Voy a sacrificar vidas en este poema,
(Pero juro que justificaré su fin)
Ordenaré a palabras no escritas que mueran,
¡Que escriban lo que pienso y salgan de mi!
Abro las puertas hacia los renglones
y corren como a los recreos, los niños a jugar.
a veces van rimando justo lo que siento,
y otras escribiéndose sin mucho rimar.
Van cogiendo forma con la tinta y en filas
aquello que antes eran, ahora lo son en el papel,
dejando negras huellas trabajan como hormigas
y van codificando lo abstracto a quien las lee.
Siguiendo el rastro de su paso entre las líneas
describen el perfume de las flores que no tengo.
Nombran alguien que no existe, supongo que te inventan.
Y de pronto algo pasa en lo que leo y me detengo:
No me reconozco.
¿Acaso estas palabras ponen nombres a mis sueños más profundos?
¡Esa casa en la pradera que se pinta con las letras no es la misma que pensaba!
antes, cuándo esta hoja no existía, y eran todas no-palabras.
Entonces me doy cuenta : sacrifico su existencia y las traigo a este mundo.
Para nada.
Ni siquiera para justificar su fin.
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