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Mira como tengo los ojos
Ardillita.
Mira como la distancia
los quiebra.
La distancia
… tú lo sabes.
Nunca nos acostumbramos
y es tan difícil mantenerse estable
¿Por qué será Ardillita, que nunca me acostumbro a tenerte fuera de mis latitudes?
Hoy, en esta banca
En este parque
Un periquito (si Ardillita, ¡un periquito!) murió d'amour
Bah, eso es mentira , ya sabemos que la distancia lo mató.
Tan tieso,
tan pálido el pobre
Que daba cosa mirarlo,
te juro que daba pena.
Pero mis alas Ardillita,
¡ay mis alas!,
si supieras como me dolían,
que no quise seguir mirando y me fui a pensar por ahí,
a sacarme l'amour
que sé yo
tú me conoces,
me gusta sacarme l'amour en algún bar de barranco,
acurrucarme con mentiras al oído de una mujer mientras ella ríe,
y pensar que pienso
mientras veo a los tarados de siempre
presumiendo de dinero y mujeres,
siempre tan errados, siempre tan idiotas.
Si los vieras Ardillita,
¡ay si los vieras!
Estoy seguro que no podrás evitar soltar tu risa de ratona.
¿Se reirán los periquitos, Ardillita?
¿Sentirán ellos l'amour?
O simplemente les dolerán las alas
como me duelen a mí
Por favor no te rías Ardillita,
No te rías,
que tú y yo sabemos que no estamos para reír.
Comentarios
Bue, la distancia pauta tu poesía que entra como prolongada cuña entre los hemisferios de la razón y del instinto, cuales ángeles y demonios debaten sobre el callo una relación "lúdica". Lúdica si sopesamos palabras vs concepto general, quizás así sea la intención( y felices los cuatro ), no sé me dirás tú estimado gharaguti y con mucho gusto seguimos hablando si te parece bien... Un abrazo!