Hoy me he levantado con ganas de criticar a todos y a todo. No soy lo suficientemente inteligente, ni lo suficientemente valiente como para darme cuenta de que en esta vida no represento ni la millonésima parte de una minuscula partícula de indiferencia a los ojos de la vulgaridad. Utilizo palabras que no entiendo y me creo en la certeza de que no me equivoco. Pero, ¿realmente pienso en mí cuando lloro enfrente de esa noticia que me arranca las ganas de ser esa partícula indiferente a la que antes me refería? No hay derecho a que ese niño, que ya ni siquiera pasa hambre porque no tiene boca que alimentar, porque no tiene entrañas que rugir, muera. Hoy me he levantado triste, tremendamente triste. He mirado a mi hija y la he visto feliz, riéndose con su amiga y contandose chismes a hurtadillas. Pero he sido tremendamente infeliz. En la cafetería donde todos los días voy a tomar café, un anciano reía con otro una noticia del periódico que denunciaba el abuso de un abuelo a su nieto de once años.Tremendamente infeliz. Y lo soy porque creo que no soy nada, porque siento que las lágrimas que por mi rostro han caído no tienen por que ser claras y puras. Porque creo que la tristeza reina en las calles, disfrazada de peligros y acechos.
De verdad amigos, estoy infeliz y quiero compartir con vosotros mis ganas de llorar.
Comentarios
Tu tristeza es la victoria de la nobleza de sentimientos frente a los indiferentes, materializados, egoistas de nuestros tiempos
Estoy contigo amigo, animo, no estas solo.