palabras que ahí estaban escritas me quitaron el aliento.
Escrito con algo que desee que no fuera sangre decía, “Hijo en cierto modo me alegro de que hayas llegado aquí, ya que lo mas seguro es que ahora esté muerto. Antes que nada quiero pedirte perdón por lo que te voy a pedir que hagas, pero realmente quiero, por favor quiero que hagas lo que yo no pude, toma la picota que dejé ahí y ve lo que yo no me atreví a ver”.
Por un momento quise pensar que no era mi padre, pero era obvio que era de él, sobre todo no quería creerlo, porque sabia que una vez que avanzara mas ya no habría vuelta atrás. Igual que antes, mi curiosidad venció mi inquietud, así que tome la picota y comencé a escavar mientras esa voz en mi cabeza seguía diciéndome “Aléjate”, cada vez más fuerte. Finalmente luego de unos cinco minutos atravesé la pared rocosa y descubrí que tras la mina existía una construcción más antigua.
Esta construcción estaba en mejor estado que la mina, como si aun estuviera en uso.
En este lugar existía un único pasillo, el cual terminaba en una puerta. Seguí por el pasillo hasta la puerta mientras la voz en mi cabeza cada vez era más fuerte.
Al abrir la puerta llegue a un cuarto bastante amplio, con una especie de maquina en un costado y una puerta sin manilla ni nada para abrirla al otro. Supuse que la maquina seria para abrir la puerta, pero cuando me fui acercando a ella, mi linterna se apagó al mismo tiempo que las voces en mi cabeza se callaron repentinamente. Esto me tomo desprevenido, pero no me detuvo, así que seguí ciego hasta donde recordaba que estaba la maquina en el total silencio, hasta que me sorprendió el sonido de la puerta de la habitación abriéndose a mis espaldas, no estaba solo. No sabia que hacer, lo único que sabia era que tenia que esconderme, así que me acerqué a la pared y me puse de cuclillas, esperando que lo que sea que hubiera entrado por esa puerta estuviera tan ciego como yo en esta densa oscuridad, después de un momento deje de escuchar sus pasos y me atreví a encender el tubo fluorescente que traje para las emergencias, y para alivio mío, “eso” ya no estaba aquí. Una vez mas calmado me acerque a la maquina y tire la única palanca que poseía y, tal como sospechaba, se abrió la puerta al otro lado, así que, no se si por el miedo de que “eso” volviera o por la ansiedad de conocer lo que me esperaba mas adelante comencé a correr hacia la puerta. Una vez cruce la puerta esta se cerró atrás mío y supe definitivamente que ya no había vuelta atrás. Llegué al lugar donde estoy ahora, una habitación completamente vacía, excepto por una enorme puerta al final de ésta. Me sentí más calmado, pero esta calma se rompió cuando comencé a escuchar golpes en el portal por el que entré. La puerta parece resistente, pero sé que en cualquier momento ésta cederá. Así que tengo dos opciones, seguir adelante por éste portón o quedarme aquí y esperar que “eso” me encuentre. La sensación que ésto me causa es igual a la que sentí al recibir la caja con la llave. No se que es lo que me llevo finalmente a cruzar la puerta, lo único que sé es que al otro lado de la puerta está el final del camino.
[/OCULTAR]
Ojala disfruten leer ésto tanto como yo disfrute escribirlo

Comentarios

  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado agosto 2011
    Hola, bienvenid@:):p:D
    Esperamos que no sea lo último que leamos de tí;):)
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