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Tras la pista

RyuRyu Pedro Abad s.XII
editado marzo 2011 en Negra
Aún está en desarrollo y no sé cuando lo voy a terminar. Pero, a ver que sensaciones tenéis al leerlo.

Jarod Irons, tenía un sueño. Como todos, solo que él sabía que no se iba a cumplir. Era una chica, ella estaba con otro. La quería más que a nada en el mundo, más que su propia vida. Lo daría todo por ella, pero seguramente, recibiría lo que venía siendo habitual por parte de Christine: “silencio absoluto”. Trataba de quitársela de la cabeza, mientras leía unos informes de un cliente. Esto, no tenía muy buena pinta, se dijo. Jarod, odiaba ejecutar algunas órdenes. Pero en ello consistía su trabajo. El informe decía:

Iniciales del cliente: R.Y.
Lugar de nacimiento: Yokohama.
Lugar de residencia: Tokio.
Causa del informe: A revelado la existencia de Jarod, a uno de nuestros infiltrados (afortunadamente)
Órdenes del informe: Eliminar al objetivo.

Jarod a veces lo creía excesivo, pero la organización siempre trataba de mantenerse al margen. En cierto modo lo entendía, pero al fin y al cabo el que se manchaba las manos de sangre era él. Aún quedaban un par de horas antes de llegar a Tokio. Cerró los ojos, y se vio en una habitación blanca con las paredes acolchadas. Él también vestía de blanco, llevaba unos finos pantalones y una camisa. En ese instante, anunciaron por megafonía que habían llegado a Tokio. Jarod, se sobresaltó y se despertó un poco alterado. Hacía mucho tiempo que no soñaba con aquello... ¿porque ahora? se preguntó. Bajó del tren, con equipaje de mano. Salió de la estación y se dirigió a Shinjuku. Una zona de negocios de la ciudad, en la cual, habían muchos rascacielos. Pagó en efectivo al taxista, y entró en un edificio acristalado. “Su cliente”, estaba en el último piso. Cuando salió del ascensor, se cruzó con un par de chicas. Las asiáticas, era una de sus debilidades. Lástima, que al día siguiente tuviese que viajar a Barcelona, que es donde estaba la sede de la organización.
Jarod, no dejaba nada al azar. Sabía que tenía que ser lo más sigiloso posible, no le gustaba que la policía se entrometiese. Estaba en el baño poniéndose un pasamontañas y unos guantes. Lo sacó todo de la maleta, incluida la pistola con silenciador. A esas horas de la noche, había poca gente. Jarod miro su reloj de pulsera y vio que marcaba las 3:30 de la madrugada. Salió del cuarto de baño, y se dirigió a la puerta que estaba al final del pasillo enmoquetado. El señor Ryu Yamane, desde luego era importante, pensó. Tenía despacho propio, en una importante empresa de telecomunicaciones. Jarod miró al techo, por fortuna no era demasiado alto. Había un conducto de ventilación. Justo encima de la puerta de entrada. Miraba todo el rato a su alrededor, para ver si veía a alguien. Se fue a coger una silla. Se subió para darse un impulso, quitó la tapa que le impedía acceder al conducto y de nuevo saltó. Estaba arrastrándose, con la única iluminación de su mechero. Llegó al despacho y Jarod se sobresaltó al ver que Ryu estaba muerto. ¿Como era posible? se preguntó. Quizás haya sido... ¡mierda! exclamó. Lo detestaba, que se le adelantaran. Nunca había fallado. Tenía que bajar al despacho de todas formas, le dio un empujón a la tapa del conducto y saltó al interior. Tenía ante sí, una mesa de madera, tallada en caoba. Observó detalladamente el cuerpo de Ryu, le habían disparado en le frente. Se acercó al cuerpo, y vio un papel debajo de los pies de Ryu. Cuando lo leyó, no sabía si se trataba de una broma. Había un nombre escrito: “Christine”. También había una nota dirigida a Jarod, que decía: Paredes blancas, habitación acolchada. Me hicieron lo mismo Jarod, quería decírtelo. El motivo de mi silencio. Pero siempre estabas... No sé. Jarod, tienes que venir a Estocolmo. Quemó el papel con el mechero y se quedó unos minutos pensativo. ¿Estocolmo? después de todo no tenía nada que perder.

Comentarios

  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado marzo 2011
    Me parece que podia tener una buena trama, pinta bien, ójala que encuentres el camino para seguirla y no pierdas la inspiración:rolleyes:;):p:):D
  • RyuRyu Pedro Abad s.XII
    editado marzo 2011
    ¡Gracias amparo! A ver por donde me lleva esta historia, tiene buena pinta. Espero que la inspiración, no me falle en este relato ;)
    ¡Saludos y gracias por comentar!
  • RyuRyu Pedro Abad s.XII
    editado marzo 2011
    Ya va tomando un poco más de forma la historia...


    Abrió la puerta del despacho, antes de salir, miró a su alrededor. Cuando estuvo seguro de que no había nadie, se dirigió al baño. Se quitó el pasamontañas y los guantes. Recogió la maleta, que previamente había escondido en el falso techo del baño. Salió al pasillo enmoquetado. Y cogió el ascensor. Mientras bajaba, los pensamientos de Jarod, cruzaban su mente como un mar revuelto. Estaba inquieto, necesitaba ver a Christine, para que le aclarase algunas dudas. Llegó al vestíbulo principal, salió al exterior y cogió un taxi hacía el aeropuerto. Pagó al taxista y tiró disimuladamente la pistola. Pasó por el control de equipajes, embarcó en el avión con destino Estocolmo. No habían despegado, pero Jarod sentía como el pulso se le aceleraba. Estaba ansioso por llegar a Suecia. Trató de relajarse, una vez que el avión estaba volando, Jarod cerró los ojos:

    -¡No! ¡Jarod por favor, no sigas! -gritaban.
    Corría por los pasillos, tratando de escapar de algo, que ni siquiera sabía lo que era. Lo hacía por instinto. El corazón me latía a toda prisa, estaba cerca de la salida. Podía ver una luz blanca... pero en ese instante, caí al suelo
    .

    -Ya hemos aterrizado, pueden desabrocharse el cinturón de seguridad. Gracias por elegir nuestra compañía aérea -dijo la azafata.
    Una anciana, me dio unos golpecitos en el hombro izquierdo.
    -Ya hemos llegado joven -dijo.
    La miré y le di las gracias por despertarme. Últimamente no dormía bien, y para colmo, ese sueño se venía repitiendo en los últimos meses. Quizás deba ir a un psicólogo. Salí del avión, cuando llegué a la terminal, me quedé pensativo. Cómo si me hubiese olvidado de recordar algo importante. ¿Que sería? me pregunté. De pronto, me acordé. Busqué en los bolsillos de mis vaqueros y encontré una llave. El llavero, era azul y alargado. Tenía un papel escrito que ponía: taquilla número 22, aeropuerto. Esto se ponía cada más interesante, pero para mi gusto, quizás sea demasiado. Había gente de todo tipo, familias en la cola para facturar el equipaje, chicas rubias (muy guapas)... en fin, lo normal. Me dirigí a las taquillas, las cuáles estaban situadas cerca de la salida. Llegué a la 22, abrí la puerta y encontré dos cosas: una pistola, (en la entrada principal del aeropuerto, no habían detectores de metales) y un sobre, que parecía ser una carta. Miré a mi alrededor para ver si habían vigilantes de seguridad, afortunadamente estaban bastante lejos. Guardé la pistola en el equipaje de mano, cogí el sobre y fui a una cafetería. La comida de los aviones, era de la peor clase que podías imaginar. Sabía a plástico recalentado. Pedí un café solo y un bocata. Me llevé la bandeja a la mesa, y abrí el sobre:

    Querido Jarod:

    No es bueno que nos vean juntos, la organización tiene demasiados ojos. Nos tenemos que ver esta noche, en una fábrica abandonada a las afueras de la ciudad. Aquí tienes la dirección: C/ Söber, número 65.

    Atentamente, Christine.
  • ValkyriaValkyria Gonzalo de Berceo s.XIII
    editado marzo 2011
    Espero poder leer el resto pronto, está tomando muy buena forma tu relato. Es de mi estilo, sin duda.

    Un saludo,
  • RyuRyu Pedro Abad s.XII
    editado marzo 2011
    ¡Gracias Valkyria! me alegro que te guste. Seguiré dándole forma al relato.
    ¡Saludos y gracias por comentar! ;)
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado marzo 2011
    yo sigo tras la pista, :):p:D:cool:
  • RyuRyu Pedro Abad s.XII
    editado marzo 2011
    Aún falta un poco para esa pista...amparo.
    ¡Saludos!
  • RyuRyu Pedro Abad s.XII
    editado marzo 2011
    Me esta gustando mucho, como esta yendo esta historia. Me lo estoy pasando en grande escribiéndola :D

    Cerré el sobre, lo guardé en el bolsillo y me levanté. Pagué a una camarera muy mona. Tenía el pelo negro, ojos marrones y unos labios sinuosos. Salí de la cafetería del aeropuerto. Cuando llegué al exterior, miré las nubes. Tenía pinta de que iba a llover. Cogí un taxi, para que me llevase al hotel. Mientras el taxista conducía, observaba la ciudad. Al fin y al cabo, todas las ciudades se parecían. Plazas, monumentos, iglesias, la zona de negocios. Tenía que ir orientándome, para no perderme. Aunque lo más seguro, es que en el hotel hubiese un mapa de la ciudad. Aún recordaba mi “aventura” por Amsterdam. Entonces acabé en el Barrio Rojo, siguiendo a unos holandeses borrachos. Ese barrio era conocido por sus “señoritas de pago”. Tenía que ser horrible, entrar en una cabina de esas. Eran un muy pequeñas, y las sábanas de las camas eran negras. Me sentí tentado, por una oriental que estaba de buen ver. Pero desistí, tenía el dinero justo para los regalos. -Ya hemos llegado señor, son trece coronas -me dijo el taxista. Le pagué y entré en el vestíbulo del hotel. Una chica pelirroja, con una sonrisa preciosa, me dijo:

    -¿Tiene una reserva, o la tiene que hacer?
    -No, no tengo reserva. Si es posible, me gustaría que fuese en la primera planta -respondí.
    -Está bien, dígame su nombre.
    -Ben Knerr (di un nombre falso, porque me quería cubrir las espaldas) A estas horas o mejor dicho hoy, tenía que estar en Barcelona. Quizás la organización, ya haya enviado a alguien, para espiarme o en el peor de los casos asesinarme.
    -Señor Ben, aquí tiene la tarjeta magnética.
    -Discúlpeme, señorita Sonja. ¿Tienen algún mapa de la ciudad?
    Ella me sonrió y me respondió:
    -Al lado de la máquina de cafés, tiene varios artículos.

    Le devolví la sonrisa y me dirigí a la máquina de cafés. En general, el hotel era acogedor. Había una moqueta en la entrada, que ponía el nombre del hotel: “AC Hoteles”. El mostrador para recibir las llegadas, una sala pequeña con varios sofás. Una máquina de bebidas, otra de café y un mostrador con varias guías turísticas de la ciudad. También estaban los mapas, lo cogí y esperé unos segundos a que el café estuviese listo. A mi lado, había un ascensor y unas escaleras. Subí por las escaleras, me crucé con un hombre alto y robusto. Miré la tarjeta magnética: “número 101”. La pasé por el lector, y abrí la puerta. Entré y me senté en la cama. Estaba agotado, había sido un vuelo de largo recorrido y me dolía un poco la cabeza. Suspiré, me quité la cazadora y miré el reloj de pulsera. Eran las tres de la tarde, dormiré un poco y después me ducharé. Me tumbé y cerré los ojos...
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado marzo 2011
    me parece súper que estés disfrutando tu historia, es lo importante, que seas feliz, mientras haces algo, así mismo te saldran tus escritos:):p
    Yo sigo contigo, relajada:p:D
  • RyuRyu Pedro Abad s.XII
    editado marzo 2011
    Gracias amparo, me alegro que lo disfrutes. Poco a poco se va acercando la presencia de Christine :D
  • RyuRyu Pedro Abad s.XII
    editado marzo 2011
    Bueno bueno, ¡ya aparece Christine!

    Me tumbé y cerré los ojos...

    ...estaba tendido en suelo, apunto estuve de conseguirlo. Caí, en el último paso, el último...


    Me desperté por la alarma del móvil, no recordaba haberla puesto. Me daré una ducha, quizás me espere una larga noche. Ya que Christine no había indicado la hora, había decidido en ir allí en cuanto oscureciese. El sol estaba empezando a ponerse, así que tenía que ir rápido. Cogí la toalla y me miré en el espejo. Tal vez, debería afeitarme...aunque tampoco me quedaba mal. Entré en la ducha, abrí el grifo y dejé que el agua corriese por mi cuerpo. Cuando acabé, me sequé y me puse unos vaqueros azules, un jersey de lana marrón y unos zapatos negros. Cerré la puerta de la habitación, y me dirigí al vestíbulo.
    Estaba frente a la máquina de cafés, me preparé uno... -Mejor dicho, que sean dos -me dijo, una voz femenina que me resultaba familiar. Miré a mi derecha, y vi a una mujer con una gabardina negra. También llevaba sombrero, y unas gafas oscuras.
    -Jarod, vayamos a tu habitación -me dijo Christine.
    Estaba sorprendido, no esperaba para nada a Christine en el hotel. Sin duda, mantenía el factor sorpresa que la caracterizaba en determinadas ocasiones. Cerré la puerta de la habitación y nos miramos durante unos minutos. Ella estaba espléndida, tal como la recordaba. Con su cabello negro y liso cayéndole por la espalda...
    -Jarod, no tengo mucho tiempo. Puede que corramos peligro en estos momentos, así que iré directa. A la cuestión, que tanto te ha preocupado durante estos años. Me ordenaron que te asesinase, por ese motivo tuve que alejarme de ti. Y no solo eso, tuve que irme de Barcelona, para evitar que mi vida se viese amenazada constantemente. Me vine a Suecia, con la intención de relajarme y estar tranquila. Pero a pesar de ello, hace poco me hicieron una visita sorpresa. Un tipo alto y robusto, llamado Hank, se encargó de recordarme unos sucesos, que de saberse arruinarían mi carrera periodística -dijo.
    -Un momento, momento... ¿que la arruinaría? ¿a que te refieres exactamente? -respondí.
    -Ahora no Jarod, estamos en peligro. Déjame que continúe...
    ...Querían que te pudrieses en el psiquiátrico. Paredes blancas, habitación acolchada. Quise evitarlo, por eso traté de que escaparas. Pero algo salió mal y empezaste a correr como un loco. Todo se fue al traste y yo no podía arriesgarme a que me descubriesen. Toma esta carta Jarod. No puedo decirte más, ya he hablado suficien...
    En ese instante, dispararon. Los cristales de la ventana se rompieron, Christine cayó al suelo con un disparo de bala en la nuca. Me quedé petrificado durante unos minutos, pero mantuve la sangre fría para salir corriendo por la ventana y bajar por la escalera de incendios.
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado marzo 2011
    no pues que gracia, hacer que aparezca, para desaparecerla de forma definitiva, pobre cristine, mejor se hubiera quedado donde estaba:(:eek::cool::rolleyes:
  • RyuRyu Pedro Abad s.XII
    editado marzo 2011
    amparo bonilla escribió : »
    no pues que gracia, hacer que aparezca, para desaparecerla de forma definitiva, pobre cristine, mejor se hubiera quedado donde estaba:(:eek::cool::rolleyes:

    Ha revelado cosas importantes de la trama, que ya se irán viendo más adelante. Bajo mi punto de vista, ella se expuesto a un riesgo que ella misma sabía que pasaría si iba al hotel. Era algo que tenía que pasar, tenía que aparecer para dar a conocer datos importantes del relato.
  • RyuRyu Pedro Abad s.XII
    editado marzo 2011
    Este relato va a ser largo, ya lo estoy viendo. Si os esta gustando, os pido paciencia, que me estoy tomando mi tiempo para desarrollarlo.


    Afortunadamente, tenía la cartera en en uno de los bolsillos. Pero no podía arriesgarme, y dejar mi maleta allí arriba. La policía, no tardaría en dar conmigo. Volví a subir, me asomé a la ventana. ¿No había nadie? aquello,me resultaba extraño. Mi maleta estaba justo al lado de la cama, entré. Recogí toda la ropa, y salí corriendo al exterior. Cuando llegué a la parte trasera del hotel, traté de calmarme un poco. Quizás necesite un lugar tranquilo, para poner mis pensamientos en orden. Miré mis manos, estaban temblando. Aquello, me estaba desconcertando. Estaba acostumbrado a matar, en ello consistía mi trabajo. La muerte de Christine, me a dejado tocado psicológicamente. Como si la naturaleza me hubiese escuchado, en ese instante, empezaron a caer unas pequeñas gotas de agua. Mis lágrimas, se mezclaban con la lluvia. Traté de sobreponerme, y me dirigí a la calle principal. En dirección contraria al hotel. Tenía una amiga en Suecia, que no veía desde que dejó precipitadamente la organización. Se llamaba Alison Parker, cogí el móvil y marqué su número, esperé unos segundos...

    -¿Alison Parker? -pregunté.
    -¿Quién es? -respondió con otra pregunta.
    -Soy Jarod, Jarod Irons. Quizás no te acuerdes de mi, pero necesito un sitio dónde pasar la noche -respondí.
    -¡Jarod! ¡claro que te recuerdo! ¿que te ha a sucedido? ¿cómo que estás en Suecia?
    -Había venido por Christine, pero todo a salió mal. Ya te contaré cuando nos veamos.
    -Está bien, vivo en la calle Palme. Esta situada, al lado de la estación central de los trenes. El número es el 42. Es una única fachada.

    Le di las gracias, y colgué el teléfono. Caminaba despacio, la noche era fría, y mi mente estaba alterada por los últimos hechos. Me sentía abatido, completamente roto por dentro. Después de tantos años que no la veía, y en un segundo le disparan. Era como el viento en ese momento. Furioso. Escuchaba como golpeaban los rótulos de las tiendas contra la pared, recordé en ese momento que me quedaban algunos cigarrillos. Cogí uno y lo encendí. Sabía que era un mal vicio, pero me relajaba. Traté de dejarlo varias veces, pero siempre acababa volviendo. Me miré las manos, ya no me temblaban al menos. Quizás, tenía que plantearme otra forma de vivir. Ya no podía aguantar más este remordimiento. Sentía el peso de las vidas, que había arrebatado. Tal vez, esto sea una especie de señal. Que no debería pasar por alto.
    Estaba cerca de la estación de trenes, empecé a mirar los nombres de las calles. “Palme” me mencionó. Giré por una calle estrecha, que dio a una que era más amplia. En general, las casas de la zona era tal y como me había descrito Alison. De una única fachada. Llegué al número 42 y llamé al timbre...Una mujer rubia, con ojos marrones, y con una mirada de preocupación en su rostro. Me abrió la puerta y me invitó a entrar...

    -¡Jarod! ¡tienes mal aspecto! ¡Estás tiritando de frío! -exclamó.
    Fue a un cuarto que estaba cerca de la sala de estar, me dio una manta y nos sentamos en el sofá.
    -Siento presentarme en estas condiciones, no era mi intención venir hoy a tu casa. Quizás te resulte un poco difícil de asimilar, lo que te voy a contar, pero por favor no me interrumpas. No es fácil para mi -dije.
    -De acuerdo, continúa.
    -Christine, se presentó por sorpresa en el hotel. Subimos a mi habitación, y me comentó ciertas cosas, que yo no sabía. Cuando llevábamos unos minutos hablando dispararon.
    -¡Dios mío! ¡Christine!
    -Lo siento Alison, sabía que teníais una amistad muy estrecha.
    Miré unos minutos a Alison, tardó un poco en responder.
    -Jarod (se le quebró un poco la voz) tu no tienes la culpa, ella era consciente del riesgo que corría -respondió Alison.
    -Juro que pagarán por ello, Alison.
    -Jarod, quizás estemos un poco aturdidos por lo que a sucedido hoy. Será mejor descansar, y mañana hablaremos con más claridad. Puedes quedarte en la habitación que esta junto al baño, esta en la primera planta.

    Nos dimos un abrazo, y ella se marcho a dormir.
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado marzo 2011
    bueno, por lo menos una mano amiga:cool::p:rolleyes:;)

    Y no te preocupes por lo largo, tomate tu tiempo, te está quedando bien maquinado:):p;)
  • RyuRyu Pedro Abad s.XII
    editado marzo 2011
    Gracias amparo, me alegro que te este enganchando. La verdad, es que me esta sorprendiendo hasta mi mismo, de como lo estoy desarrollando.
    ¡Saludos!
  • RyuRyu Pedro Abad s.XII
    editado marzo 2011
    Bueno, bueno... va empezar una intensa batalla. No os perdáis las próximas páginas :D

    Nos dimos un abrazo, y ella se marcho a dormir. Subí a la habitación, me quité los zapatos, el jersey marrón y me quedé con la camiseta interior que llevaba. Había sido un día muy largo, con demasiados sobresaltos. Aún podía escuchar el disparo, que acabó con la vida de Christine. Estaba hundido, quizás más de lo que pensaba. Me tumbé y cerré los ojos...

    ...estaba en suelo, unos hombres me agarraron por los brazos, y me llevaron otra vez a la habitación blanca. Sentí el pinchazo de la aguja, caí inconsciente...

    Escuché, como se rompieron los cristales de la ventana de la habitación. Me desperté alterado, Alison entró y le dije que se metiese debajo de la cama. Seguían disparando, me puse a cubierto tras la puerta del armario. En cuanto acabaron los disparos, salí al exterior. Había empezado a nevar, salí corriendo tras un tipo alto y robusto. Él seguía pegando tiros, hasta que una bala me rozó el brazo izquierdo. Quise seguir tras él, pero mis fuerzas flaqueaban. No podía más, era como si esa bala, en vez de rozarme me hubiese atravesado el corazón. Me sentía impotente. Me protegí la herida con el brazo derecho y fui de nuevo a la casa de Alison.

    -¡Jarod! ¡Estás herido! Tenemos que ir al hospital, ¡ahora mismo! -dijo Alison.
    -Nada de hospitales, o si no la policía empezará a husmear. Creo que la herida a sido superficial -respondí
    -Jarod, ¿quién era ese tipo?
    -Puede que sea el mismo que asesinó a Christine.
    -¡Dios mío, estamos en peligro!
    -Lo siento Alison, parece que las balas me persiguen.
    -Jarod, esto no me viene de nuevo. Dejé la organización, porque cada vez era más insostenible la situación. Solo vivía para el trabajo, no tenía vida propia. Quise dejarlo, pero cuándo se lo comuniqué al jefe, por poco no me dispara allí mismo. Tuve que salir de Barcelona precipitadamente y venir a Estocolmo, para empezar una vida. Quizás necesites mi ayuda, no puedes empezar una guerra tu solo. Además, yo también tuve una pequeña “tarjeta de visita” en forma de rosas. Rosas negras, con una tarjeta que decía: “serás la siguiente”. Ya no debo quedarme aquí.

    Nos miramos y dimos la conversación por acabada. Fuimos al baño, Alison me ayudó a quitarme la camisa interior. Bajé el brazo, ella reguló el grifo, para que el agua no saliese con mucha intensidad. Miramos la herida, y en efecto, solo fue un roce. Por fortuna, no necesitaba puntos. La sangre es muy aparatosa cuando sale. Alison, abrió el pequeño armario que teníamos delante y sacó un botiquín. Desinfectó la herida previamente antes de ponerme las gasas. Le dije a Alison que me dejase un rato a solas, tenía que leer la carta que me dio Christine antes de su muerte...
  • amparo bonillaamparo bonilla Bibliotecari@
    editado marzo 2011
    bueno, a ver que dice Christine en la carta, este capitulo estuvo bien movido:eek::):p:D
  • RyuRyu Pedro Abad s.XII
    editado marzo 2011
    Gracias amparo, me alegra que lo sigas leyendo. Ya queda menos para el final, seguramente esta semana lo acabo.
  • RyuRyu Pedro Abad s.XII
    editado marzo 2011
    Voy a tardar más de la cuenta con el siguiente capítulo. De nuevo, la he jodido con el narrador. Menos mal que solo llevaba siete páginas... estoy corrigiendo texto. Volveré lo más pronto posible con esta historia. De nuevo pido perdón a los lectores :(
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