Después de mucho tiempo sin sentir esto de nuevo, vuelvo a mis rincones más oscuros buscando un consuelo para mis lágrimas. Me siento como si estuviese explotando en millones de trocitos, minúsculos e insignificantes en este mundo tan grande. Habrá un poquito de mí aquí, y otro poquito allá, evitando así reconstruir mi ser de nuevo para no sufrir más. Y eso que aún no te he perdido, pero cada día te vas alejando más y más, y duele tanto verte partir, que despertarme un día y no volverte a ver. Tengo tanto miedo… eres el sentido de mi vida, la razón de mi existencia, y tengo muy claro que sin ti, vivir no tendría sentido. Las cosas perderían su color, el cielo estaría siempre gris y el sol pasaría a ser una mera esfera en el firmamento que ha dejado de brillar.
Perdida sin rumbo a orillas de mi querido mar, navego entre las olas sin rumbo, buscando alguna luz que me lleve de nuevo a ti. En esta carta juro solemnemente navegar y navegar entre aguas oscuras y tormentosas hasta encontrarte de nuevo y juro que no me rendiré, porque a tu lado, sería capaz de encontrarme de nuevo y volver a amar.